Vamos a hablar de un libro sobre Cuba que, con el mismo apoyo editorial y mediático que reciben otros, cambiaría radicalmente, a muchas personas, su percepción sobre la Isla. Sobre todo en relación al papel global de Cuba. Se llama “Ayuda oficial al desarrollo de Cuba en el mundo”, y recibimos en el estudio de Cubainformación TV a su autor, Henry Morales.


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(Griego) Κούβα: 6% του ΑΕΠ της για βοήθεια σε άλλους λαούς και το 32% της παγκόσμιας ιατρικής συνεργασίας (+video)

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Guatemalteco, doctor en Ciencias económicas y empresariales, Henry Morales es el Coordinador del Movimiento Tzuk Kim Pop de Guatemala, fue presidente de la Red Latinoamericana sobre Deuda, Desarrollo y Derechos (Latindadd) y hoy milita en el partido de izquierda Convergencia.

Morales aclara que emplea el término al uso "ayuda oficial al desarrollo" para poder comparar la cooperación cubana con la de otros países. Entiende que las autoridades cubanas no cuantifiquen monetariamente su internacionalismo, y que sus estadísticas solo incluyan datos como número de atenciones sanitarias, partos o vidas salvadas.

Su papel ha sido realizar un cálculo monetario de esta ayuda que sirve para demostrar la dimensión excepcional de la colaboración cubana con otros pueblos, en comparación con la "ayuda al desarrollo" de países ricos, que "nunca es gratis": detrás de ella están los intereses geopolíticos y en muchas ocasiones el chantaje y la presión diplomática, afirma.

Henry afirma en su libro que Cuba –y no un estado rico del llamado Primer Mundo- es el país que encabeza la ayuda al desarrollo en todo el mundo. Ha cuantificado la ayuda cubana en más de 180 países, desde 1999 a 2015, en 71 mil millones de dólares.

Y asegura que, frente al 0,39 % de Europa y el pírrico 0,17 de EEUU, bien alejados ambos del famoso 0,7 % recomendado por Naciones Unidas, Cuba destina el 6,6 % de sus PIB a cooperación con otros pueblos.

Más cifras que impresionan: Cuba es el donante número uno en salud, con el 31,2% del total aportado. Ha salvado, de manera directa y comprobable, al menos 5 millones de vidas en 15 años. Y encabeza para América la ayuda al desarrollo con el 26,8% del total.

En su propio país, Guatemala, hay una brigada médica cubana permanente, formada por entre 600 y 700 profesionales de la salud.

Realización: Esther Jávega. Edición: Ana Gil. Entrevista: José Manzaneda.

Henry Morales, coordinador del Movimiento Tzuk Kim Pop de Guatemala: “La ayuda al desarrollo de Cuba a otros pueblos es siete veces mayor que la de los países nórdicos”

 

Entrevista: José MANZANEDA / Transcripción: Aurora VILAR / Cubainformación.- Henry Morales es el autor del libro “Ayuda oficial al Desarrollo de Cuba en el mundo”. Doctor en Ciencias Económicas y Empresariales, es el coordinador del Movimiento Tzuk Kim Pop de Guatemala, fue presidente de la Red Latinoamericana sobre Deuda, Desarrollo y Derechos (LATINDADD) y milita en el partido Convergencia.

Leemos en tu libro que Cuba –y no un país del llamado “Primer Mundo”– encabeza a nivel mundial la ayuda oficial al desarrollo y la cooperación en general. ¿Cómo es eso?

Nuestro interés inicial para realizar esta investigación era la necesaria reciprocidad con un país que, durante casi 60 años, ha tenido un bloqueo económico, comercial y político de EEUU y otras grandes potencias, que ha afectado a su economía y a su capacidad de dar una vida digna a su población, pero que –curiosamente– es uno de los más solidarios del planeta, que practica el internacionalismo, plasmado en su Constitución, que colabora allá donde haya una necesidad, sin importar la ideología o el tipo de gobierno que el país tenga. Desgraciadamente esto se invisibiliza por los grandes medios corporativos y por los países que se sienten incómodos con el ejemplo cubano.
Hicimos el esfuerzo de sistematizar la ayuda oficial al desarrollo de Cuba también para contribuir a la campaña mundial por el levantamiento del bloqueo, para que se respete su dignidad, su soberanía y autodeterminación, para que se la deje en paz y pueda crecer y desarrollarse. Hablamos de “ayuda oficial al desarrollo” empleando la terminología internacional que, en el sistema neoliberal, se asigna a la cooperación. Pero debo aclarar que para Cuba su solidaridad no es “ayuda”, sino que va mucho más allá: Cuba no da lo que le sobra, da lo que tiene. Este trabajo sistematiza y cuantifica la colaboración cubana durante más de 50 años.
Cuba, por una cuestión política y filosófica, no ha priorizado esta cuantificación monetaria. Pero, para entender su magnitud, creímos importante emplear los mismos códigos que utilizan los llamados “países desarrollados” en el sistema de cooperación global. Aplicamos un procedimiento para conocer cuánto supone económicamente, para gobierno y pueblo cubanos, y qué significa para los pueblos que reciben esa colaboración. Queda reflejado en el análisis que Cuba está dentro de los 8 ó 9 primeros países en cuanto a colaboración mundial. En América Latina, Cuba es el país que más colabora en términos de ayuda monetaria cuantificada. Y no sólo en términos de monto, sino también en cuanto a calidad de la ayuda, que es otro indicador que debemos resaltar con relación a la ayuda “tradicional”. La ayuda de Cuba es de una calidad altamente sostenible, altamente soberana y basada en el principio de no injerencia política en ninguno de los países en los que colabora.

