Estas operaciones, realizadas en “terminales de carga” especiales, se mencionan entre “las más productivas” de cuantas llevan a cabo los hackers de la NSA. Gracias a ellas, las redes informáticas a lo largo del mundo se vuelven accesibles para la unidad conocida como TAO, por las siglas en inglés de Operaciones de Acceso Personalizado (Tailored Access Operations).
La NSA dispone de un catálogo de uso restringido que enumera en 50 folios los más diversos componentes para instalar en los equipos interceptados, por ejemplo, un cable de pantalla de apenas 30 dólares capaz de transmitir los datos de un ordenador a la TAO. Uno de los trucos más eficaces consiste en sustituir el sistema básico de entrada y salida (BIOS), lo que permite a los agentes controlar un ordenador, tableta digital o teléfono inteligente aunque el usuario decida reinstalar el sistema operativo o cambiar el disco duro.
Creada en 1997 y con sede en Forte Meade, Maryland, la TAO tiene oficinas en varias ciudades de EE.UU. y, supuestamente, en Alemania. En 2010, llevó a cabo 279 operaciones en diversas partes del planeta.