Trump gobierno de multimillonarios. Imagen tomada de Getty Images.


Randy Alonso Falcón

Cubadebate

“ A medida que se asciende en la escala de riqueza/ingresos, se obtiene un poco más de influencia en las políticas. Cuando se llega a la cima, que es quizás un décimo del uno por ciento, la gente esencialmente consigue lo que quiere, es decir, determina las políticas. Así que el término adecuado para eso no es democracia; es plutocracia". Noam Chomsky en Bonn, Alemania, en el DW Global Media Forum, 15 de agosto de 2013.

Desde hace mucho tiempo, Estados Unidos es esencialmente una plutocracia, al más clásico concepto griego de Jenofonte. Un gobierno de, para y por la clase más acaudalada. Pero nunca ha sido más químicamente pura que con el gobierno que asumirá en Washington a partir de este 20 de enero.

Los megarricos estadounidenses ya están hastiados de que una clase política medie en sus intereses y les ponga tibios obstáculos a sus propósitos de dominación y riqueza. No quieren que otros operen el poder en su nombre, sino que se han decidido a ejercerlo sin ambages. El gobierno que comienza es el más riqueza acumulada entre sus miembros en toda la historia de los Estados Unidos.

Nada igual se ha visto desde la época en que J. Pierpont Morgan, John D. Rockefeller, Andrew Carnegie, Cornelius Vanderbilt y Andrew Mellon, magnates del petróleo, las finanzas, la siderurgia y los ferrocarriles, manejaron a su antojo el gobierno estadounidense de fines del XIX e inicios del siglo XX y junto con la expansión industrial impulsaron una corrupción colosal. Los llamaban los “barones ladrones”.

Más dinero que el PIB de casi todos los países del mundo

Aunque Trump hizo su campaña bajo el manto de ser “la voz” de la clase trabajadora desplazada y golpeada por la crisis, su gobierno nada tiene que ver con su discurso. Para "Hacer América grande otra vez", Trump se ha rodeado de magnates, floridanos e incondicionales. Al menos 13 multimillonarios integran su gabinete, entre ellos, el hombre más rico del mundo

"Hoy está tomando forma en Estados Unidos una oligarquía de extrema riqueza, poder e influencia que realmente amenaza toda nuestra democracia, nuestros derechos básicos y nuestra libertad", dijo nada menos que Joe Biden, en su discurso de despedida del poder hace unos días.

Biden aseguró que una "peligrosa concentración de poder" estaba "en manos de muy pocas personas ultrarricas".

Para que se tenga una dimensión, las fortunas acumuladas por los más acadaulados miembros de la administración Trump alcanza en su conjunto los 450 mil millones de dólares, una cifra superior al Producto Interno Bruto de más de 170 países.

El patrimonio de Trump proviene del sector inmobiliario, que incluye edificios residenciales y de oficinas, hoteles y campos de golf en todo el mundo, incluidos Mar-a-Lago en Florida y la Trump Tower en Nueva York.

El reelegido presidente también tiene una participación de 3.500 millones de dólares en su red social, Trump Media & Technology Group, aunque ha prometido no vender sus acciones.

El patrimonio neto de Trump es de 6.200 millones de dólares, según Forbes.

Es el mejor retrato de los Estados Unidos de hoy, nunca más desigual, con una mayor concentración de la riqueza, donde el 1% más poderoso tiene más riqueza que el 90% de la población en su conjunto, con una diferencia de salarios entre ejecutivos y trabajadores en más de 300 veces. Es la expresión ultra del proceso de contradicción y degradación imperial ya vislumbrado por Lenin a inicios del pasado siglo, cuando advertía de la contradicción netamente capitalista entre el carácter social de la producción y la concentración de la propiedad privada de los medios de producción en pocas manos, que se agudiza bajo el imperialismo. Eso significa que el yugo monopolista “sobre el resto de la población se hace cien veces más duro, más sensible, más insoportable” y las ganancias principales van a parar a los “genios” de las maquinaciones financieras”.

El paradigma tecnofascista

La figura más notoria del gabinete de Trump es Elon Musk, el magnate sudafricano, cuya ganancia ha crecido desaforadamente desde la victoria electoral de noviembre y hoy ya supera los 400 mil millones de dólares. Nadie había amasado tanta fortuna en toda la historia.

Sólo en 2024, el ascenso de la la fortuna de Musk ha sido meteórico, con más de 218 mil millones de dólares añadidos en el año. Nada semejante nunca antes.

Musk es la combinación del oportunismo empresarial y el fascismo ideológico. Su desfachatez no tiene fronteras. Se sabe poderoso y ejerce esa condición sin remilgos. Se hizo de la red social Twitter, a la que rebautizó como X tras pagar 44 mil millones de dólares, para contar con un arma de calibre conque disparar sus ideas facistoides y hegemónicas sin intermediarios, y a la vez, servir a la campaña electoral de Trump como plataforma de contenidos.

