Cubainformación.- Este próximo viernes día 18 de octubre, el alumnado del Master de Cooperación de Hegoa, el Instituto de Estudios sobre Desarrollo y Cooperación, adscrito a la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de Sarriko (Bilbao), así como otro público interesado, podrá asistir al seminario titulado “Cooperación Norte-Sur vía AOD/OCDE frente a Cooperación Sur-Sur. Caso del Plan Nacional de Alfabetización en el Estado Plurinacional de Bolivia (2006-2009)”.
El seminario, que comparará los resultados de los programas de alfabetización en Bolivia antes y después de la aplicación del método cubano "Yo sí puedo", será impartido por Rafael Iván Ramírez Barrios, experto en Desigualdad, Cooperación y Desarrollo por la Universidad Complutense de Madrid (2004), y Licenciado en Economía por la Universidad de los Andes de Venezuela (1999).
Tal como señala el autor, el objetivo de este seminario es aportar datos e información contrastada para comprender que existen modos alternativos de cooperación que alcanzan altos resultados, comparando inversión, pertinencia, impacto y sostenibilidad de la CNS y la CSSS en el caso boliviano de lucha contra el analfabetismo.
En el taller, Ramírez tratará, en primer lugar, de explicar algunos términos usados reiteradamente a lo largo de la exposición. Posteriormente se tratará el asunto relacionado con la AOD (ayuda oficial al desarrollo de países del llamado Primer Mundo) en Bolivia, enfocándola a la relativa a la AOD para luchar contra el analfabetismo. Después se hablará sobre el estado del analfabetismo en el 2006, la puesta en marcha del PNA y su financiamiento. Finalmente se comparará los esfuerzos desde el Norte y desde el Sur para erradicar el analfabetismo en Bolivia.
Iván Ramírez, además, es un conocido activista de la PAH (Plataforma de Afectados por la Hipoteca) de Madrid:
Algunos apuntes sobre “Cooperación Norte-Sur vía AOD/OCDE frente a Cooperación Sur-Sur. Caso del Plan Nacional de Alfabetización en el Estado Plurinacional de Bolivia (2006-2009)”
Bolivia, país tradicionalmente receptor de Ayuda Oficial al Desarrollo, obtuvo 18 mil millones de dólares del CAD, es decir, un 15% de los fondos destinados a Suramérica entre 1960 y 2008. Así, acotando la serie a los años 2002 a 2009, el EPB recibió unos 4.500 millones de dólares, siendo la AOD en Educación de unos 473 millones, es decir, alrededor de un 10% de dicha AOD total.
En relación a la Educación Básica, se invirtió un 43% de esos 473 millones de dólares (204 millones de dólares). En el capítulo de Capacitación Básica de Jóvenes y Adultos/as, en que se incluye las actividades de Alfabetización, se registró una inversión de 25 millones de dólares entre los años 2002 y 2009, ambos inclusive. En este período, el Reino de España fue el socio más activo del CAD/OCDE en el EPB en asuntos de Capacitación Básica de Jóvenes y Adultos/as, con 73 proyectos, seguido por Canadá, con 21; Luxemburgo, con 20; y, el Reino de Suecia, con 9.
Sin embargo, en lo relativo a proyectos de Alfabetización, Suecia fue el socio más constante, y el que mayores fondos invirtió, participando en todos los años de la serie, aportando casi 10 millones de dólares vía UNICEF en el Proyecto Yuyay Jap’ina, ofreciendo resultados notables al alfabetizar a casi 120 mil personas. No obstante ello, los/as benefiaciarios/as de este proyecto tuvieron que examinarse con el PNA para poder lograr la certificación oficial. No obstante, Finlandia sí trabajó en temas de analfabetismo en línea con las estrategias del gobierno boliviano y bajo cobertura del PNA.
En cuanto a los demás socios de importancia de Bolivia, tenemos que España, el que se suponía el socio más activo, solo aportó 1,3 millones de dólares en total a proyectos de alfabetización; Holanda, aportó casi medio millón de dólares; Finlandia, unos 100 mil dólares; y, Bélgica, unos 3 mil dólares. Entre estos cinco países, que suman un PIB al 2011 de unos 3.700 miles de millones de dólares (CIA: Sin Fecha, Online), aportaron entre 2002 y 2009 unos 11 millones de dólares en Alfabetización en el EPB. Este monto representa solo un 6% de los fondos destinados a Educación Básica y una intensidad mensual media de unos 115 mil dólares; en un país que mantuvo importantes niveles de analfabetismo, especialmente entre población rural femenina, llegando a ser los niveles de analfabetismo femenino de más de tres cuartas partes de la población analfabeta y con tendencia creciente al momento de ponerse en marcha el PNA en el año 2006.
