Puede ser impactante encontrar juntos, en tan escasos metros cuadrados —como los del vestíbulo de la sala 2 del Palacio de Convenciones de La Habana—, a tantas personalidades de esas que no puedes dejar de entrevistar, aunque el tiempo solo dé para algunas palabras y un apretón de manos.
Tuve esa oportunidad ayer, en un receso del Taller Internacional La Declaración Universal de los Derechos Humanos: 60 años después. En un discreto anonimato, salió de la sala el cantautor español Luis Eduardo Aute, exquisitamente amable al esperar con paciencia que alistara mi grabadora para inquirir qué significan para él 50 años de Revolución Cubana.
«Es una pregunta que se las trae. Daría para estar hablando varios años. Creo que estos 50 años han sido históricos en todo el mundo, pero sobre todo en América Latina, porque hay un antes y un después de la Revolución Cubana, en relación con el proyecto de unidad latinoamericana, de integración de todos los pueblos del continente. Cuba fue, es y será un referente de ese proyecto, tanto que vemos a su Revolución como el mascarón de proa de toda esa integración.
«En Cuba —añade—, la primera agresión al derecho a la vida de todo un pueblo es el bloqueo, que padecen hace 50 años. A partir de ahí, cualquier tipo de reflexión sobre la Revolución queda en segundo término, porque esa es la premisa mayor que hay que resolver, y diría disolver, por parte de EE.UU.».
—¿Algún mensaje breve para sus seguidores en Cuba?
—Pues que me siento muy feliz de estar aquí. Por muy poco tiempo en esta ocasión, apenas dos días. Y que no me he vuelto a España y ya tengo nostalgia de Cuba y de ustedes.
Una resistencia que enorgullece
Al extraordinario luchador independentista puertorriqueño Rafael Cancel Miranda —quien estuvo 25 años en cárceles norteamericanas—, nuestro fotorreportero Meriño lo captó mientras hablaba por teléfono con Gerardo Hernández, uno de los cinco antiterroristas cubanos que aguardan porque sea derribado el muro de la injusticia.
Para Cancel, estas cinco décadas son «como una victoria nuestra. Nos sentimos como si fuéramos parte del batallar de Cuba, y lo somos, pues es parte de la lucha de nuestra Patria Grande, tanto de Bolivia, como de Venezuela, Ecuador, Santo Domingo...».
«Para nosotros es un momento feliz. Que el pueblo cubano haya podido resistir 50 años de agresiones, sabotajes, falsedades contra la Revolución, nos hace sentir orgullosos como latinoamericanos, como caribeños, como puertorriqueños. Gracias al pueblo de Cuba, por haber podido cristalizar la lucha de Sandino, de Bolívar, de Sucre, de Albizu Campos, de Martí; por haber podido hacer realidad ese mundo mejor con el que han soñado los revolucionarios, los hombres y mujeres que han querido lo mejor para nuestros pueblos.
—¿En qué horizonte —medio o lejano— ubicaría usted la independencia de Puerto Rico?
—Es difícil decirlo. Enfrentamos una fuerza bastante poderosa. Ellos llevan 110 años en Puerto Rico; han declarado que somos una pertenencia, y que incluso nos pueden comerciar, negociar, vendernos. Ha habido resistencia desde el momento en que llegaron allí; hay lucha, pero no puedo decir cuándo llegaremos a la meta. Seguiremos batallando. Lo que sucede ahora mismo en América Latina ayuda al pueblo puertorriqueño en su búsqueda de la independencia.
Nuestras costas están muy cerca
Después de haber invadido arteramente a Iraq, George W. Bush no pudo disfrutar de paz ni allá en su confortable ranchito de Crawford, Texas. Hasta allí lo persiguió una pesadilla de nombre Cindy Sheehan, una mujer que había perdido a su hijo —joven soldado— en aquella guerra sin sentido.
Ahora en La Habana, puedo abordarla con confianza. Es una señora noble la que me sonríe al aceptar mis preguntas: «Cuba es un joven país en Revolución, y ha progresado mucho —señala—. El pueblo cubano es muy fuerte, y ha pasado muchos tiempos difíciles. Pienso que es tiempo de que se levanten el bloqueo y la prohibición de los viajes, y de que se normalicen los vínculos. En definitiva, las costas de nuestros dos países están muy cerca».
—Con la asunción de Obama como presidente en enero, ¿qué espera usted respecto a Iraq?
—Lo primero que él ha dicho es que desea retirar el grueso de las tropas estadounidenses de ese país, dejar allí un mínimo de ellas, incluyendo a algunos contratistas privados, y mover fuerzas hacia Afganistán. Es un gran error. Es el momento de que el movimiento pacifista y por los derechos humanos en EE.UU. llame a una retirada total de nuestras tropas de esas dos naciones.
Un país humanizado y humanizante
Cuando me acerqué al prestigioso intelectual y sacerdote brasileño Frei Betto, este hablaba con otros de mis colegas.
A mi interrogante sobre las cinco décadas de Revolución en la Isla, precisó: «Cuba es el único país en occidente, el único que se puede llamar genuinamente socialista. Un país en el que la gente comparte los bienes del trabajo, los bienes de la tierra. Un país en el que la gente es pobre, pero no hay miseria, ni hay millonarios por ahí, con sus lujos y privilegios. En ese sentido, Cuba es un ejemplo de un país humanizado y humanizante, que sufre también para garantizar ese derecho, por el bloqueo, por las agresiones, por la difamación».
