Manuel Ernesto Suárez Ruiz - Trabajadores.- Con la cooperación de 126 asesores cubanos y 47 venezolanos, unos 819 mil 417 ciudadanos de la nación andina han aprendido a leer y a escribir.

Mañana sábado 20 de diciembre, Bolivia será declarada oficialmente Territorio Libre de Analfabetismo, liberándose así de un flagelo que sometía al 13,8% de su población.

Después de casi 182 años de historia republicana, en este país andino por primera vez un gobierno asumía la alfabetización como una prioridad de su política de desarrollo.

En marzo del año 2006 Bolivia emprendió una de las tareas más humanas que existe e inició un proceso dirigido a la erradicación del analfabetismo absoluto y funcional que afectaba a cerca de un millón 200 mil personas, pertenecientes a sectores marginados y excluidos del sistema educativo.

Con la puesta en marcha del reconocido y prestigioso programa Yo sí puedo, diseñado por la cubana Leonela Relys a través de 65 clases audiovisuales, y con la cooperación de 126 asesores cubanos y 47 venezolanos, unos 819 mil 417 ciudadanos de la nación andina han aprendido a leer y a escribir. De este total, 24 mil 699 lo han hecho en aimara y 13 mil 599 en quechua.

Según la UNESCO, un país puede ser declarado libre del flagelo cuando el 96% de su población total lee y escribe. En el caso de Bolivia se ha logrado alcanzar el índice, convirtiéndose en la tercera nación de Latinoamérica después de Cuba y Venezuela.

De acuerdo con un comunicado emitido por el embajador de la Isla en aquella nación, Rafael Daussá Céspedes, no pocos fueron los obstáculos y dificultades que enfrentó el Programa Nacional para la Alfabetización (PNA).

La tarea fue cumplida con perseverancia en cada uno de los 28 mil 424 puntos de enseñanza instalados en los 327 municipios, con recursos muy limitados, imponiéndose a la adversidad de una compleja geografía para llegar a los lugares más apartados, la convicción de que resulta un imperativo para el desarrollo de los pueblos acabar con el iletrado y ofrecer la posibilidad a todos de aprender a leer y a escribir.

Esta importante tarea incorporó la solución de un problema colateral. Muchos de los iletrados sufrían dificultades en la visión, producto de su edad y otras dolencias. Sin embargo, no fueron marginados, recibieron una adecuada atención oftalmológica y en la inmensa mayoría de los casos que necesitaron lentes, les fueron entregados de manera gratuita. En el marco del PNA se atendió a más de 250 mil participantes y fueron entregados más de 212 mil lentes a ellos.

Como soporte imprescindible a la aplicación efectiva del Programa, Cuba donó al PNA mil 200 cartillas, 30 mil televisores e igual cantidad de equipos de video. A fin de hacer factible la aplicación del proyecto en todo el territorio nacional, incluidos los lugares más apartados que no cuentan con energía eléctrica, la nación antillana y Venezuela donaron 8 mil 350 sistemas de paneles solares, contribuyendo además al mejoramiento de las condiciones de vida de los pobladores, que ahora disfrutan de la luz eléctrica que no conocían.

Con la presencia del presidente boliviano Evo Morales y de otras importantes personalidades políticas, se celebró en Cochabamba el fin de la exitosa campaña alfabetizadora.

Actualmente, una comisión labora en el aseguramiento de las condiciones necesarias para repetir en una etapa superior denominada Yo sí puedo seguir, el éxito logrado en el programa inicial. Este nuevo ciclo generará bachilleres, individuos con oficios y hasta universitarios.

La Campaña de Alfabetización ha sido un logro sin precedentes en la historia de Bolivia, donde el conocimiento y la cultura son fundamentales para liberarse del colonialismo y del imperialismo.
Solidaridad
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