Musk apoyó en un principio al Gobernador floridano Ron de Santis, pero tras el retiro de este de la contienda, se volcó de lleno a la candidatura de Donald Trump, a la que aportó más de 270 millones de dólares. Nadie tuvo más protagonismo en la contienda electoral 2024 que él.

Ahora, Musk tendrá en sus manos la “motosierra” de Trump. El reelecto presidente lo nombró al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), una comisión para frenar el gasto gubernamental, que no sólo podará programas supuestamente derrochadores sino que, también, eliminará barreras que hoy limitan a estos ultrarricos que han llegado al poder (regulaciones de salud, seguridad del trabajo, medioambientales, entre otras). No habrá frenos a las ambiciones de riqueza de los nuevos detentadores del poder.

Como avizoraron en la Grecia antigua Jenofonte y Tucídides, los plutócratas tienden a ignorar los intereses del estado, la responsabilidad social y los problemas políticos, empleando el poder para su propio beneficio.

Musk es el símbolo de los “barones ladrones” de hoy junto a Jeff Bezos, Peter Thile, Charles Koch, Jeff Yass, Ken Griffin y Rupert Murdoch, que han usado su riqueza para obtener poder y ahora afianzan ese poder, Trump mediante, para obtener más riqueza.

Le Select

"Estamos yendo rápidamente a una sociedad oligárquica. Nunca antes en la historia de los Estados Unidos tan pocos billionaires (fortunas de mil millones de dólares o más), tan poca gente había tenido tanta riqueza y tanto poder. Nunca antes había habido tanta concentración de propiedad en todos los sectores, tanto Wall Street [la bolsa]. Deberíamos hablar de ello, nunca los de arriba habían tenido tanto poder político”, caracterizaba al nuevo gobierno estadounidense el veterano senador y excandidato presidencial Bernie Sanders.

Trump ha invitado a su ejecutivo a otro selecto grupo de amigos de golf o grandes donantes de su campaña electoral, hombres y mujeres multimillonarios que marcarán la impronta oligárquica, desenfrenada y profundamente reaccionaria de esta administración.

Estos son algunos de esos nuevos rostros del poder plutocrático en EE:UU:

Linda McMahon, 3 mil millones de dólares. Trump eligió a McMahon, cofundadora de World Wrestling Entertainment, para que dirigiera el Departamento de Educación, posiblemente con la esperanza de que desmantelara el departamento al estilo de la lucha libre profesional. McMahon comparte un patrimonio neto de 3 mil millones de dólares con su marido, Vincent McMahon, según Forbes
Jared Isaacman, 1.700 millones de dólares. Trump nombró a Isaacman, director ejecutivo y fundador de una empresa de procesamiento de tarjetas de crédito, para dirigir la NASA. Isaacman ha colaborado con Musk desde que compró una serie de vuelos espaciales a SpaceX, su subsidiaria, y en septiembre realizó la primera caminata espacial privada, en la que salió de su cápsula en órbita de SpaceX. También cofundó Draken International, una empresa aeroespacial de defensa.
Howard Lutnick, 1.500 millones de dólares. Trump nombró a Lutnick, director del banco de inversiones y corretaje Cantor Fitzgerald, como su secretario de Comercio. Lutnick, que actualmente se desempeña como copresidente del equipo de transición de Trump, estaría a cargo de promover y desarrollar las industrias estadounidenses.
Doug Burgum, con un patrimonio estimado de 1.100 millones de dólares. Trump eligió a Burgum, actual gobernador republicano de Dakota del Norte y ex ejecutivo de Great Plains Software, para dirigir el Departamento del Interior. Como secretario, sería responsable de gestionar las tierras federales y los recursos naturales. La Oficina de Gestión de Tierras y el Servicio de Parques Nacionales quedarían bajo su dirección.
Vivek Ramaswamy, 1.000 millones de dólares. Trump eligió a Ramaswamy para que se uniera a Musk en la dirección conjunta del Departamento de Eficiencia Gubernamental. En una columna de opinión que escribieron juntos para el Wall Street Journal, ambos dijeron que consideran que su función es “reducir el tamaño del gobierno federal”.Ramaswamy es un empresario y ex ejecutivo farmacéutico que saltó a la fama como uno de los candidatos presidenciales republicanos y como rival de Trump. Finalmente se retiró y dio su apoyo al ex presidente.
Steven Witkoff, 1.000 millones de dólares. Trump eligió a Witkoff, inversor inmobiliario de Florida y socio de Trump en el mundo del golf, para que fuera su enviado especial a Oriente Medio. Witkoff es presidente y director ejecutivo de Witkoff Group, una empresa inmobiliaria con condominios de lujo, espacios de oficina y hoteles en todo el país. Witkoff también es copresidente del comité inaugural de Trump junto con la senadora de Georgia Kelly Loeffler.
Scott Bessent, indeterminado. Trump eligió al administrador de fondos Scott Bessent para el codiciado puesto de secretario del Tesoro, una decisión que probablemente complacerá a Wall Street . Bessent fue asesor económico de Trump durante la campaña electoral y es el fundador del fondo de cobertura Key Square Capital Management. También trabajó en Soros Fund Management, un fondo de cobertura iniciado por George Soros, un importante donante demócrata. Como secretario del Tesoro, Bessent sería responsable de asesorar a Trump sobre política financiera, económica y fiscal nacional e internacional. Aunque se ha informado ampliamente que Bessent es multimillonario, es difícil determinar exactamente su monto de riqueza.