Ya a partir del 2006, y en tan solo treinta meses, el PNA logró acabar con este grave problema enquistado en la estructura social boliviana desde siempre. Contando con interesantes socios: uno, Cuba, por aportar experiencia técnica en el diseño y aplicación del método de alfabetización “Yo Sí Puedo”; y, otro, Venezuela, con la reciente experiencia de su plan masivo de alfabetización con el método cubano y con seria voluntad de colaborar en el financiamiento del Plan.
Bolivia acometió el PNA con unos 20 millones de dólares, alcanzando un impacto sobre la población meta de 824.101 personas, y una intensidad de gasto mensual medio de unos dos tercios de millón de dólares, muy por encima de los 115 mil de los países del CAD entre 2002 y 2009. Como dato adicional, estos tres países conforman un PIB combinado al 2011 de 396 mil millones de dólares (CIA: ÍDEM), cantidad la cual es menor que el de cuatro de los cinco países del CAD mencionados en el párrafo anterior, con la excepción de Finlandia. Además, Venezuela hizo una donación inicial de 5 millones de dólares, lo cual es casi la mitad de todo lo invertido por los países del CAD en toda la serie analizada.
Asimismo, los siguientes factores diferenciadores del PNA respecto a los anteriores intentos, y relacionados con variables que no fueron contemplados jamás por actores que desearon erradicar el analfabetismo, son:
a) El método “Yo Sí Puedo”, de bajo coste y de fácil aplicación
b) El Bono Juancito Pinto para evitar la deserción escolar
c) La oportunidad otorgada a los/as graduados/as del Yo Sí Puedo con la implantación del Plan de Post Alfabetización “Yo Sí Puedo Seguir”.
Tanto el Bono como el Programa de Postalfabetización, están generando sostenibilidad al PNA y están siendo financiados con recursos obtenidos de la explotación de recursos hidrocarburíferos y mineros, antes en manos de empresas privadas transnacionales; y, con recursos del Tesoro Nacional.
d) El haber llegado el PNA a la casi totalidad de la población afectada por el analfabetismo.
e) La llamada Operación Milagro (Cooperación Cubana) que realizó operaciones oftalmológicas y facilitó gafas para personas con problemas de la vista.
f) El equipamiento de placas solares destinadas a las zonas donde no llegaba el suministro eléctrico.
g) El facilitar el acercamiento de los/as usuarios/as a los centros de enseñanza a la mayor parte de los/as participantes.
Otro factor de éxito, que se contrapone a la tradicional CNS vía ONGDs, que normalmente trabajan de forma inconexa sobre el terreno para afrontar un mismo problema; es la coordinación como política de estado entre los gobiernos socios, sin intermediación de asociación o ente privado alguno, en las diversas etapas del PNA (diagnóstico, pilotaje y generalización y seguimiento continuo), sin presiones sobre el socio receptor de la ayuda, invocando así el carácter de la CSS y la filosofía del ALBA, lo cual se contrapone también al carácter tradicionalmente condicionante de la CNS para poder tener acceso a la AOD, entre ellas, las de carácter comercial e institucional.
Así, muchas de las organizaciones que venían trabajando en tareas de alfabetización tendrán que cambiar el perfil de sus proyectos, y otras, posiblemente cesarán sus actividades especializadas en el EPB.
Si bien es cierto que las formas de CNS y CSS conciben la ayuda de formas distintas, utilizando instrumentos distintos, y que la CNS cuenta con una sólida experiencia frente a la creciente CSS; en el caso del PNA en Bolivia queda demostrado que sí existe una voluntad política firme en los países demandantes/receptores y oferentes de ayuda, y que sí hay socios del Sur que asuman políticas de Estado frente a esas demandas de forma irrestricta, sin condicionantes comerciales o institucionales, ofreciendo experiencias y recursos; y que no es necesario mantener relaciones asimétricas vía AOD/CAD.