«Creo entonces que son 50 años de conquistas, y para nosotros, quienes vivimos fuera de Cuba, como yo, que soy de Brasil, la Revolución Cubana de ninguna manera significa memoria del pasado, sino fuerte aspiración del futuro».
Tuve esa oportunidad ayer, en un receso del Taller Internacional La Declaración Universal de los Derechos Humanos: 60 años después. En un discreto anonimato, salió de la sala el cantautor español Luis Eduardo Aute, exquisitamente amable al esperar con paciencia que alistara mi grabadora para inquirir qué significan para él 50 años de Revolución Cubana.
«Es una pregunta que se las trae. Daría para estar hablando varios años. Creo que estos 50 años han sido históricos en todo el mundo, pero sobre todo en América Latina, porque hay un antes y un después de la Revolución Cubana, en relación con el proyecto de unidad latinoamericana, de integración de todos los pueblos del continente. Cuba fue, es y será un referente de ese proyecto, tanto que vemos a su Revolución como el mascarón de proa de toda esa integración.
«En Cuba —añade—, la primera agresión al derecho a la vida de todo un pueblo es el bloqueo, que padecen hace 50 años. A partir de ahí, cualquier tipo de reflexión sobre la Revolución queda en segundo término, porque esa es la premisa mayor que hay que resolver, y diría disolver, por parte de EE.UU.».
—¿Algún mensaje breve para sus seguidores en Cuba?
—Pues que me siento muy feliz de estar aquí. Por muy poco tiempo en esta ocasión, apenas dos días. Y que no me he vuelto a España y ya tengo nostalgia de Cuba y de ustedes.
Una resistencia que enorgullece
Al extraordinario luchador independentista puertorriqueño Rafael Cancel Miranda —quien estuvo 25 años en cárceles norteamericanas—, nuestro fotorreportero Meriño lo captó mientras hablaba por teléfono con Gerardo Hernández, uno de los cinco antiterroristas cubanos que aguardan porque sea derribado el muro de la injusticia.
Para Cancel, estas cinco décadas son «como una victoria nuestra. Nos sentimos como si fuéramos parte del batallar de Cuba, y lo somos, pues es parte de la lucha de nuestra Patria Grande, tanto de Bolivia, como de Venezuela, Ecuador, Santo Domingo...».
«Para nosotros es un momento feliz. Que el pueblo cubano haya podido resistir 50 años de agresiones, sabotajes, falsedades contra la Revolución, nos hace sentir orgullosos como latinoamericanos, como caribeños, como puertorriqueños. Gracias al pueblo de Cuba, por haber podido cristalizar la lucha de Sandino, de Bolívar, de Sucre, de Albizu Campos, de Martí; por haber podido hacer realidad ese mundo mejor con el que han soñado los revolucionarios, los hombres y mujeres que han querido lo mejor para nuestros pueblos.
—¿En qué horizonte —medio o lejano— ubicaría usted la independencia de Puerto Rico?
—Es difícil decirlo. Enfrentamos una fuerza bastante poderosa. Ellos llevan 110 años en Puerto Rico; han declarado que somos una pertenencia, y que incluso nos pueden comerciar, negociar, vendernos. Ha habido resistencia desde el momento en que llegaron allí; hay lucha, pero no puedo decir cuándo llegaremos a la meta. Seguiremos batallando. Lo que sucede ahora mismo en América Latina ayuda al pueblo puertorriqueño en su búsqueda de la independencia.
Nuestras costas están muy cerca
Después de haber invadido arteramente a Iraq, George W. Bush no pudo disfrutar de paz ni allá en su confortable ranchito de Crawford, Texas. Hasta allí lo persiguió una pesadilla de nombre Cindy Sheehan, una mujer que había perdido a su hijo —joven soldado— en aquella guerra sin sentido.
Ahora en La Habana, puedo abordarla con confianza. Es una señora noble la que me sonríe al aceptar mis preguntas: «Cuba es un joven país en Revolución, y ha progresado mucho —señala—. El pueblo cubano es muy fuerte, y ha pasado muchos tiempos difíciles. Pienso que es tiempo de que se levanten el bloqueo y la prohibición de los viajes, y de que se normalicen los vínculos. En definitiva, las costas de nuestros dos países están muy cerca».
—Con la asunción de Obama como presidente en enero, ¿qué espera usted respecto a Iraq?
—Lo primero que él ha dicho es que desea retirar el grueso de las tropas estadounidenses de ese país, dejar allí un mínimo de ellas, incluyendo a algunos contratistas privados, y mover fuerzas hacia Afganistán. Es un gran error. Es el momento de que el movimiento pacifista y por los derechos humanos en EE.UU. llame a una retirada total de nuestras tropas de esas dos naciones.
Un país humanizado y humanizante
Cuando me acerqué al prestigioso intelectual y sacerdote brasileño Frei Betto, este hablaba con otros de mis colegas.
A mi interrogante sobre las cinco décadas de Revolución en la Isla, precisó: «Cuba es el único país en occidente, el único que se puede llamar genuinamente socialista. Un país en el que la gente comparte los bienes del trabajo, los bienes de la tierra. Un país en el que la gente es pobre, pero no hay miseria, ni hay millonarios por ahí, con sus lujos y privilegios. En ese sentido, Cuba es un ejemplo de un país humanizado y humanizante, que sufre también para garantizar ese derecho, por el bloqueo, por las agresiones, por la difamación».
«Creo entonces que son 50 años de conquistas, y para nosotros, quienes vivimos fuera de Cuba, como yo, que soy de Brasil, la Revolución Cubana de ninguna manera significa memoria del pasado, sino fuerte aspiración del futuro».