Graciela Ramírez (Foto: Ismael Francisco).- Cubadebate.- 

Temprano levantó la muerte el vuelo
Temprano madrugó la madrugada

No perdono a la muerte enamorada
No perdono a la vida desatenta
No perdono a la tierra ni a la nada

Elegía, Miguel Hernández


Compañero del alma tan temprano*... la noticia de tu partida duele tanto Iroel...

Hoy te honramos, desde las 9 de la mañana hasta pasadas las 2 de la tarde en la Casa de la Amistad. Pero te llevaremos siempre en el alma y las ideas.

La pequeña urna envuelta en la bandera cubana, las siete medallas otorgadas por tu extraordinaria obra y una foto donde nos miras como siempre de frente, con ese orgullo rebelde que te caracterizó. Te rodeamos de flores preciosas, tantas flores para un hombre valiente, noble, sensible y revolucionario como tú. Eran del General de Ejército Raúl Castro, del Presidente Miguel Díaz-Canel, del Ministerio de Cultura, de la Unión de Periodistas de Cuba, de la Juventud Comunista de Cuba...tantas flores para ti Iroel... Junto a tu madre, tu compañera, tus hijos, tu familia de sangre y tu familia extendida que conforman tus compañeros de trabajo, los amigos, los colegas y los solidarios argentinos, chilenos, bolivianos y españoles.

Dicen los odiadores que no lamentan tu partida, dicen que eras sectario, que eras “uno de los principales defensores del régimen”. Tan grotescos, tan incultos, tan sin alma los fascistas de hoy a los que tanto disgusto le diste con tu inmensa batalla. Pobres Judas que por cuatro monedas renunciaron a tener la sagrada bandera de la estrella solitaria sobre su tumba y el amor del pueblo.

Hoy te lloramos tanto los buenos de siempre, los jóvenes que te siguen como el líder que eras y serás eternamente, los de tu generación y los mayores. Lloramos y te cantamos con Fidelito Díaz, Raulito Torres, Eduardo Sosa y Nelson Valdés. Pero la voz más preciosa fue la tu joven hijo. Te aplaudimos de pie Iroel, tú no eras cómodo, no eras complaciente, no eras falso, tú no sabías de hipocresías. Como el Che, no te importaba si los cordones de tus zapatos estaban sueltos, si no tenías cinturón o si te ponías al revés la ropa como dice Fidelito Díaz en el hermoso poema que te dedicó anoche.

Leo tu biografía en las notas que refleja toda la prensa cubana, yo creía que eras filósofo, poeta, periodista, escritor, realizador y hasta musicólogo... tu inmensa cultura y capacidad, tu amor infinito a la Revolución y a Fidel te hizo abrazar lo más hermoso de las letras y las artes. Eras ingeniero, ahora comprendo, tu gran obra de ingeniería fue todo lo que hiciste y nos dejas como legado.

Te conocí cuando dirigías el Instituto Cubano del Libro en los momentos difíciles del periodo especial, te seguí en La Jiribilla, en la creación de la Red en Defensa de la Humanidad, descubro que detrás de la ECURED estabas tú también. En incontables eventos nacionales e internacionales se alzó tu voz antiimperialista, valiente y clara.

Desde tu pupila llenaste las nuestras de conocimiento descolonizador, advertiste y enseñaste como combatir las engañosas redes sociales.

Nos regalaste la emoción de cada jueves por la noche con tu hermosa Pupila, recorriendo la historia y mirando siempre al futuro; de orgullo por tu juventud Con Filo, de análisis y mayor comprensión para entender la economía en Cuadrando la caja desde esta isla bloqueada y sitiada.

Llegó temprano en la mañana Lis Cuesta, compañera de vida y de sueños del presidente cubano, directora de eventos del Ministerio de Cultura, no se movió del lado de tu madre hasta finalizar el homenaje. Y Mariela Castro Espín, hija de Raúl y Vilma, y Alex Castro el hijo de Fidel. Y allí estaba entre la gente el ministro de Cultura Alpidio Alonso, Fernando Rojas viceministro; todos los dirigentes del país te honraron con su presencia en nombre del pueblo cubano.

“Compañero ejemplar, hasta en las contradicciones”, dice tu hermana Arleen Rodríguez tras el impacto de tu partida en su cuenta de Twitter (...)  “un millón de batallas sin nombre lo eternizan. Esa inspiradora herencia te hará renacer muchas veces, hermano”.

...Y volverás a mi huerto y a mi higuera
Por los altos andamios de las flores
Volverás al arrullo de las rejas
De los enamorados labradores

...A las aladas almas de las rosas
Del almendro de nata te requiero
Que tenemos que hablar de muchas cosas
Compañero del alma, compañero.

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