Mitch Dudek - Tomado de Progreso Semanal.- El doctor Robert Winn quiere entender exactamente cómo los médicos en Cuba pueden utilizar a estudiantes de escuelas secundarias como trabajadores de primera línea en la atención sanitaria, haciendo que visiten a pacientes enfermos en su vecindario.
Winn está entusiasmado por ser el anfitrión esta semana de tres médicos cubanos que se han asociado a sus colegas de la Universidad de Illinois en Chicago para intercambiar experiencias.
Los médicos –todos representantes oficiales del Ministerio de Salud Pública de Cuba–llegaron el lunes. Es su primera vez en Estados Unidos, como parte de un programa bilateral hecho realidad por las relaciones mejoradas con la nación isleña bajo el presidente Barack Obama.
La asociación es financiada por un fondo concedido por la Fundación W.K. Kellogg. Winn, quien dirige el Centro de Cáncer de la universidad y supervisa las 13 escuelas financiadas federalmente y que brindan atención médica a vecindarios pobres, tiene un gran respeto por lo que los médicos en Cuba son capaces de lograr con poco dinero.
“En lo que nuestros colegas cubanos están un poco más adelantados que nosotros es que reconocen que cuando uno no tiene mucho dinero lo que uno si tiene son personas”, dijo Winn.
Winn sueña con muchachos de secundaria que visiten a sus vecinos en barrios como Englewood o Gresham, pero la idea se enfrenta a un gran escollo: la violencia armada.
“En Cuba, la razón por la que existen esos barrios y se pueden recoger datos y se puede hacer que muchachos de secundaria vayan y visiten a todo el mundo es porque no hay miedo”, dijo Winn.
“Hay un sentido de seguridad pública… uno de nuestros desafíos más grandes va a ser cómo logramos realmente en un vecindario como Englewood y South Shore, donde hay violencia armada, ese espíritu y ese sentido de lo que se hace en Cuba”, dijo él.
“Pensamos que sabemos cómo implementar realmente estas cosas dentro de la comunidad, pero para ser capaces de hacerlo, necesitamos un espacio seguro para hacerlo”, dijo Winn. Añadió que la educación y la economía desempeñan un papel enorme en la salud –un factor que los cubanos también tienen en cuenta.
“Lo que creo es que esperamos que una nueva mirada nos hará identificar los problemas que pensamos que tenemos… y se nos pueden ocurrir ideas diferentes”, dijo.
“No es que tengamos realmente mucha experiencia en nuestro país,” dijo el médico cubano José Armando Arrant Villamarín por medio de un intérprete. “Nuestros niños no usan armas, por lo tanto no tenemos esa experiencia”.
“Pero contribuiremos humildemente y de cualquier manera posible con nuestra experiencias”, dijo él. “Queremos verlos y hablar con la gente para poder ver el cuadro completo para poder ayudar y aprender”.
Al comentar respecto a la disposición de los cubanos por participar activamente en la atención médica a sus conciudadanos, Winn dijo: “Habrá gente que dirá, ‘Bueno, esa es una sociedad totalitaria. Ellos solo hacen lo que les dicen que hagan.’ En realidad, he estado allí lo suficiente como para saber que no es así. Sienten orgullo por hacerlo”.
Winn dijo que él tenía en planes llevar a sus colegas cubanos en un viaje por la ciudad y mostrarles lo bueno y lo malo. “Es la única forma en que esto funcione, si se es totalmente transparente”, dijo.
Villamarín y sus colegas regresan a Cuba el viernes, paro ya están en planes viajes futuros de médicos de ambos países.
(Tomado de Chicago Sun Times)
Traducción de Germán Piniella para Progreso Semanal.