Entrevista para Cubainformación revista .- Adriana Pérez, esposa de Gerardo Hernández y Olga Salanueva, esposa de René González, dos de los cinco presos políticos cubanos en cárceles de Estados Unidos: “Con las asociaciones de amistad con Cuba estamos rompiendo el muro de silencio sobre Los Cinco”

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En septiembre de 1998, cinco ciudadanos cubanos fueron detenidos en Miami bajo 26 acusaciones de delitos contra los Estados Unidos. De estos 26 delitos 24 eran delitos menores o faltas técnicas. En cualquier caso, en el resto no existían delitos de agresión, sangre, uso de armas o delitos similares. Sin embargo, estas cinco personas permanecen encarceladas desde hace ya 9 años. Tres de ellas condenadas a cadena perpetua, uno de ellos a dos cadenas perpetuas más a otras dos condenas de 19 y 15 años de cárcel respectivamente.


Esto no es un guión cinematográfico. Es la realidad que están sufriendo cinco ciudadanos cubanos.

En el mes de noviembre, Cubainformación entrevistó en exclusiva en Madrid a Adriana Pérez, esposa de Gerardo Hernández, uno de los cinco encarcelados, y Olga Salanueva, esposa de René González. Los otros tres presos son Ramón Labandino, Antonio Guerrero y  Fernando González.

Conocemos todas las irregularidades de un juicio celebrado en una ciudad nada favorable a la imparcialidad como es Miami. Una se pregunta si ha existido algo regular en este juicio.

Adriana Pérez: El juicio comenzó en el 2000. Ellos, Los Cinco, fueron apresados en septiembre de 1998. Es decir, tardó dos años en comenzar el juicio. Se celebró en la ciudad de Miami, ciudad dónde la hostilidad hacia Cuba es evidente y donde fue imposible lograr un jurado imparcial para procesar a estos cinco hombres. El proceso judicial duró casi 7 meses, posiblemente el juicio más largo en la historia reciente de EEUU.

Durante el proceso no se pudo presentar prueba alguna para los cargos que se les imputaban. A pesar de eso fueron condenados a las largas penas, como comentabas. Desde el comienzo del proceso sabíamos que iba a ser totalmente manipulado el proceso.

esde el comienzo, fueron llevados desde sus casas a un interrogatorio sin presencia de abogado, violándose un derecho básico, y encerrados en celdas de confinamiento solitario durante 17 meses. A partir de este momento,  se limitó y se obstaculizó  el proceso de defensa. Sus abogados no tuvieron la posibilidad siquiera de la revisión de las pruebas que decía tener la fiscalía. Era evidente que no podría lograrse un juicio totalmente imparcial. 

A pesar de que la defensa intentó cambiar el lugar de la sede, la jueza no lo permitió alegando que la ciudad de Miami era una ciudad cosmopolita y que sí se podría lograr un proceso adecuado. Después que Los Cinco fueron declarados culpables, fueron sentenciados en diciembre del 2001. A partir de esa fecha, comienza el proceso de apelación, o sea, llevamos ya  6 años. En agosto del 2005, tres jueces de la Corte de Atlanta, elegidos en la Corte del Onceno Circuito de Atlanta, que tenían en aquel tiempo -y tienen actualmente- la responsabilidad de revisar todo el proceso, después de mucho tiempo de estudio emitieron de manera unánime, en un escrito de 93 páginas, muy bien argumentado, la opinión de que el proceso debía ser anularlo y debían ser revocadas las sentencias. Pidieron un nuevo juicio fuera de la ciudad de Miami, precisamente con los argumentos de la no imparcialidad de la sede, el no haber contado con todas las pruebas de la acusación para poder preparar una defensa lo más completa posible, etc.

Pero, desgraciadamente, está opinión fue más tarde apelada de nuevo por el propio Gobierno de EEUU a través de la figura de la Fiscalía. No es común que una decisión unánime sea apelada y más tarde revocada por el pleno de la Corte en una decisión dividida 10 a 2. La decisión fue virar nuevamente todo el expediente apelativo a manos de estos tres jueces para que entonces emitieran una opinión teniendo en cuenta el resto de los aspectos apelativos  que quedaron pendientes.

La administración norteamericana, desde el principio, declaró que el caso era una cuestión de seguridad de estado, algo que no ha podido demostrar, con lo que la primera conclusión que se puede extraer es que estamos ante un juicio político...

Olga Salanueva: Evidentemente. Un proceso cuyo objetivo es que no termine. Un proceso que comenzó el 12 de setiembre de 1998. Ya lleva 9 años, de los cuales 6 han sido en el proceso apelativo como tal, con toda la intención de que no termine jamás. Cualquiera que sea la opinión que nuevamente puedan dar los jueces puede ser nuevamente apelada por las dos partes. Es decir, que se hace interminable el proceso.

