Rafael Hojas Martínez - Trabajadores.- Mientras subsista la injusticia contra los Cinco, ella será un obstáculo insuperable para que pueda haber una relación normal entre Cuba y Estados Unidos, porque nos vamos a pasar la vida persiguiéndolos, como esa maldición gitana, hasta que los suelten. Porque mientras cualquiera de ellos esté preso, es una forma de recordarnos que en EE.UU. sigue habiendo un apoyo oficial al terrorismo, expresó Ricardo Alarcón, Presidente del Parlamento cubano, en Mesa Redonda de Telesur.

Al analizar la decisión de la Corte Suprema sobre el caso de los Cinco, Alarcón reiteró una vez más que la misma ignoró un expediente absolutamente invulnerable y convincente de la defensa y una oleada de amicus de todo el planeta, que incluyó las principales organizaciones de juristas de Estados Unidos.

En ese sentido, recordó que el fallo del Tribunal Supremo también desconoció la decisión del Grupo de Detenciones Arbitrarias de Naciones Unidas y la decisión unánime del panel de tres jueces de la Corte de Apelaciones de Atlanta, que declaró nulo el juicio, todas las sentencias y ordenó que se hiciera un nuevo juicio fuera de Miami.

Rememoró que Atlanta reconoció que no hubo espionaje, porque no había evidencia alguna de que estos cinco compañeros pusieran en riesgo la seguridad nacional de Estados Unidos.

“Pero Estados Unidos es un país que está acostumbrado a ignorar el Derecho y la opinión pública internacionales”. Recordó entonces que la Corte Internacional de La Haya condenó a EE.UU. por el minado de los puertos nicaragüenses, le ordenó que pusiera fin a ese hecho de guerra y compensará a Nicaragua, y que ese gobierno no hizo el menor caso.

En otro momento de su intervención en la Mesa Redonda, el máximo dirigente del Parlamento cubano, resaltó la opinión de Gayle McLaughlin, alcaldesa de Richmond, California, quien dijo que era esencial que el pueblo de los Estados Unidos conociera esta profunda negligencia del gobierno norteamericano, por no examinar los hechos de este caso. Agregó que ello es esencial para la libertad de los Cinco, pero que también era esencial para la preservación de la justicia para todos.

Alarcón se preguntó si para la justicia norteamericana, Cuba y los pueblos latinoamericanos son un bien jurídico, si el pueblo norteamericano es un bien jurídico que debe ser protegido. “Si fuera así hubieran revisado este caso, hubieran acatado el Convenio de Montreal sobre la Aviación Civil , hubieran respetado la resolución del Consejo de Seguridad que ellos mismos propusieron y hubieran extraditado a Posada Carriles o lo estarían procesando por la voladura del avión cubano”.

Nuevamente llamó la atención que la solución al caso de los antiterroristas cubanos está en las manos del presidente Barack Obama. “Basta con un golpe de pluma y se acabó el tema de los cinco y salen todos para sus casas”. Pero dudó de que haya alguna diferencia entre el actual mandatario norteamericano y su predecesor. “¿Dónde está Posada Carriles? ¿Ya lo extraditaron a Venezuela?”, preguntó.

Mientras por un lado Obama ordenó a la Corte Suprema no revisar el caso de los Cinco, por otro solicitó a ese mismo nivel de la justicia estadounidense que no revisará una causa de verdadero y probado de espionaje contra Estados Unidos. Se trataba de un alto oficial del Pentágono que había suministrado documentos secretos a dos norteamericanos agentes del gobierno israelí. “Sin embargo, en el caso de los Cinco no hubo un solo indicio que probara el espionaje y continúan encarcelados”, añadió.

En Miami se enardece el odio contra Cuba

En su intervención, Alarcón acusó también al gobierno norteamericano de piratería, al referirse a la decisión de un juez de Miami, quien ordenó la entrega a un agente de la CIA y miembro de la mafia de Miami, la cantidad de mil millones de dólares, bienes pertenecientes al pueblo cubano -congelados por varias décadas- por el suicidio de su padre presuntamente defensor de la causa de la “Revolución cubana”.

Significó también la maniobra gestada por congresistas anticubanos de Miami que, en el mismo momento en que se estaba dando la decisión de la Corte Suprema sobre el caso de los Cinco, ellos en conferencia de prensa hablaron del caso de los Cinco, de la supuesta victoria del presunto espionaje de Cuba contra Estados Unidos, con el ánimo de probar que este tipo de acciones obstaculizaría cualquier intento del nuevo gobierno de mejorar las relaciones con la Isla.

Precisó Alarcón que esas fuerzas no son observadores imparciales de esta situación. Recordó que una de esos representantes, la Sra. Ros-Lehtinen hizo su carrera política fomentando el terrorismo contra Cuba, ganó respaldo de la mafia por su defensa a Orlando Bosch y consiguió que Bush padre lo perdonara. Agregó que la congresista anticubana gestionó personalmente ante el gobierno que les fueran entregados al grupo terroristas Hermanos al Rescate, las mismas aeronaves involucradas en el incidente del 24 de febrero.

Asimismo, denunció como algunos medios de prensa siguen utilizando el término de espías para calificar el caso de los Cinco, con el ánimo de enardecer el ambiente hostil de Miami, donde se producirá la resentencia de Antonio, Ramón y Fernando.

El proceso legal seguirá

Según Alarcón, uno de los efectos más negativos de la decisión del Supremo es que divide el caso, lo bifurca. “Desde el punto de vista técnico se puede pensar en alguna posibilidad. El caso está cerrado para Gerardo Hernández, a quien debieron darle el mismo beneficio que a Antonio y Ramón, quienes no tienen acusación de espionaje, y que junto a Fernando serán re-sentenciados por el Tribunal de Miami.

En ese sentido, el Presidente del Parlamento cubano llamó a dar la batalla para que esa resentencia en Miami se convierta en cero y regresarlos a su casa.

“Tenemos que seguir exigiendo al gobierno de Estados Unidos que los pongan en libertad ya. Hay que multiplicarse, hay que luchar todos los días para lograr lo más importante, que el pueblo norteamericano se entere básicamente de este caso, y no olvidar que el caso de Gerardo tiene que seguir en el centro de la batalla. Hay que impedir que la prensa manipuladora desvirtúe el proceso de Miami y quiera olvidar a René y a Gerardo”.

Es preciso entonces, lograr lo que Gerardo dice en su mensaje: ´Solo se alcanzará la justicia con un jurado de millones de personas´.