Jaime Cedano - Suenan Timbres.- Hay que reconocerlo, es humillante e indigna profundamente que la Vicepresidenta de un gobierno elegido democráticamente en las urnas y respaldado sistemáticamente por millones de hombres y mujeres en las calles de Venezuela, no pueda entrar a España y a ningún otro país de la Unión Europea, y en cambio si lo haga sobre alfombras azules tendidas por las derechas el autoproclamado Juan Guaidó, y además recibido, con pompa oficial por la ministra de asuntos exteriores de un gobierno que algunos llegaron a llamar “de izquierdas”, luego progresista, para ir quedando simplemente como un “gobierno de coalición”.