Nosotros decimos algo en lo que todo el mundo está de acuerdo: que esas personas no debieron estar en la cárcel ni un solo día; que lo único que han hecho es luchar, recibir información para evitar la muerte de cubanos por actos terroristas, para evitar el luto a la familia cubana que tiene ya un saldo de más de 3.000 muertos y 2.000 lesionados en su haber.

El mundo lo desconoce pero está bien claro que no existe ley, ni siquiera la propia constitución de los EEUU, ni convención internacional que los pueda llevar a la cárcel. Que si se hace justicia, ellos deben ser liberados. Pero precisamente eso es lo que no quiere el gobierno de EEUU, que se haga justicia. Porque sabe que, bajo sus mismas leyes, bajo su misma constitución estos Cinco cubanos son inocentes.

Se dice de Antonio, por ejemplo, condenado a cadena perpetua, que él trabajaba en una fundición en un espacio militar abierto al público, y en el juicio se intentó probar ese hecho como espionaje contra los intereses del gobierno. El fiscal, de igual modo, sostuvo que Los Cinco habían ido a atacar a EEUU, aunque militares del Pentágono citados por la defensa declararon en el juicio que no representaban ningún peligro...

A.P. Realmente todo el proceso movería a risa sino fuera por lo delicado que es. ¿Por qué son acusados, precisamente, de conspiración para cometer espionaje? Porque la fiscalía no pudo probar que existía espionaje. No existía ni siquiera la intención de buscar algún documento de carácter militar ni de seguridad nacional que atentara contra los EEUU.

Pero es que la propia Fiscalía, cuando se dirige al jurado, les dice que no verían, en ningún momento, documento secreto o documento alguno que atente contra EEUU, que tendrían un obstáculo insuperable para poder demostrar los cargos existentes. O sea que desde el primer momento la fiscalía reconoció la falta de evidencia.

Sin embargo, el jurado, seleccionado en esa ciudad de Miami, los encontró culpables. Desde el primer momento se sabía que era un proceso político seguido contra Cinco cubanos que representan la necesidad de nuestro país de protegerse de las acciones terroristas.

Es significativo también el caso de tu marido Gerardo, por ejemplo. Lo acusan de infiltrarse en “Hermanos al Rescate” y lo responsabilizan del derribo de los aviones que invaden territorio cubano, a pesar de que ellos mismos reconocen que no tienen pruebas. Su supuesta prueba es que él no se subió a dichos aviones...

A.P. En el caso de Gerardo, ni siquiera estaba infiltrado en la organización “Hermanos al Rescate”. Sin embargo, el cargo de conspiración para cometer asesinato en primer grado, es por el derribo de dichas avionetas en aguas nacionales cubanas. Éste es un derecho soberano de Cuba: proteger su espacio aéreo. Espacio aéreo que había sido invadido y que había sido violado por avionetas de esta organización en numerosas ocasiones. El gobierno cubano en varias notas le había informado al gobierno norteamericano de esta situación. En el año 1996, Cuba decidió tomar medidas y derribó las dos avionetas en aguas nacionales cubanas.

Sin embargo, Gerardo no tiene ningún vínculo con esta decisión. La fiscalía, después de 7 meses de intentar probar este cargo, pide modificarlo por la falta de pruebas. Lo que demuestra que ese cargo fue inventado, ya que recordemos que aparece casi 8 meses después de haber sido detenidos. Es éste, precisamente, el cargo que politiza el caso en la ciudad de Miami. Y es el cargo que ellos inventan para llevar el caso a una corte judicial. De otra forma no había ningún sustento para hacerlo.

Miami, un escenario poco adecuado para un jurado imparcial...

A.P. El jurado los encontró a todos culpables de todos los cargos, a pesar de la falta de evidencias, demostrada durante todo el proceso, a pesar de que eran y son inocentes. Estamos hablando de la ciudad de Miami. No esperábamos otro resultado en este escenario. Los tres jueces de Atlanta reconocen esta “tormenta perfecta”, creada en ese ambiente de Miami, para poder declararlos culpables, y emiten entonces una opinión crítica que, como se sabía, creó una reacción violenta dentro de la comunidad de Miami. En esta comunidad lo que se esperaba era un juicio político contra Cinco cubanos que representan el derecho soberano de Cuba.

En estos 9 años, no habéis dejado de luchar. ¿Podemos hablar de que existe una verdadera red internacional de apoyo?

O.S. En junio del 2001 fueron declarados culpables. A partir de ese momento se llevó a la opinión pública dentro de Cuba. Nosotras, como familiares, nos dimos cuenta de que se trataba de una gran injusticia, de que no iba a ser posible que el proceso terminara rápidamente, y que  estaban envueltos en una madeja interminable.

Por lo tanto, nos agrupamos: somos cinco familias, y con el apoyo del gobierno de Cuba y del pueblo de Cuba nos hemos dado a la tarea de lo que debió haber hecho la prensa internacional. La prensa ha edificado un gran muro de silencio.

