Los días 14 y 15 de abril se desarrollaron en Tarazona de la Mancha -Municipio de la provincia de Albacete en Castilla La Mancha- las jornadas “Quijotes de la libertad” en homenaje al 80 aniversario de la creación de las Brigadas Internacionales. De las mismas participó Eugenio Martínez Enríquez, Embajador de Cuba en España quien depositó una ofrenda floral en el Parque de la Memoria dedicado a los brigadistas. Miguel Moré Santana, segundo de la Embajada realizó una intervención especial en representación de los brigadistas cubanos.

A continuación, reproducimos las palabras del Sr. Embajador Eugenio Martínez Enríquez en la mesa redonda llevada a cabo durante dichas jornadas:

“Buenas noches

Estimado Presidente de la Diputación. De Albacete, Santiago Alcalde de Tarazona, Miguel, Josefina, amigos alcaldes, especialmente Juan de El Bonillo que nos contagió con el cariño con esta región, invitados:

Agradezco la iniciativa de recordar a los voluntarios por la libertad. 1 400 de los miles de más de 50 países que defendieron la República durante la Guerra Civil, fueron cubanos.

Son ellos parte inseparable de aquel esfuerzo de humanidad y solidaridad. Seguramente ninguno quisiera verse separado por el país de origen, por lo que abuso de mi condición de representante de Cuba, para sin olvidar que todos merecen ser recordados, brevemente hablar hoy de mis connacionales. Particularmente estimulante es ver tanta gente aquí hoy, en este teatro, para hablar de la historia heroica y recordarla, en lugar de aprovechar la bella plaza cercana y este día fabuloso para tomar una copa.

Amigos:

Nuestros compatriotas aquí en España, se incorporaron a la gran batalla de su tiempo, defendiendo la tradición de internacionalismo que Cuba ha promovido y representado.

Decía el Líder Histórico de la Revolución Cubana Fidel Castro Ruz:

“Surge en el año 1936 la guerra civil en España, donde los enemigos de la República son apoyados en la sublevación por Hitler y Mussolini. Se movilizan las Brigadas Internacionales, que allí escribieron una de las más hermosas páginas del internacionalismo proletario. Nuestro pueblo envió casi mil combatientes a lucha en España contra el fascismo. Nunca podremos olvidar que allí dieron su vida generosa hombres del calibre y la dimensión humana de Pablo de la Torriente Brau. Esta es, a nuestro juicio, una de las más nobles y heroicas contribuciones al movimiento revolucionario mundial de nuestro primer Partido Comunista, inspirador de esta acción solidaria”.

Estudios posteriores actualizan esta cifra utilizada por el Líder revolucionario.

La investigadora cubana María Sánchez Dotres y su cónyuge el escritor Enrique Cirules se han dedicado a reivindicar a cada uno de los cubanos que aquí lucharon. Explica María, que hay tres investigaciones cubanas que se han ocupado de este tema. La primera, la de Ramón Nicolau, que fue el organizador, el jefe de la comisión de reclutamiento que, desde La Habana, enviaba a los valientes a España. Esta investigación se publicó en 1981, en el excelente libro “CUBA Y LA DEFENSA DE LA REPUBLICA ESPAÑOLA: 1936-1939, donde Nicolau llegó a identificar a 735 combatientes cubanos; y la segunda, la del profesor Alberto Bello y el periodista Juan Pérez Díaz, que publicaron en 1989, donde ofrecen un listado de 710 combatientes cubanos que lucharon por la República.

Pero la licenciada María Sánchez Dotres y su esposo, profundizaron y escudriñaron donde no se había llegado. Visitaron por meses los archivos de la COMINTERN en Moscú y con ello lograron documentar a mil 412 cubanos que cruzaron el Atlántico para defender la batalla por la democracia y la dignidad. Hay otros 50 que María y Cirules saben que vinieron, pero hasta que no encuentren la documentación no lo confirman. Es el rigor de la historia unido al rigor del combate.

La cifra hace que la cubana puede representar proporcionalmente la mayor presencia en la contienda bélica con relación a la población de su país.

María me ha dicho que estos combatientes llegaron a España por cuatro vías o grupos diferentes:

Un grupo lo conformaron los que salieron directamente desde La Habana, a través de la comisión de reclutamiento que dirigía Ramón Nicolau que envío hacia este país, de manera clandestina, a unos 850 hombres.

El segundo grupo lo integraron 355 cubanos que se alistaron en la XV Brigada Internacional “Abraham Lincoln, y que viajaron desde los EEUU, lo que representa la tercera parte de esa brigada.

El tercer grupo se conformó con los que se encontraban en España quienes desde el primer día, participaron junto a los revolucionarios españoles en el asalto al Cuartel de la Montaña de Madrid. Este grupo se conformaba de exiliados residentes en Madrid, estudiantes en esta ciudad y otros que sencillamente estaban en España con sus padres españoles. Aquí se integran los cubanos que se encontraban en Barcelona y participaron en los combates callejeros de la ciudad, incluso una delegación de deportistas cubanos, que participaban en una Olimpiada paralela que había convocado la República, para contrarrestar a la Olimpiada de Berlín.

