Edilberto Carmona Tamayo - Ana Álvarez Guerrero - Irene Pérez - Cuba joven / Cubadebate.- Todo comenzó en Córdoba un día cualquiera, cuando un grupo de jóvenes salió a la calle –en jornada de agitación– para mover con sus ideas a la gente. Pasaba por allí de casualidad y quedó electrizado. Bruno Lonatti vio por primera vez, de frente, a la Federación Juvenil Comunista. Ya nada fue igual. 


En medio de esa ciudad, pilar de la derecha en Argentina, encontró un horizonte de justicia. Y comenzó a militar.

Tenía apenas 14 años, pero ya había conocido el activismo en la Escuela Superior de Comercio Manuel Belgrano, donde tuvo la responsabilidad de dirigir las actividades de deportes y recreación. Para entonces, cuando sus principios no tenían la etiqueta –comunista– ya creía en la solidaridad y el compañerismo. No sospechaba que poco tiempo después llegaría a miles de personas y cruzaría las fronteras de su nación, con el poder de un teléfono celular en la mano.

Solo ha transcurrido un lustro y Bruno –que ahora es en Rojo, aunque también Lonatti– es ya lo que llaman un influencer de las redes sociales. Así lo validan sus números de vistas en TikTok, una de las plataformas más populares en el mundo.

Allí, donde priman los videos divertidos, musicales, de gatitos… (y también tienen bloqueado el acceso para Cuba) encontró un nicho para la militancia política. El encierro por la pandemia de COVID-19 fue un buen pretexto para comenzar.

“Nos ahogó quedarnos en nuestras casas, no poder concretar la militancia en nuestros centros de estudios, en mi universidad, en mi facultad. Me las ingenié para buscar una manera distinta de llegar a mis compañeros, en primer nivel, y luego a toda la ciudadanía de mi provincia en Argentina y a Hispanoamérica.

“Buscaba qué nombre ponerme. Fue lo más difícil. Un mes, dos meses jugando, viendo cómo quedaba en los perfiles. Hasta que en un momento me dije: 'Ya está, estoy cansado. Voy a empezar. Soy Bruno en Rojo'.  Y subí uno, dos videos. Les fue muy bien. Generó cierta identidad en un núcleo de gente y no lo pude cambiar nunca más”, nos cuenta mientras conversamos en la Sala Vedado del Hotel Nacional, donde se hospedó hace pocos días, durante el Coloquio Internacional Patria.

Bruno en Rojo como dijo el Che: la sangre roja y el corazón a la izquierda. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.

Cuando Bruno llegó a La Habana, esta vez, se sorprendió. Las personas lo reconocían en la calle y recibió no pocos mensajes de jóvenes que querían conocerlo en persona. Si su principal plataforma de distribución de contenidos no funciona desde Cuba, ¿cómo es posible?, se preguntó.

Muy pronto descubrió la inventiva, los trucos descubiertos para acceder o esa naturalizada manera –adaptados a los bloqueos– que tenemos de compartir mediante otras plataformas (WhatsApp, Telegram, Twitter) lo que nos llega, motiva e interesa. Fue cuando se percató de que “no estaba creando contenidos para las aplicaciones, sino para las personas. Esto sobrepasa cualquier dependencia de redes sociales”.  

Asimismo, se dio cuenta de cuántas cosas han cambiado desde que comenzó.

“Hace un año, era un militante más, de base, sin ningún tipo de responsabilidad, y ahora estoy aquí. Han pasado cosas tan increíbles como que conocimos al excelentísimo presidente Miguel Díaz-Canel y al canciller Bruno Rodríguez. Es muy extraño”.

Pocas semanas antes de que se reportaran los primeros casos de COVID-19 en 2020, Lonatti llegó a La Habana, acompañado por un grupo de coterráneos, además de chilenos, brasileños y uruguayos. Formaban parte de la XXVII Brigada Suramericana de Trabajo Voluntario y Solidaridad con Cuba, un encuentro que promueve el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos.

Sobre aquella experiencia, recuerda que “conocimos la isla desde el trabajo voluntario, desde el trabajo cederista, desde la organización de base. Y en ese momento yo creo que de cierta manera me enamoré del proceso cubano, de su pueblo, su resistencia, su lucha, sus convicciones; de su compromiso y de su voluntad transformadora, de que 'con lo poquito que tenemos… vamos a hacer mucho'”.

Por esos motivos, cuando se intensificó el ataque en redes sociales contra el país, no lo dudó y empleó su mejor arma para defendernos: tiktoks sobre las realidades de Cuba, en medio del acoso y la manipulación.

Bruno no tiene chance para pasatiempos comunes. De vez en cuando, lee por placer, pero la universidad y sus responsabilidades de militancia política lo absorben. Las horas que le quedan del día las dedica a sus plataformas digitales. Cree que es una necesidad en esta nueva batalla colonialista que nos pretenden imponer.

“A veces nos atacan diciendo que replicamos la lógica del enemigo en las redes sociales y es que, en realidad, nunca vamos a transformarlas si no lo hacemos desde dentro. Ingresamos a la boca del lobo, si se quiere ver así, e intentamos generar una alternativa desde ellas. Le brindamos a la gente un consumo distinto”, dice.

Por esa decisión es atacado, como la mayoría que va contra la corriente hegemónica. Llegan los mensajes de odio, el acoso, las ofensas.

“Yo jamás vi a alguien de nuestro lado compartiendo esas acciones: insultando, dañando, y más con esta obsesión que tienen ellos de hacerlo, porque quieren destruir nuestras plataformas, nuestra autoestima, nuestra voluntad de transformar el mundo. Mientras más rápido entendamos que esas son sus lógicas, más rápido lo vamos a manejar.

“Es lo que tenemos que sufrir, si se quiere, para dar esta batalla. Es fundamental darla, por más que nos insulten, que nos busquen dañar, por más que se las ingenien de mil maneras para hacerlo: averiguando nuestros números de teléfono, atacándonos hasta por email…Nosotros tenemos que seguir.

“No digo que no nos hagan daño, porque somos seres humanos, tenemos sentimientos, pero cuando entendemos eso, para ellos, al menos, somos indestructibles”.

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Stella Calloni - Cubainformación
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