Rey Montalvo - Cubadebate*


Si no sueño el país siento frío

Leonardo García

Cuando no hay remedio ni receso, ¿cómo luce la esperanza? Despertar con la claridad de la ventana porque alguna incertidumbre no te deja dormir, preparar el café sin mucho polvo, encender la televisión para escuchar las noticias mientras te cepillas los dientes y darte cuenta que el espejo es el retrato de una persona desconocida; todos los días alguien distinto, a veces un poco feliz, otras desencajado, pero siempre más viejo.

Escuchas los primeros ruidos, son gallos o motores de autos, antes te molestaba el silbido de los panaderos, pero hoy ya no llegan a tu casa o no están, seguro han despertado y también se han visto al espejo. Papá, lechita, esa es tu hija. Ya hace pipi sin ayuda y elije su ropa para ir al círculo infantil. Le pides que recite la poesía de Martí, la de la rosa blanca, la del amigo sincero y la del cruel que te arranca.

Siempre hay crueles, siempre hay amigos. Caminan juntos, se despiden en la puerta y ella va con su bolsa hasta ese salón donde todavía no hay espejos y todos los amigos son sinceros, donde se canta, se baila, se aprende. Tú ya bailas poco, los adultos tienen demasiados problemas y la cabeza siempre te duele; la música que te gusta es inalcanzable.

Buenos días en la oficina, hoy tenías una reunión pero llegaste tarde, el ómnibus pasó lleno y los taxis han subido de precio. Sales temprano, compras mangos baratos en un mercado y llegas a la casa. Este día no vino agua, pero tu vecino del fondo siempre comparte de su cisterna. Haces el batido de mango, lo guardas a enfriar. Sabes desde la mañana que hoy tendrás electricidad y eso te tranquiliza porque tu hija podrá ver la televisión y esas canciones del Dúo Karma, Rita del Prado y Liuba María Hevia.

Ella siempre corre para abrazarte cuando te ve llegar a buscarla, te quiero, le dices, y sonríe. Merienda su batido sin ensuciarse la ropa, ya aprendió a no pedir más pan. A esta hora el vecino del edificio riega el huerto que tiene en el jardín del primer piso, cosecha tomates, ají, habichuela, pepino. Una vez le preguntaste si no iba a poner una cerca perimetral y con el tiempo entendiste su silencio.

Bajas, le ofreces ayuda y cultivan juntos. Prepara un bolso con la recogida para ti, niegas con la cabeza, la solidaridad no se cobra, pero él te dice que tiene suficiente, que lleva mucho tiempo cosechando, que trabaja su huerto para quien lo necesite. Es un hombre mucho mayor que tú, que recorre la ciudad en su bicicleta y los fines de semana sale a pescar. Algunas tardes juega dominó en la esquina y dicen los de alrededor que aunque pierde siempre regresa, sabrá que ninguna derrota es definitiva, o simplemente disfruta jugar.

Con la realidad nunca le alcanza, ¿tendrá espejos?, ¿tendrá retratos? No preguntas, él siempre hace silencio, te mira con esos ojos de soñador, los mismos que pone tu hija cuando recita Cultivo una rosa blanca. Corres hasta ella, te sientas a su lado, la abrazas y sonríe otra vez. ¿Cómo luce la esperanza?

* Rock and Rap de la esperanza es el título de una canción del trovador cubano Leonardo García, uno de los referentes del movimiento de La Trovuntivitis en Santa Clara, y de los compositores más importantes del país. Rock and Rap de la esperanza está incluida en su segundo fonograma de estudio, Cara o cruz (Egrem, 2015)

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