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“El bloqueo contra Cuba es parte de una guerra híbrida y quien colabora con ella puede ser calificado como criminal de guerra”


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“La Nueva Trova Cubana nació en 1968, un año que marcó a la juventud a nivel mundial”


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“Existe una voluntad política clara para que la emigración participe en el desarrollo económico de Cuba”


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Editorial: Cubainformación, caso cerrado: varapalo judicial a la guerra contra la cooperación médica cubana

En julio la sentencia se hizo firme. José Manzaneda, periodista y coordinador del sitio digital www.cubainformacion.tv, así como la representación legal de la Asociación Euskadi-Cuba, propietaria del citado dominio web hasta 2020, fueron completamente absueltos en la querella presentada contra ambos por Javier Larrondo, presidente de la organización anticastrista Prisoners Defenders.

La sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid confirmó el fallo absolutorio emitido en febrero pasado por el Juzgado de lo Penal 31 de Madrid. Y la segunda sentencia no fue apelada por ninguna de las partes.

Recordemos: Javier Larrondo pidió para ambos seis años de cárcel y una cantidad cercana a los 100 mil euros entre indemnizaciones y multas, por un delito de injurias, calumnias e incitación al odio, a raíz de la publicación, el 5 de octubre de 2020, del trabajo periodístico titulado “Crear una crisis sanitaria en Cuba, objetivo de la guerra contra su cooperación médica”.

Tras la primera sentencia absolutoria que, además, condenó al querellante al pago parcial de las costas por “temeridad”, al acusar a Euskadi-Cuba por injurias y calumnias, cuando una persona jurídica no puede legalmente cometer tales delitos, tanto Larrondo como Manzaneda y Euskadi-Cuba, presentaron recursos de apelación. El primero, disconforme con la absolución y reafirmando su petición de prisión y pago económico, los segundos solicitando el pago total de costas por el querellante.

La segunda sentencia confirmó íntegramente el primer fallo, y reiteró los elementos esenciales de la argumentación del juez.

Recordemos que el reportaje antes citado denunciaba el papel de PrisonersDefenders como colaborador directo de la política del Gobierno de EEUU en contra de los programas de cooperación médica cubana en el mundo, para eliminar o reducir los ingresos que obtiene el Ministerio de Salud Pública de Cuba a partir de ciertos convenios médicos, que sirven para sostener el sistema sanitario de la Isla.

El trabajo, en una primera versión, calificaba a Larrondo,  al igual que a Donald Trump y al senador de ultraderecha por el estado de Florida Marco Rubio, como “criminal de guerra”. En el juicio, Manzaneda explicó que la expresión -retirada al de pocos días de su publicación por motivos de estilo- hacía referencia a la “guerra contra la cooperación médica”, tal como indicaba el propio titular del reportaje, enmarcada a su vez en la guerra no convencional, híbrida y económica de EEUU contra el pueblo cubano, dado que estaríamos en presencia de una de las manifestaciones del bloqueo económico aplicado sobre Cuba: la destrucción de sus ingresos para la salud pública.

Sentencia sienta jurisprudencia contra la narrativa sobre “médicos esclavos” de Cuba

La primera sentencia ya dejó claro que la calificación de “criminal de guerra” no es injuriosa, pudiendo ser considerada “una hipérbole periodística” si se analiza “con el resto del contenido del artículo”, y que el periodista no actuó con una motivación ofensiva, sino con una “intención de crítica, recriminación o censura política, que encuentra acomodo dentro de los límites de la libertad de expresión”.

La segunda sentencia reafirmó que “la expresión `criminal de guerra´ es imprecisa”, “no concreta hechos determinados” y debe tenerse “en cuenta el contexto”. Y añadió que, en “el convulso debate socio político actual” prolifera “la recriminación desmedida, de la que no es ausente el querellante al referirse a las actuaciones promovidas por el gobierno cubano en las misiones médicas a desarrollar en el extranjero, calificándolas como de `esclavitud´”.

La narrativa de la “esclavitud” del personal médico de Cuba en decenas de países, principalmente del Sur Global, difundida por el Gobierno de EEUU y por organizaciones subalternas como PD, quedaba de este modo recogida, en una sentencia judicial, como una “recriminación desmedida”, algo que sienta jurisprudencia y que, sin duda, fue un varapalo añadido para el querellante.

En todo caso, es evidente que la presentación de la querella fue una forma de persecución del periodismo crítico que realiza Cubainformación, con la intención incluso de encarcelar a un periodista por un simple artículo periodístico, por quien se presenta como un “defensor de los derechos humanos”, cuando no lo es. El proceso judicial fue una estrategia, también, de presión económica para un medio muy modesto, frente a una organización que cuenta con un completo equipo jurídico.

Todo, con la vana intención de callarnos y que nos autocensuremos. No lo han conseguido. Porque, en Cubainformación vamos a seguir denunciando el bloqueo de EEUU contra el pueblo cubano como una de las mayores violaciones masivas y sistemáticas de derechos humanos que existen hoy en el mundo, y a denunciar a las organizaciones que colaboran con dicha política.

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