En agosto de 2005 tres jueces del Tribunal de Apelaciones de Atlanta, revocaron las condenas y ordenaron sin éxito un nuevo juicio fuera de Miami.
Los Cinco han estado presos por casi 12 años bajo condiciones difíciles afirma Smtih. Y en todo ese tiempo no se ha permitido ni a Gerardo Hernández ni a René González recibir una sola visita de sus esposas, lo cual es un castigo cruel y despiadado.
El diplomático, a quien nadie podría acusar de pro castrista, recuerda que este caso se ha convertido en una especie de causa internacional célebre.
Diez premios Nobel, cientos de juristas, miembros de parlamentos y varias otras asociaciones de todo el mundo han pedido a la Suprema Corte de EU revisar el caso.
Hasta la ONU ha tomado cartas en el asunto y por primera vez en la historia recuerda Smith su Comisión de Derechos Humanos condenó el juicio argumentando que el tribunal de Miami no podía haber tenido la objetividad e imparcialidad que se requieren para asegurar un juicio justo.
Smith propone en The Nation una solución que podría beneficiar a todos: que Obama conmute las sentencias, ya que nunca hubo evidencia con la que condenar a los cinco, y Cuba libere a todos los presos políticos; algo que siempre ha sido un objetivo de Washington.
Ninguno de los dos gobiernos debería sufrir efectos adversos de esta liberación recíproca, considera Smith. Al contrario, ambos serían aplaudidos y sus imágenes internacionales mejorarían.
En el intercambio, concluye Smith, debe ser liberado el estadunidense Alan Gross, arrestado en Cuba en 2009 por sospechas de subversión. A cambio, Washington podría a su vez suspender formalmente otros programas para promover la democracia en Cuba que no cumplan con el protocolo diplomático normal y que no tengan la autorización del país anfitrión.
Nota: La primera parte de este artículo fue publicado en el Boletín Por Cuba 60, el 27 de julio del 2010.