Prensa Latina.- Un encuentro entre amigos de Cuba, en el que primaron emociones, elogios y análisis históricos, resultó hoy el acto en la Universidad de Panamá por el aniversario 63 del ataque al cuartel Moncada.
Sobre el hecho, que a juicio de los oradores marcó un antes y un después en América Latina y el Caribe, el presidente de la Asociación de Profesores de esta casa de altos estudios, José Álvaro, dijo que el mismo es la máxima expresión de los derechos y principios de un pueblo, que influyó en los movimientos sociales de la región.
Lucha, que por demás, actualmente está amenazada por la influencia de la derecha y sus campañas mediáticas para socavar el avance de los gobiernos progresistas, pero también del deseo de Estados Unidos de volver a ejercer su hegemonía absoluta sobre nuestros pueblos, apuntó.
Por ello, Álvaro recordó que como bien expresara recientemente la expresidenta argentina Cristina Fernández resulta necesario construir una nueva mayoría que enfrente los poderes políticos y judiciales, y que beba de la fuente martiana y bolivariana para adaptar las ideas a la realidad actual.
El pensamiento joven, por su parte, llegó en la voz del líder estudiantil Juan Cajar, quien afirmó que los ideales de la Revolución cubana y el programa del Moncada son hoy una realidad en la isla: justicia, igualdad, educación y salud para todos.
"Los avances de los gobiernos progresistas del continente no se pueden entender sin Cuba y el papel jugado por ella en el mundo", afirmó, al tiempo que resaltó el aporte de la Revolución al ideario transformador y agradeció su solidaridad.
Cuba y la gesta del Moncada son ejemplos de moralidad y dignidad para los jóvenes latinoamericanos, quienes hoy debemos enfrentar la guerra cultural que impone Estados Unidos a través del cine, la prensa y el arte, entre otras manifestaciones, aseveró.
Por su parte, el segundo jefe de la misión diplomática de la nación caribeña en Panamá, Alberto García, recordó momentos importantes de este hecho histórico, los principios y la ética que caracterizan a la política exterior cubana y los avances del país caribeño.
También se refirió al complejo proceso de restablecimiento de las relaciones con Estados Unidos, sobre las cuales el embajador de Cuba en Panamá, Miguel Antonio Pardo, aseguró que costará trabajo que sean normales.
Conversar y analizar no significa que Cuba bajó sus banderas, pues aunque hemos sido capaces de reunirnos pese a la diversidad, siempre tenemos presentes cuál es el papel de Estados Unidos en América Latina, afirmó.
Momento emotivo fue cuando la poesía, a través de sus emociones, despertó recuerdos aparentemente dormidos como la invasión estadounidense a Panamá y el daño provocado por las transnacionales a los recursos naturales.
También ensalzó la belleza e inmensidad del mar que une a Cuba y Panamá y los orishas que forman parte de la tradición folclórica de la mayor isla de las Antillas.