Nuria Barbosa León - Granma.- La 26 Brigada de solidaridad con Cuba, Juan Ríus Rivera, integrada por más de 60 boricuas, visitan la Mayor de las Antillas del 17 de julio hasta el 1ro de agosto. Foto: (cortesía ICAP), Karoly Emerson

Con el entusiasmo y la alegría característica del pueblo de Puerto Rico, ya cumple un intenso programa de actividades la 26 Brigada de solidaridad con Cuba, Juan Ríus Rivera, integrada por más de 60 boricuas, quienes visitan la Mayor de las Antillas desde el 17 de julio hasta el 1ro de agosto.

Dedicada a recordar el aniversario 50 de la caída en Bolivia del guerrillero heroico Ernesto Che Guevara, el grupo solidario visitará La Habana, Matanzas, Artemisa, y Villa Clara; intercambiará con el pueblo cubano y sus dirigentes; desarrollará jornadas de trabajo en la agricultura y festejaron el 26 julio, fecha histórica para los cubanos porque en 1953 Fidel Castro y un grupo de revolucionarios asaltaron el Cuartel Moncada en Santiago de Cuba para reiniciar la lucha armada.

Durante su estadía en Cuba, donde son atendidos por el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP), los brigadistas recibirán información actualizada en la sede de la Organización de Solidaridad de los Pueblos de Asia, África y América Latina (OSPAAAL); la Misión de Puerto Rico; la Casa del ALBA; la Casa de la Amistad; el Museo de la Revolución; Güinía de Miranda, poblado liberado por las tropas del Che, y otros lugares de interés.

También irán a Playa Girón, en Matanzas, para conocer el Museo dedicado a la primera gran derrota del imperialismo en América; al poblado de Pálpite; al Memorial 50 aniversario de la cena de Fidel con los carboneros; y al Conjunto Artístico Comunitario Korimakao. El 25 de julio participaron junto a los cederistas del lugar, en los festejos esperando el 26, Día de la Rebeldía Nacional.

Una primera actividad consistió en rendir homenaje al patriota independentista boricua Julio Vives, en presencia de sus hijas Cristina y María Esther en la tarja que guarda sus restos en el Campamento Internacional Julio Antonio Mella, ubicado en Caimito, Artemisa, lugar de alojamiento de la Brigada.

«Mi papá se volvió cubano –aseguró Cristina a Granma Internacional-. Él vivió muy comprometido con la independencia de Puerto Rico y con la Revolución cubana. Pidió que sus cenizas estuvieran en Cuba. Venir nos ayuda a descubrir la belleza de un sistema social diferente que lo apuesta todo por su pueblo, para lograr bienestar y satisfacción social en las personas».

La joven músico relató que aún viven colonizados por Estados Unidos, pero a pesar de ello la lucha social obtuvo varias victorias marcadas por la expulsión de los marines estadounidenses del territorio de Vieques y por la liberación del independentista Oscar López Rivera, luego de 36 años preso en cárceles norteamericanas.

«Hoy nos afecta el tema de la deuda pública. La Casa Blanca nos ha impuesto una Junta de Control Fiscal, con poderes absolutos superiores al gobierno local, que propone medidas económicas muy duras para el pueblo. Hay recortes a los fondos financieros del sector público. Ya empezaron a cerrar escuelas, a desemplear a muchos trabajadores y a disminuir el presupuesto de las universidades. Yo trabajo como flautista en una banda de concierto formada hace 50 años. Soy testigo de la reducción de sus finanzas y no sabemos si podamos mantenerla por mucho tiempo más», añadió.

Su hermana María Esther vive en Tennessee, Estados Unidos, se desempeña como maestra y aseguró que el Campamento le recuerda el amor de su padre hacia la agricultura. «Venir a Cuba es como llegar a mi segunda patria. Mis compañeros de la brigada me brindan cariño y amistad. Me siento en familia, como si viviera en mi casa» señaló.

Además narró que sus alumnos y familiares le preguntan acerca de Cuba porque sólo conocen lo divulgado en los medios de difusión masiva de EE.UU con una intención marcada de desprestigiar y mentir acerca de la Revolución. En ese contexto ha tenido que explicar los daños causados al pueblo cubano por el criminal bloqueo económico, financiero y comercial.

Agregó que hay muchas personas confundidas con el acercamiento diplomático iniciado por Barack Obama, quienes creen que dejó de existir la agresividad para acabar con el proceso revolucionario de la Isla mayor. Luego del discurso pronunciado recientemente por el presidente Donald Trump se han dado cuenta que se mantuvieron las políticas injerencistas y que se vislumbra un retroceso total.

Similar criterio lo expresó la familia Ocasio-Abrams, miembro de la Brigada. El padre, Noel, trabaja como profesor de historia en la ciudad de Quebradillas, que se encuentra a unas 65 millas al oeste de la ciudad de San Juan, la capital de Puerto Rico. Manifestó que en sus clases habla acerca del proceso histórico desarrollado en Cuba desde sus luchas por la independencia de España en el siglo XIX, y que alcanzó la victoria en 1959 con el triunfo de la Revolución.

«Es muy importante que la asignatura de historia aparezca en los currículos docentes y no se reduzcan sus horas de clases, como se quiere imponer en los países capitalistas, restando importancia a los acontecimientos de la humanidad que lograron lo que somos en la actualidad. Debe ser sagrado el conocimiento acerca de las raíces culturales para construir el futuro», indicó.

Su esposa Luz Mercedes pretende que sus hijas conozcan de la cultura cubana, posean conocimientos de otros pueblos del mundo y puedan tener experiencias para relatar a los demás. «Venir en familia nos hace estar más unidos y comunicarnos mejor», puntualizó.

Ella también se desempeñó como maestra primaria, pero recientemente pasó a la jubilación. Resaltó que en la asignatura de historia habló de Cuba a sus alumnos, la señalizó en el mapa y explicó las similitudes culturales. Siempre especificó que la diferencia entre un país y otro radica en el sistema político, porque Puerto Rico aún está colonizado y Cuba ya conquistó su independencia.

Su hija mayor, Laura de 21 años, desea en este viaje relacionarse con los jóvenes universitarios y conocer sus intereses. También quiere acercarse a la Universidad de las Artes de La Habana y saber de alguna modalidad de curso que pueda matricular en Cuba. Ella se formó en una academia de música y aprendió a tocar instrumentos de cuerdas.

Su hermana Dairelsa de 19 años ocupó la posición de concertino en la Escuela Libre de Música. Ahora estudia lenguas extranjeras en la Universidad de Puerto Rico. Ella se enteró de la Brigada por sus profesores y compañeros de clase, y convenció a sus padres de realizar el viaje.

«Quise venir a Cuba porque en este momento desarrollamos una gran lucha en Puerto Rico por la educación pública, gratuita y de calidad. Ahora mismo, para pagar la deuda pública contraída, le quieren quitar a la universidad 500 millones de dólares de su presupuesto estatal, lo cual dejaría inoperante al recinto universitario, afectará el salario de los profesores y trabajadores, reducirá las investigaciones e imposibilitará publicar los libros de textos para los estudiantes. No podrá sustentarse ese tipo de enseñanza», aseveró.

Todos manifestaron una grata satisfacción en poder compartir con sus hermanos cubanos y de realizar un verdadero intercambio cultural. Expresaron también el gran cariño y el respeto al pueblo cubano por todas las conquistas sociales alcanzadas.