Los embajadores elegidos por Trump también incluyen a varios multimillonarios, incluido el financiero Warren Stephens (3 400 millones de dólares de fortuna), quien ha sido elegido para servir como embajador en el Reino Unido, el ejecutivo de Conair Leandro Rizzuto Jr., elegido para servir como embajador ante la Organización de Estados Americanos, Charles Kushner, nombró al embajador en Francia, y Tom Barrack, embajador en Turquía.

La agenda trumpiana

Como escribió el estudioso de las elecciones estadounidenses Marty Jezer, “el dinero es el mayor determinante de la influencia y el éxito político. El dinero determina qué candidatos estarán en condiciones de impulsar campañas electorales e influencia cuáles candidatos ganarán los puestos electivos. El dinero también determina los parámetros del debate público: qué cuestiones se pondrán sobre el tapete, en qué marco aparecerán, y cómo se diseñará la legislación. El dinero permite que ricos y poderosos grupos de interés influencien las elecciones y dominen el proceso legislativo”. (Vea ademáshttps://scholarship.law.nd.edu/ndjlepp/vol8/iss2/3/)

Con el gabinete más acaudalado de la historia de Estados Unidos, es fácil entender que la agenda de Trump en su nuevo mandato va dirigida a satisfacer los apetitos y las visiones de lo más reaccionario de la clase más rica de la sociedad estadounidense.

El gabinete que Trump no solo refuerza las ya de por sí neoliberales políticas de Estados Unidos, sino que introduce elementos más extremos que su Administración de 2017. Entre multimillonarios, negacionistas climáticos y posturas xenófobas, la visión de su Gobierno apunta hacia una consolidación de políticas que pueden acentuar las desigualdades sociales y económicas en Estados Unidos.

Durante la campaña, Trump intentó distanciarse del Proyecto 2025, el controvertido y detallado plan maestro de gobierno publicado por los conservadores de la Heritage Foundation en previsión de un segundo mandato de Trump.

Aunque Trump no quiera que se le asocie con ese plan, fue formulado por sus aliados: al menos 140 personas relacionadas con el Proyecto 2025 trabajaron en el anteriorGobierno de Trump, según un análisis de Steve Contorno, de CNN. Ciertamente, hay cierto solapamiento entre gran parte de lo que propone el Proyecto 2025, de 900 páginas, y lo que Trump ha dicho que hará.

Entre las medidas ya anunciadas por el magnate inmobiliario, hábil para la corrupción empresarial y la comunicación, se cuentan:

• Deportación masiva de 11 millones de inmigrantes indocumentados.
• Cierre de la frontera sur y fin de la ciudadanía por derecho de nacimiento.
• Aranceles sin precedentes sobre los productos extranjeros procedentes de todos los países, pero especialmente de China.
• Recortes fiscales expansivos para beneficiar a las corporaciones, a los trabajadores que reciben propinas, a los ancianos que cobran la Seguridad Social, a los propietarios del noreste y a muchos otros.
• Recortes multimillonarios del gasto público con la ayuda de Elon Musk.
• Reformar los sistemas sanitario y alimentario del país con ayuda del escéptico de las vacunas Robert F. Kennedy Jr.
• Revertir las normativas destinadas a abordar el cambio climático, para beneficiar particularmente a las petroleras..
• Construir un nuevo escudo antimisiles con ayuda del exjugador de la NFL Herschel Walker.

Hoy será la toma de posesión de Trump en el mismo Capitolio que sus huestes asaltaron aquel nefasto 6 de enero de 2021. Habrá que ver su discurso y las primeras órdenes ejecutivas que firme esta tarde para aquilatar hasta qué profundidad su gobierno de plutócratas llevará sus propósitos. Todo se puede esperar.

Opinión
Trump gobierno de multimillonarios. Imagen tomada de Getty Images....
Dibujo: Alfredo Lorenzo Martirena Hernández / Cubahora....
Foto de archivo de La Habana. DDP / ALEJANDRO ERNESTO vía REUTERS - Tomada de La Marea. ...
Lo último
La Columna
La Revista