Antes incluso de la selección del jurado, la prensa de EEUU, fundamentalmente en la ciudad de Miami, se dio a la tarea de otorgarles el titulo de espías. Trataron de asustar a la Comunidad para que nadie se atreviera a defenderlos ni a formar parte de un jurado de forma imparcial. Y cuando ya fueron sentenciados, condenados, dispersados por todo el territorio de EEUU, se hizo un silencio absoluto. Ese silencio lo hemos ido rompiendo poco a poco. En primer lugar con todos los amigos, con las asociaciones de amistad con Cuba de todo el mundo.

Siempre decimos que el gobierno de EEUU pensó que, haciendo esta farsa de juicio, condenándolos, dispersándolos y después obligándolos a ser olvidados, iban a lograr sus resultados. Pero no contaron con la solidaridad humana, la misma solidaridad que ha llevado el pueblo de Cuba a todos los rincones del mundo, que hoy se ha unido en la defensa de Los Cinco. De la mano de la solidaridad hemos ido poco a poco a diferentes lugares.

Son muchos los escenarios a dónde hemos llegado, a organizaciones internacionales de todo tipo. Por ejemplo, no pensamos nunca que Amnistía Internacional -cuando llegamos por primera vez de mano de los grupos de solidaridad en 2002- iban a reconocer nuestros derechos, los derechos de ellos como prisioneros, los derechos nuestros como familiares. No pensamos que íbamos a recibir ese apoyo y sin embargo nos lo dieron. No pensamos tampoco que organizaciones religiosas de todo el mundo se agruparan y tomaran una opinión respecto al caso, que se comunicaran con las autoridades norteamericanas exigiendo el derecho de visita, como fue la Iglesia de Cristo en EEUU, que se ha prestado a servir como garantes en nuestra entrada en EEUU.

Durante estos 9 años dispersos en cinco cárceles no han tenido prácticamente visitas, y han tratado de romper lazos a los que cualquier preso tiene derecho...

O.S. Sí, han intentado romper esos lazos. Pero no lo han logrado. En el listado de visitas oficialmente reconocido en sus cárceles ellos pueden recibir visitas de los familiares. Hay visitas semanales, mensuales, pero el hecho es que nosotras vivimos en Cuba y ellos están en EEUU, y por tanto tiene que mediar una visa. Y la visa es la que se ha utilizado como instrumento para un castigo adicional hacia ellos y hacia nosotros, los familiares. Sí se les ha visitado pero con mucha mucha dificultad. Un promedio de 6 ó 7 ocasiones para cada familiar, salvo en nuestro caso. A nosotras dos se nos ha dado una negativa absoluta. Ocho veces nos han denegado ya la visa.

Vuestra vida ha dado un giro de 360º. Imagino que se habrán dado situaciones que nunca habríais imaginado...

O.S. Como tú dices, esto ha cambiado totalmente nuestras vidas. No tenemos ninguna formación específica para todo esto, no hemos cursado estudios para estar así, entre cámaras de televisión, para ir a entrevistarnos con parlamentarios. Nosotras nunca planificamos este tipo de actividad, pero nos ha impulsado la necesidad.

Nos crecen las fuerzas a diario porque sabemos que nos asiste la razón. Sobre todo nos asiste la razón que tiene el pueblo de Cuba a defenderse contra el terror. Pero sobre todas las cosas nos da fuerza el hecho de mirar atrás y ver todas esas personas que han muerto por actos terroristas organizados en Miami y cuyas familias no tienen ni siquiera el privilegio que tenemos nosotras de estar en la lucha por su regreso a casa.

Habréis conocido todo tipo de personas en estos años. Gente desconocida que os muestra su solidaridad. ¿Qué es lo que más os ha impactado?

A.P.: Realmente, para nosotras ha sido una experiencia única. Saber que hay tantas personas que te apoyan, que a pesar de todos los problemas de su vida cotidiana, sacan un espacio para dedicarse a esta solidaridad, para dedicarse a esta verdad. Por supuesto que para Los Cinco y para nosotros los familiares nuestro sostén es esa solidaridad, que ha llegado a la prensa, aunque sea de una manera menor, que ha llegado a parlamentarios, que ha llegado a los lugares dónde quizá ninguno de nosotros hubiese podido llegar de una forma solitaria.

Después de todo este tiempo, ¿os arrepentís de algo de lo que habéis hecho?

A.P. Ni siquiera pensamos en eso. No se han arrepentido ellos, Los Cinco, porque saben que estaban haciendo algo justo. Son hombres que estuvieron amenazados de ser condenados a la pena de muerte y sin embargo decidieron ir a un juicio, no negociar ningún cargo, precisamente para denunciar dentro de los propios EEUU toda la historia de atentados que ha recibido Cuba. Si ellos por supuesto no se han arrepentido de nada, han resistido todas las presiones, no se les ha permitido la comunicación con sus familiares, han resistido 9 años de injusticia…

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