Nicolás Maduro. Foto: Radio Mundial. Tomado de Cubadebate.


Fernando Buen Abad D.

La Jornada

Saquemos cuentas. Para ilusionarse de manera rentable las derechas compran, y venden, los números de sus predicciones más exóticas. Es un mercado aritmético que cuenta con expertos en retruécanos metodológicos variopintos, casi siempre adosados con silogismos insustentables para operaciones ilusionistas. El problema no son las encuestas (si son científicas), sino las emboscadas de falacias a las que sirven, a sabiendas o no. Como ya no tienen ideas, creen que les quedan los números… y los manipulan. La casa del ahorcado. Por cierto, en pleno proceso electoral pesan 950 sanciones imperiales contra Venezuela.

Así obran las derechas para propiciar el declive político del gobierno. En su desesperación, la derecha que ha rogado de rodillas por intervenciones imperiales, agita y financia proyectos de desmoralización inducida. Siembran en las cabezas de no pocos despistados todo tipo de incertidumbres. Fabrican cuentos sobre el agotamiento moral del pueblo, protagonizan ficciones económicas y morales para inyectar golpes de Estado recetados por sus laboratorios de guerra sicológica, que también venden encuestas y que no son baratas. Como en Miami. Con su circo de números fake despliegan, también, operaciones sicológicas, cuyos relatos estratégicos sirven principalmente como “globos de ensayo” para medir tolerancia e ignorancia sobre diversos temas. Y exhiben porcentajes a placer.

Algunos despliegan gráficas que se dicen habilitadas para medir el “enojo” popular contra Maduro, el “chavismo”, Simón Bolívar y todo lo que suene a socialismo. Echan mano del manual elemental de las falacias mercantiles para regimentar “datos verdaderos” en su guerra de estadísticas. Sin pudor, exhiben muestras sesgadas, preguntas tendenciosas, inferencias de “causalidad inversa”; confusión sobre el “punto de referencia”; falsificación del “sesgo de respuesta”; “inferencias indebidas”, y “precisión ilusoria”. Un arsenal de emboscadas fabricadas por los laboratorios de guerra sicológica para hacer creer que su numererío es exacto y significativo y que no conocen márgenes de error ni limitaciones de sus encuestas a pedido.

Ahora la derecha abrió una batalla contradictoria y aberrante, en la que, además de anunciar fraude adelantado, es decir, exhibir su descrédito sobre la salud democrática de Venezuela, exhibe números fabricados para diagnosticar tal salud.

Un interés de verdad bizarro cuando no parte de alguna dramaturgia surrealista. Sus encuestas, como instrumento para desnudar la realidad electoral, provocan un gran debate que debería tener ribetes judiciales por la dimensión de las falacias exhibidas, impúdica e impunemente, a escalas nacional e internacional, con grado de calumnia y difamación agravadas por ser difundidas con encuestadoras poco confiables. Distorsionan la voluntad democrática del pueblo venezolano, sus contextos, tradiciones, aportes y padecimientos bajo el agobio imperial estadunidense y sus 950 sanciones económicas, políticas y culturales. Repitámoslo. Sin olvidar que sus instituciones electorales han merecido copiosos reconocimientos internacionales por su transparencia y eficiencia.

En Venezuela la derecha pontifica su fanatismo imperialista alineada con cuatro frentes: 1) odio de clase militarizado imperialmente, 2) saqueo furibundo de materia prima y mano de obra, 3) dictadura financiero-inflacionaria, y 4) guerra cognitiva infestada con tsunamis ideológicos burgueses. Todo ello, subordinado al odio de clase que les impide entender la realidad de un pueblo en revolución, que no abandona la crítica ni la autocrítica, que no está contento con sus logros ni con sus agobios y que ya probó las mieles de la revolución desde abajo, incluyendo la revolución en marcha desde sus bases electorales.

Mientras el paisaje mundial del capitalismo se pudre aceleradamente y no logra recuperar su “prestigio”, la realidad se encarga, cotidianamente, de desnudar las pe rversiones de sus intereses y la maldad de sus consecuencias contra la especie humana que padece estragos infernales en las condiciones de vida más elementales. Hambrunas, miseria, intemperie, insalubridad, desempleo, ignorancia… y humillaciones sin límite minuto a minuto. La riqueza que produce la mano de obra global está secuestrada por unos cuantos terratenientes, industriales, faranduleros, militares… que ejercen con impudicia, e impunidad, la lógica salvaje del capitalismo. En Venezuela el pueblo vota históricamente contra eso. Hay pruebas a raudales.

Las encuestas que fabrican las derechas, con sedes también en Miami, son máquinas de guerra ideológica. Unos se llaman think tanks, “agencias de publicidad”, “asesores de imagen” e incluso “fundaciones” o “centros de investigación”. Invierten fortunas en la preparación, las pruebas, los focus group, los paper académicos, los estudios de mercado, las segmentaciones, los análisis sicológicos y semióticos… todo lo que uno pueda imaginar, y lo que no también, para martillarnos en la cabeza las maravillas del modelo de explotación que se les pudre en las manos. Nos quieren engañados, ignorantes y agradecidos a cualquier costo.

