William Fernández - Foto: Roberto Morejón - AIN.- El reconocimiento a Cuba por sus aportes a los proyectos de colaboración Sur–Sur, y su voluntad de cooperar más con la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), fue destacado en La Habana.

Theodor Friedrich, representante de la FAO en la Isla, aseveró en conferencia de prensa que esos programas contribuyen a impulsar la seguridad alimentaria en la región.

Alabó la alta preparación de los técnicos y personal vinculado a las investigaciones, quienes pueden contribuir a la generalización de conocimientos en muchas naciones.

Consideró que en el país se necesita un cambio en los modelos productivos para poder influir en el aumento de los volúmenes de alimentos, y en ese sentido aludió a la agricultura de conservación.

De acuerdo con el especialista, esa modalidad comprende una serie de técnicas que tienen como objetivo fundamental conservar, mejorar y hacer un uso más eficiente de los recursos naturales, principalmente de los suelos.

Ello es fundamental para lograr disminuir las importaciones de alimentos que el Estado cubano debe realizar anualmente.

La colaboración del organismo de Naciones Unidas con la nación caribeña contribuye al avance de la actividad agropecuaria, la ganadería, la pesca y el desarrollo forestal.

Estos nexos, establecidos desde la década de los años 60 del pasado siglo, benefician a ambas partes: Cuba ha recibido apoyo de la FAO en recursos y proyectos de cooperación técnica para la agricultura y los pequeños campesinos, al tiempo que expertos del país han servido como consultores en muchas regiones.

Cuba figura entre los 16 países que ya alcanzaron la meta de la Cumbre Mundial de la Alimentación de reducir a la mitad el número absoluto de personas con hambre, gracias a la prioridad que el Gobierno ha otorgado a garantizar el derecho a la alimentación y a las políticas que ha implementado, reseña un comunicado de la FAO.