En la foto, la ensayista sobre etnicidad y cultura Lesley-Ann Brown, una de las firmantes. The New York Review of Books se negó a publicar esta carta, afirmando que «no hay ninguna razón o responsabilidad que se aplique a los editores para proporcionar un ‘derecho de respuesta'». En efecto, esta carta es una respuesta a la misiva publicada en dicho medio el día 26 de mayo, firmada por 15 intelectuales.
Estamos con Cuba contra el bloqueo y la guerra híbrida de Estados Unidos
El 26 de mayo, The New York Review of Books publicó una carta abierta firmada por un grupo de artistas y escritores reconocidos -entre ellos Junot Díaz y Edwidge Danticat- en la que se afirma que el artista cubano Luís Manuel Otero Alcántara está «detenido… únicamente por expresar sus ideas a través de su arte». Los abajo firmantes desafiamos a los citados firmantes a que reconsideren su carta, ya que no menciona las supuestas conexiones de Otero Alcántara con el gobierno de Estados Unidos e ignora el contexto crucial que es la actual guerra emprendida por Estados Unidos contra Cuba.
El 2 de mayo, Otero Alcántara fue trasladado al Hospital Calixto García de La Habana tras varios días de una huelga de hambre que, según él, estaba llevando a cabo. El Ministerio de Salud Pública emitió un comunicado en el que decía que no tenía «signos de desnutrición» pero que permanecería «en observación». El 31 de mayo, Otero Alcántara fue dado de alta del hospital. En una entrevista distribuida en YouTube poco después de su liberación por CubaNet, una organización de medios de comunicación con sede en Florida que ha recibido cientos de miles de dólares en fondos del gobierno de Estados Unidos en los últimos años, un Otero Alcántara de aspecto saludable dijo que estaba físicamente «relativamente bien». Dijo que consumió líquidos durante una semana después de llegar al hospital, estuvo sin comida ni agua durante una semana más, y luego «estuvo comiendo bien y bebiendo agua» durante las últimas dos semanas antes de su liberación.
Otero Alcántara saltó a la fama el pasado mes de noviembre tras liderar otra huelga de hambre para exigir la liberación de su compañero de San Isidro Denis Solís, partidario de Trump y partidario de la anexión de Cuba a Estados Unidos, que había sido condenado a ocho meses de prisión tras gritar insultos homófobos a un agente de policía.
Recientemente, los medios de comunicación estatales cubanos presentaron un documento que supuestamente muestra que Otero Alcántara recibe pagos mensuales de 1.000 dólares del gobierno de Estados Unidos y han surgido pruebas de que otros dos activistas de San Isidro podrían tener vínculos y ser financiados por el gobierno estadounidense. Los miembros de San Isidro han expresado públicamente su apoyo a Trump, han respaldado las devastadoras sanciones que impuso a Cuba y se han reunido con el encargado de negocios de Estados Unidos nombrado por Trump recibiendo su apoyo.
Creemos que los seres humanos no deben encarcelar a otros seres humanos ni justificamos la represión de ningún gobierno. Pero cuestionamos que se defienda la causa de un supuesto «defensor no violento de los derechos humanos» que aboga abiertamente por el derrocamiento del único gobierno del Caribe que desafía audazmente la hegemonía de Estados Unidos. También rechazamos que se ilumine la dudosa contienda de un individuo cuando deja en la oscuridad todo el contexto político e histórico.
Desde la década de 1960, Estados Unidos ha estado librando una guerra contra Cuba, financiando y armando a los paramilitares que invadieron la isla, llevando a cabo intentos de asesinato, introduciendo supuestamente el virus de la peste porcina africana y proporcionando un puerto seguro a los terroristas que bombardearon hoteles y sabotearon un avión civil, matando a las 73 personas que iban a bordo. En los últimos años, Estados Unidos ha enviado, en secreto, millones de dólares a artistas, periodistas y activistas cubanos para que lleven a cabo actividades antigubernamentales dirigidas al «cambio de régimen».
Durante todo este tiempo, Estados Unidos ha mantenido una guerra económica extraterritorial, estrangulando la economía de Cuba al bloquear el comercio no sólo con Estados Unidos sino también con el resto del mundo.
Incluso mientras Cuba sufre una devastadora crisis económica provocada por las sanciones de Estados Unidos, el gobierno cubano ha enviado miles de médicos y enfermeras a más de 20 países de América Latina y África en respuesta a la pandemia mundial. Y Cuba está en camino de convertirse en el primer país en vacunar completamente a toda su población utilizando sus propias vacunas, que también planea distribuir a otros países del Sur Global.
Esperamos que los firmantes de la carta reconsideren por qué han priorizado este tema por encima de otros (como el impacto del bloqueo estadounidense en el pueblo cubano, incluidos los cubanos negros).Hacer esto abre una brecha entre la gente de color en EE.UU. y los cubanos, a la vez que alimenta una campaña impulsada por Miami para presionar a la administración Biden para que mantenga una política injusta e inhumana de agresión hacia Cuba. Hay casos de activistas de coraje y valientes que han pagado el precio por defender a los más marginados de los más poderosos. Este no es uno de ellos.
Luna Olavarría Gallegos
Manolo De Los Santos
Vijay Prashad
Gerald Horne
Roxanne Dunbar-Ortiz
Ciara Taylor
Phillip Agnew
Catherine Murphy
Nachito Herrera
Helen Yaffe
Ajamu Baraka
Mamyrah Dougé-Prosper
Jodie Evans
Devyn Springer
Angelica Salazar
Andray Domise
Charisse Burden-Stelly
Luci Murphy
Eugene Puryear
Bocafloja
Jacqueline Luqman
Abdushshahid Luqman
Tyrone Allen
Jemima Pierre
Austin Cole
Bill Martinez
Lowell B. Denny, III
Lesley-Ann Brown
Carlos Sirah
Hope Jones
Petros Bein
Joan P. Gibbs
Rosemari Mealy
S.E. Anderson
Ashaki Binta
Nick Estes
Namupa Shivute
NOTA: The New York Review of Books se negó a publicar esta carta, afirmando que «no hay ninguna razón o responsabilidad que se aplique a los editores para proporcionar un ‘derecho de respuesta'».