Cuantificas el aporte cubano en 71 mil millones de dólares entre 1999 y 2015, en más de 180 países del mundo. Aseguras, por ejemplo, que frente al 0,39% del Producto Interno Bruto que aporta Europa y el pírrico 0,15% de EEUU –bien alejados ambos del 0,7% que un día recomendó la ONU– Cuba estaría aportando, en relación a su riqueza, más del 6%. Es algo realmente sorprendente.

-La recomendación del 0,7% de Naciones Unidas solo ha sido cumplida por Suecia, Noruega, Finlandia, Luxemburgo y Holanda. Cuando hicimos la medición de Cuba, nos dio que el promedio anual durante esos 17 años (1999-2015) resultó ser del 6,6% sobre el PIB. Es decir, casi seis veces más que cualquier otro “país desarrollado”, incluso los nórdicos. No digamos ya EEUU o Japón, cuya colaboración con relación al PIB es muy baja. La conclusión es que la solidaridad no se tiene que dar sobre la base de si se tiene una economía fuerte o no, sino sobre la base del compromiso humano. Incluso durante el Periodo especial, que como sabemos fue el periodo más difícil para su economía, Cuba mantuvo sus misiones a nivel global.

Apuntabas el papel de los grandes medios, que demonizan a Cuba. ¿Parte de esa demonización es la invisibilización de su ayuda solidaria?

Recordemos que en el sistema de Ayuda Oficial al Desarrollo se mueven grandes intereses geopolíticos: la ayuda no es gratis. Mucha de la ayuda que da EEUU, el país que más colabora en términos monetarios brutos, no es necesariamente ayuda al desarrollo. Hay colaboración militar, colaboración orientada a intereses comerciales y económicos, que les sirve como presión política a otros países, incluso para la compra de votos en Naciones Unidas. Ha ocurrido con países de África o de América Latina, por ejemplo.
Cuba tiene un sistema político diferente, orientado a lo social, al desarrollo humano, que no encaja con el sistema global. En América Latina, Cuba ha sido una referencia para muchos de los movimientos de liberación. La colaboración de Cuba, que entra en competencia con esa otra colaboración de los países “desarrollados”, sufre el no reconocimiento y el cuestionamiento. Incluso hubo un programa millonario, financiado por la CIA y la Casa Blanca, para captar a médicos cubanos cooperantes. Tratan por todos los medios de obstaculizar la solidaridad cubana.
Y los medios corporativos hacen una campaña muy fuerte contra Cuba. No solo no se da a conocer su colaboración, sino que se acusa a la Isla de intervencionista e ideologizadora, cuando Cuba es muy cuidadosa en cumplir con los mandatos internacionales, en lo que respecta a no inmiscuirse en los asuntos internos de los países. Justo lo contrario a lo que hacen los “países desarrollados”: el intervencionismo directo y la orientación de la colaboración para la obtención de favores.

Para cuantificar la ayuda de Cuba, ¿qué metodología habéis aplicado?

