Carlos A. Lozano Guillén - La Voz.- Es importante que el nuevo presidente de la república, Juan Manuel Santos, haya planteado la opción del diálogo con las guerrillas. Tal posibilidad nunca fue planteada por Uribe Vélez, en ocho años de enconada guerra, pero con un alto costo humanitario en el país.Sin embargo, dijo Santos que el acento es en la “seguridad democrática”, en la guerra, nefasta herencia uribista, por cierto fracasada. El nuevo mandatario insiste en el viejo y desgastado expediente guerrerista, supuestamente para llevar derrotada a la guerrilla a la mesa de diálogo para que firme la rendición. Si esa es la estrategia de paz, es el fracaso anunciado de la misma.