Son muchos los hechos relativos a esa costumbre enraizada profundamente en los medios occidentales de tergiversar la realidad en aras de espurios intereses. Foto: Escambray.


Arnaldo Musa - Cubasí

La historia de Estados Unidos muestra el trasfondo mas odioso de la mentira utilizada por quienes controlan el poder para lograr sus designios, y los acontecimientos que rodean a la operación militar especial de Rusia en Ucrania, impulsada por la agresividad imperial, deja conocer muchos hechos relativos a esa costumbre enraizada profundamente en los medios occidentales de tergiversar la realidad en aras de espurios intereses.

Parecería una palabrería si no conociéramos y practicáramos el andar casi cotidiano en Internet, principalmente en medios que alegan objetividad, pero no la practican, teniendo como ejemplos menos deleznables en apariencia, pero igualmente mentirosos, a Miscrosoft News, The New York Times, The Washington Post, Los Angeles Times y La Opinión, este último descrito como la publicación más responsable y multipremiada en idioma español en Estados Unidos.

Pero de una manera u otra estos medios se ponen de acuerdo y aceptan mentir, al tergiversar el mensaje del presidente ruso, Vladimir Putin, al informar sobre la suspensión de la participación de su país en el tratado Start III sobre armas estratégicas firmado con Estados Unidos.

Ya a los pocos minutos hacían correr informaciones acerca de supuestos fallos de la misilística rusa, de actitudes de otros dirigentes locales opuestos al mandatario y las posibilidades de que se le estuviera acercando la salida del alto cargo.

Nada de lo anterior era cierto, pero ya quedaba en la mente de muchos como si fuera una realidad, algo que logran taimadamente.

Con anterioridad habían especulado sobre la salud de Putin, si cuando caminaba hacia algún gesto de dolor, si tenía que apoyarse, en fin, algo aborrecible que forma parte del entretenimiento y simplezas que engrosan la mente de millones de lectores en Occidente.

Es bueno recordar que en Estados Unidos, los medios esconden la verdad cuando se trata de preparativos de agresión a otra nación, siempre más pequeña y mal armada; o acerca de los detalles relativos a  la destrucción de las Torres Gemelas neoyorquinas, donde existen muchos lunares por la falta o el ocultamiento de información, pero que no impidieron que se aprobaran leyes disfrazadas con el manto de patriotismo para demonizar a todo lo que el establishment gobernante endilgara el epíteto de terrorista.

Nadie explica por qué más de 200 funcionarios israelíes fueron liberados de sus trabajos dos días antes de los hechos, o como el choque de los aviones pudo destruir zonas donde sólo podían hacerlo explosivos colocados con anterioridad.

EJEMPLOS VIEJOS Y NO TANTO

1861 – La Batalla de Fort Sumter fue llevada a cabo por el ejército de los Estados Confederados de América, con la intención de expulsar a las tropas federales que ocupaban el fuerte, situado en la Bahía de Charleston, en Carolina del Sur. Ambos bandos, el federal y el confederado, querían convencer a los estados todavía indecisos de unirse a su causa, intentando hacer parecer al adversario como el agresor. Finalmente fue el bando confederado quien atacó primero, y aunque se negoció la rendición, que terminó sin bajas, la pérdida del puerto supuso la movilización meses después del ejército federal de Abraham Lincoln para declarar la Guerra de Secesión.

1898 – El 15 de febrero de ese año voló misteriosamente la proa del acorazado USS Maine, donde se encontraba la santabárbara del navío, cuando estaba anclado en las costas de Cuba. Fueron acusados insurgentes cubanos y españoles del ataque, lo que propició la declaración de guerra contra España, que perdió las colonias de ultramar que todavía poseía, tales como Cuba, Puerto Rico, Filipinas, varios archipiélagos en el Océano Pacífico y pequeños enclaves en la costa africana, que pasaron a manos norteamericanas.

1915 – En plena Primera Guerra Mundial, los alemanes anunciaron que las aguas cercanas a las islas británicas serían consideradas como zona de guerra, y que tratarían de hundir cualquier embarcación que navegara por las mismas. De esa forma, el 7 de mayo el crucero de pasajeros Lusitania fue torpedeado y hundido. Estados Unidos alegó que 1 198 civiles perdieron la vida en el suceso, y por esa razón decidió entrar en la gran guerra. Años más tarde se reveló que el buque transportaba tropas, armamento y municiones, no alimentos y materias primas como se apuntó desde Washington.

1941 – El presidente Franklin Deslano Roosevelt necesitaba una excusa para convencer al Congreso y a la población de que Estados Unidos debía entrar en la II Guerra Mundial, apoyando a sus aliados europeos contra Alemania, y expandiéndose en el Pacífico haciendo frente al Japón. Alemanes, italianos y japoneses se aliaron (tripartito), China, Francia y Gran Bretaña estaban a punto de sucumbir, y el gobierno norteamericano necesitaba un pretexto para justificar sus ansias de expansión. Provocando a Japón económicamente con embargos de crédito y petróleo, el General Marshall elaboró un plan detallado gracias al espionaje y descifrado de las comunicaciones japonesas. Y así la flota estadounidense se dispuso de una forma atípica, alejando sin pretexto de Pearl Harbor a sus portaaviones, mientras dejaba expuesta y sin cobertura aérea una parte de su flota. Los nipones finalmente atacaron el 7 de diciembre, hundiendo nueve buques y dañando a otros diez. Al otro día, Roosevelt firmó la declaración de guerra.

1945-1992 – La Operación Gladio consistió en una red coordinada por la CIA y el MI6 (servicio de inteligencia británico) organizando múltiples atentados de falsa bandera en toda Europa, desde secuestros hasta fusilamientos en masa, y cuyo objetivo consistía en culpar a la izquierda europea de los actos con el fin de desacreditarla. Vinculados a la masonería italiana LODE, la mafia y la banca local, en 1978 secuestraron y asesinaron al primer ministro italiano, Aldo Moro, justo después de que éste desoyera a Henry Kissinger permitiendo formar coalición con el Partido Comunista.

1950-1970 – Un comité del Congreso de Estados Unidos admitió que provocó actos de falsa bandera como parte de su programa de contrainteligencia COINTELPRO, en el que el FBI utilizó agentes que llevaron a cabo actos violentos con el fin de culpar falsamente a diversos activistas políticos, principalmente de corte izquierdista, justificando así un gobierno de represión.

1953 – Varios agentes de la CIA se hicieron pasar por comunistas en Irán con la idea de cometer atentados y amenazar a la población para no apoyar a Mohamed Mossadeg, primer ministro persa elegido democráticamente. La situación desembocó en un golpe militar que terminó imponiendo a Shah Mohamed Reza Pahlevi como presidente títere de los intereses estadounidenses.

1957 – El presidente estadounidense, Dwight Eisenhower, y el primer ministro británico, Harold Mamullan, aprobaron un plan para llevar a cabo ataques e incidentes de falsa bandera en la frontera de Siria para tratar de derrocar a su gobierno y provocar un cambio de régimen. Revelado por el inglés a su Secretario de Defensa, éste lo admitiría públicamente años después.

Quedan muchos, muchos ejemplos más, algunos de los cuales, diría que bastante, atañen a los ataques imperialistas contra nuestra Revolución.

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