Cada país que oferta ayuda cuantifica esa colaboración. Mucha de la ayuda es ayuda técnica (profesionales, equipos, materiales, etc.) Si envían expertos en cualquier tema, asignan un precio mensual a esa colaboración. Por ejemplo, el coste y honorarios de un técnico o técnica de Naciones Unidas, la Unión Europea o EEUU –incluso con menos capacidades que los de Cuba– oscilan entre 5 mil y 10 mil dólares mensuales, y si tiene responsabilidad directiva pueden ser mucho más.
Lo que hicimos fue una comparativa para homogeneizar esos datos y realizamos un promedio. Pero no sobre la base de honorarios, sino sobre la base de servicios concretos. Cuba tiene sistematizadas cuántas consultas generales médicas realiza por día, por país, por región, cuántas operaciones, cuántas personas se están alfabetizando. Sacamos el costo de cada servicio por país “desarrollado” y por país “en vías de desarrollo”. El de los “desarrollados” daba cifras muy altas (por ejemplo, una consulta médica general puede costar 100 euros o más). Así que tomamos el promedio de América Latina, que está entre 50-70 euros por consulta. Y a ese promedio le bajamos el 50%, dejando el costo por consulta en 25-30 euros. Esto mismo hicimos en cada uno de los otros servicios, y así es cómo asignamos los costos. Es decir: si hubiésemos utilizado los costos de un “país desarrollado”, los 71 mil millones de dólares que supusieron la ayuda cubana entre 1999 y 2015 habría que multiplicarlos por dos o por tres… ¡Entonces Cuba sería el primer país del mundo!
En muchos países de America Latina o de África no hay recursos para sostener los programas de salud, educación, deporte o cultura. Y muchos se sostienen gracias a la colaboración internacional. Ahí es donde Cuba tiene un papel importantísimo. En salud, a nivel mundial, Cuba aporta un 31% del total que aportan todos los donantes en esa materia. Son cifras impresionantes. Cuando Cuba dice que no le pone precio a su colaboración quiere decir que no le puede poner precio a salvar una vida. En estos diecisiete años, Cuba ha salvado más de cinco millones de vidas humanas. Fidel decía que Cuba pone vida y los yanquis ponen bombas, ponen muerte. Para los cubanos y cubanas la solidaridad es contribuir para mejorar la calidad de vida de la población.
Un ejemplo que se conoció a nivel mundial fue la crisis del ébola en el cuerno de África. Hubo un llamamiento de Naciones Unidas y muy pocos países acudieron. El primer país que acudió fue Cuba, que mandó más de 250 especialistas. Mientras, profesionales de otros países estaban recibiendo mensualmente más de 50 mil dólares por tratarse de labores de alto riesgo de contagio. Son comparaciones importantes porque muestran la diferencia entre un sistema de cooperación dentro de un sistema neoliberal, donde lo que interesa es crear condiciones para que este sistema de muerte viva, y un sistema de colaboración para resolver problemas humanos en la mayoría de países del Sur.

Otra cifra que sobrecoge: Cuba encabeza para América la ayuda al desarrollo con un 26,8% del total…

-Utilizando el análisis que hicimos, Cuba sería el país que practica más la colaboración en América Latina y el Caribe. Detrás iría EEUU. En términos generales, para el 80% de los países, Cuba sería el primero y segundo mejor colaborador; para el resto Cuba está entre los tres y cinco mejores. Por ejemplo, en Centroamérica: en Guatemala y Honduras, Cuba es el primer colaborador. En El Salvador y en Nicaragua sería el tercero. En Bolivia es el número uno, en Venezuela la colaboración de Cuba representa el 95% de toda la colaboración que les llega. Cuba ha logrado desarrollar tanto su sistema público de salud que puede compartir profesionales con cualquier país y en la cantidad que quiera.

También hay colaboración solidaria cubana, sobre todo médica, en tu país, Guatemala. ¿Cómo está la situación?

Tener permanentemente una plantilla de entre 600 y 650 profesionales de salud en Guatemala, la misma cantidad en Honduras, o los casi 2 mil que llegó a tener en Haití, es colaborar ante uno de los problemas más importantes que tiene nuestra sociedad, que es la falta de un sistema de salud para las mayorías. En 2018 hubo una emergencia en Guatemala por la erupción del Volcán de Fuego, y Cuba mandó una misión adicional de expertos y expertas en emergencias. Para el presupuesto de Guatemala eso supone muchísimos recursos. En este trabajo intentamos dar esas cifras. En deporte, Guatemala obtuvo su primer finalista en los Juegos Olímpicos en la disciplina atlética de marcha, porque tuvo un entrenador cubano.
La colaboración cubana debe darse a conocer y los países deberían ser más recíprocos, corresponder más a una ayuda tan sincera y de tanta calidad. Y solo en la medida en que esto se conozca podremos cambiar la imagen perversa sobre Cuba, su gobierno, sus políticas o su sistema de colaboración. Y es importante decir que si Cuba ha alcanzado estos logros, con un bloqueo de casi 60 años, pensemos cómo sería su sistema de colaboración sin bloqueo.

 

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