El artículo titulado “Cuba lidera la lucha contra el cólera en Haití”, afirma que la Isla recibe elogios por mantenerse firme en la primera línea de combate al mal y por su esfuerzo amplio de rehacer en esa nación el destrozado sistema sanitario.
Menciona el rotativo que el líder cubano Fidel Castro ha escrito varias reflexiones, que constituyen crónicas de los esfuerzos de ese grupo médico y sus logros.
Paul Farmer, enviado especial de la Organización de las Naciones Unidas a Puerto Príncipe, aseveró que los cubanos, en octubre de 2010, fueron los que dieron la alarma inicial sobre el brote, ayudando a movilizar a los funcionarios de salud y reducir la cantidad de muertos, dice el NYT.
Con base en datos de autoridades haitianas, el periodista Randal C. Archibold recuerda que la Brigada Médica Cubana (BMC) fue uno de los contingentes más grandes de ayuda internacional en responder después del sismo y desde el brote de la enfermedad; la misión ha tratado a más de 76 mil casos con el mal, de los cuales han muerto únicamente 272.
Especifica que el índice de decesos representa el 0,36 por ciento, lo cual significa casi cuatro veces menos que el promedio en el país en su conjunto.
Durante 2011, el cólera mató a seis mil 600 personas y enfermó a más de 476 mil en Haití -casi el cinco por ciento de los 10 millones de habitantes de la nación- en lo que funcionarios de la ONU consideran la tasa más alta de esa dolencia en el mundo, recuerda el rotativo.
El doctor Lorenzo Somarriba López, jefe de la BMC, explicó a Archibold, que trabajaron en la educación de la población y enviaron personal especializado a las casas de las víctimas para explicarles sobre la enfermedad y ofrecerles tabletas para purificar el agua.
Los galenos cubanos trabajaron en Haití desde 1998, cuando llegaron los primeros 100, tras el azote de un huracán, y el último grupo retornó en octubre de este año, después de atender a más de tres millones de habitantes.
Comentarios elogiosos sobre el desempeño de los médicos realizó también Lilian Reneau-Vernon, representante de la Organización Panamericana de la Salud en República Dominicana, al hablar en un taller sobre la epidemia efectuado en abril último, en Santo Domingo.
Esa misión médica fue reconocida con la Orden Nacional de Honor y Mérito en grado de Gran Oficial, la más alta distinción que confiere el Estado haitiano, entregada por el entonces Presidente René Preval.