Y, por último, hubo un cuarto grupo de cubanos que entró a España, procedente de República Dominicana, Venezuela, Centro América, México y otros países europeos, sobre todo Francia, incluyendo un cubano que desertó de la Legión Extranjera en África, para unirse a los revolucionarios españoles.

No podemos olvidar que apenas 38 años antes del inicio de la Guerra civil en España, cubanos y españoles se enfrentaban en un campo de batalla. De ahí, que la presencia de los voluntarios cubanos sea aún más extraordinaria. Debió estar en el ideario de aquellos jóvenes la presencia en Cuba de extranjeros que acompañaron nuestras luchas.

Por ejemplo, el cubano Norberto Borges Aldama, quien había emigrado de Cuba a los EEUU, se integra a la juventud comunista en ese país y también ingresa en agrupaciones patrióticas cubanas. A través de las agrupaciones de los EEUU se integra en la Brigada Abraham Lincoln. Bueno, pues Norberto Borges Aldama, estuvo aquí… y nos los cuenta así:

“Ya restablecido de mis dolencias (fue herido en combate), fui trasladado para la base de entrenamiento de la Brigada Lincoln, en Tarazona de la Mancha, donde quedé incorporado a la Primera Compañía”.

“En Tarazona de la Mancha, con mis responsabilidades, alterné funciones de orden social, como iniciar una colecta para obsequiar en Navidad a los niños de aquel lugar con juguetes, lo que fue acogido con entusiasmo por los compañeros combatientes. Fueron adquiridos los juguetes en Denia, provincia de Alicante y distribuidos en la plaza, frente a nuestro cuartel, con indescriptible júbilo de la infancia de Tarazona”.

“También procedí, con la anuencia de los camaradas combatientes, a organizar jornadas de trabajo voluntario para recoger las cosechas de uva y azafrán, productos básicos en la economía de aquella zona que estaban a punto de perderse por ausencia de brazos. Esta labor se efectuó por todo el Batallón un domingo, produciendo intensa satisfacción en los vecinos de Tarazona que manifestaban su gratitud por todos los medios posibles”.

Roberto Buzón Neira, otro cubano escribió: “En Figueras estuve dos o tres días. De allí pasé a Tarazona, pequeño pueblo donde estaban los cubanos. Los compañeros me recibieron con alegría, con cariño y con ese “choteo” para las cosas que nunca falta entre cubanos. Cuando abrí los paquetes de que era portador y empecé a repartir cigarrillos, cuchillas de afeitar, jabón… se formó tremendo “revuelo”. En este lugar llevaban cerca de un mes”.

Eladio Vinicio Cabrera Ruesga escribe: Recibí entrenamiento durante un mes en Tarazona de la Mancha, ubicado en la Cuarta Compañía, Segundo Batallón de Instrucción, 15 Brigada, y terminada la instrucción se me destinó a Mondéjar, provincia de Madrid.”

Queridos amigos:

Los jóvenes que aquí combatieron estaban convencidos que luchar por lo que lucharon era más valioso que sus propias vidas. Es la prueba máxima de humanidad: entregar la vida por otros semejantes. Demostraron madurez y valor, si tomamos en cuenta que muy pocos sobrepasaban los 30 años.

Más de 100 compatriotas cubanos entregaron aquí sus vidas. Entre ellos Pablo de la Torriente Brau, quien fue uno de los jóvenes más destacados de su generación y desde New York donde estaba porque debió abandonar el país debido a la situación política en Cuba, cuando se entera del estallido de la guerra, decidió viajar a este país para como escribió a su ver a un pueblo en lucha: "Me voy a España, a la revolución española. A ver un pueblo en lucha. A conocer héroes.”

Amigos:

Ayudar a otros pueblos es un valor sagrado, lo que llamamos internacionalismo, que nuestro pueblo practicó y práctica, sin cálculos económicos o políticos.

El Líder de la Revolución cubana Fidel Castro sintetizó con su frase: “Ser internacionalistas es saldar nuestra propia deuda con la humanidad”.

Combatiendo por la libertad de África 381 mil soldados y oficiales cumplieron misiones militares junto a soldados y oficiales africanos en ese continente y más de 200 mil cumplieron misiones en el área de la salud, educación ingeniería civil entre otras. Dos mil 600 cubanos cayeron en la lucha africana.

No seríamos nada sin la cualidad del desprendimiento de egoísmo. Los jóvenes cubanos que cayeron en España hace 80 años o los que cayeron en África, lo hicieron en el en el umbral de la consagración, no del miedo.

Es esa la condición humana que nos debe inspirar.

Así pido hoy que recuerden a los cubanos que llegaron a defender la libertad en España.

Porque ellos y los cientos de miles de cubanos después que los siguieron en la práctica del internacionalismo, escogieron la solidaridad, porque es una necesidad, pero es sobre todo una elección en la vida, que se promueve con los valores en los que nos hemos educado en la Revolución cubana.

En nombre de Cuba, les agradezco que recuerden a mis compatriotas que por aquí pasaron, con una sonrisa ante el peligro, con el optimismo de la victoria ante la cruda guerra y que nos obliga, nos obliga a no menos que comprometernos a: ¡NO RENDIRNOS JAMAS!”