Ya podríamos escribir la enciclopedia del horror comunicacional con las aventuras de los vendedores de encuestas falsas que desfilan diario ante las cámaras y los micrófonos de los monopolios informativos desplegando hoy su nueva “operación cóndor mediática” para desestabilizar gobiernos elegidos democráticamente, para calumniar a los líderes sociales de los pueblos, para generar falacias informativas, para confundir a los ciudadanos y, especialmente, para expandir basura ideológica burguesa y hacernos creer que su proyecto de vida es lo mejor que pudo pasarnos, que es lo único y que más nos vale resignarnos. Eso anhelan las derechas, mientras pagan fortunas a sus encuestadoras con nuestro dinero.

Pero, cuando ellos canten fraude, el pueblo estará en las calles con su fuerza cualitativa y cuantitativa. Saquen sus cuentas.

 

Denuncia el jefe de campaña "Venezuela Nuestra"

Medios se suman al plan para desconocer los resultados del 28J

Misión Verdad

El sector de la oposición que respalda la candidatura de Edmundo González Urrutia ha venido preparando el terreno para desconocer los resultados de las elecciones presidenciales del próximo domingo 28 de julio y llamar a la violencia.

Así lo denunció el jefe de campaña "Venezuela Nuestra", Jorge Rodríguez, el pasado viernes 19 de julio en rueda de prensa cuando se refirió a la intención de algunos factores de participar en los comicios pero de forma "ilegal". "Se trata de un plan establecido para desconocer los resultados electorales", señaló, y añadió que "a falta de votos, querían ganar las elecciones con bots".

Para el jefe de campaña, causa mucha suspicacia que se cante fraude antes de que se realicen los comicios. Se refirió particularmente a un titular de CNN sobre los favoritos para ganar la justa presidencial en Venezuela. La nota es tendenciosa y afirma, basada en encuestas, que el candidato de la Plataforma Unitaria Democrática (PUD) será el ganador indiscutible el próximo domingo, lo que a juicio de Rodríguez también forma parte integral del plan desestabilizador post 28J.

En ese sentido, advirtió que es probable que los medios de comunicación internacionales desde el mediodía del domingo 28 de julio, cuando el proceso de votaciones esté en pleno desarrollo, comiencen a dar sus proyecciones basadas en exit polls, también conocidas como encuestas a boca de urna.

Hace dos meses adelantamos que los medios internacionales jugarían un papel importante en el escenario de desestabilización que la PUD quiere imponer posteriormente al 28J. Nos referimos a la posibilidad de que el evento electoral sea uno de los más monitoreados del mundo y las grandes cadenas afiliadas a los designios imperiales hagan una cobertura especial asumiendo falazmente —por origen y contexto— que la figura de María Corina Machado y Edmundo González representan un fenómeno político solo comparable con la irrupción del Comandante Hugo Chávez en 1998.

Bloomberg, Reuters, entre otros medios europeos y estadounidenses, serían los encargados de proyectar la supuesta épica de ese sector de la oposición, ya que se tuvo que "enfrentar" al chavismo en un escenario desfavorable. Según Rodríguez, buscan reeditar un proceso similar al proyecto Guaidó cuando validaron la instalación de un gobierno paralelo.

La dinámica sería la siguiente: publicarán los exit polls a tempranas horas de la tarde, la oposición cantaría fraude y luego vendría la presión para que no se reconozcan los resultados de las elecciones. El jefe de campaña mencionó como una señal de la implementación de ese plan las declaraciones del representante de la PUD, Biagio Pilieri, un día antes cuando afirmó que solo reconocerán los votos que se reflejen en sus propias actas, un preámbulo del posible desconocimiento de los resultados que emita el órgano rector.

"Vamos a tener las actas de las 30 026 mesas y de los más de 15 mil centros de votación, en las más de 1 100 parroquias (…) Vamos a respetar lo que esas actas digan en un proceso que tiene que ser libre, democrático y transparente ese día. Lo que digan nuestras actas, que es la voluntad del pueblo de Venezuela, por supuesto que las vamos a respetar", dijo en rueda de prensa.

Es preciso recordar que la ONG Súmate, creada por María Corina Machado en 2002 para fungir como un CNE paralelo, participa en la organización de los comanditos, grupos de choque que cuidarían la ficticia victoria de Edmundo González "a boca de urna".

"Nosotros sí vamos a reconocer el resultado del CNE, y después de que el CNE dé su primer boletín nos vamos a ir a las calles de toda Venezuela a defender nuestra victoria hasta con nuestra propia vida", recalcó el jefe de campaña chavista.

Más allá de lo anecdótico y meramente propagandístico que pueda resultar la postura exhibida por las corporaciones mediáticas internacionales y las franquicias comunicacionales diseminadas en el hemisferio, lo preocupante radica en su activa participación en la construcción de una narrativa peligrosa que presenta como inevitable el triunfo de Edmundo González Urrutia y, por ende, cualquier resultado contrario como la materialización del fraude.

El papel en este sentido no es neutral, y como tal debe ser denunciado. Por la impericia e irresponsabilidad mediática asistimos a invasiones en nombre de la libertad y la democracia. En Venezuela, con la anuencia mediática se justificaron las sanciones y se promovió un gobierno fake sin que, hasta la fecha, al pueblo venezolano se le hayan transmitido las disculpas necesarias por el agravio ocasionado.

El domingo 28 de julio debe prevalecer el respeto a la institucionalidad y el Estado venezolano en su conjunto debe garantizarlo. La paz y estabilidad debe privar a pesar de las ya evidentes señales desestabilizadoras que exhiben.

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