ANNCOL.- "No es el pueblo en armas, quien ha escogido el método de la confrontación, tantos años de falta de democracia, tantos años de desigualdades sociales y de terrorismo de Estado cotidiano han impuesto un quehacer político sangriento. El discurso político en la plaza, en el parlamento, la solución política de la discrepancia, la discusión de los problemas fundamentales, dio paso al terrorismo trapero, a la judicialización de la protesta, a la desaparición forzosa, al desplazamiento, a la política de la motosierra, al financiamiento mafioso de partidos y todas las prácticas corruptas de un régimen putrefacto que no tiene presentación moral. La oligarquía impuso un régimen de terror que no ha dejado otra opción distinta que levantarse en armas".