Juventud Rebelde.-  La fuerte réplica sentida este miércoles, de 6,1 grados en la escala de Richter, acentuó en la capital haitiana el pánico de la población, que se mantiene viviendo en plazas, parques y calles, pero no interrumpió la heroica labor del personal cubano de la salud.

Tras estos remezones, los colaboradores de la Isla han adoptado las medidas de protección adecuadas y se mantienen alertas ante la posible aparición de más lesionados.

El martes se montó un hospital de campaña en Leoganes, una de las zonas más perjudicadas, y de manera rápida y eficiente, en menos de 12 horas, ya se habían practicado allí 16 intervenciones quirúrgicas. Este miércoles se instalaba otro en Jacmel.

Mientras, miles de personas deambulan en las calles de la capital de un lado a otro; muchos con bidones, cubos, tanques medianos y otros recipientes para recibir un poco de agua en los puntos en que se sitúan pipas y otros vehículos de distribución.

Hay angustia, pero no se ha llegado a un punto de desesperación. Si no, bastaría ver los centenares de lugares en las calles de Petionville donde, sobre lonas en el piso, se comercia plátano, ñame, malanga, boniato, zanahoria, lechuga, toronjas, variadas bisuterías, artículos comestibles y bebidas, sin que haya aglomeraciones o forcejeos.