Doctora cubana en Pakistán. Foto: Roberto Suárez/Juventud Rebelde. 

Dr. Mario Antonio Padilla Torres - Cubadebate.- En los medios de comunicación occidentales se suele definir y presentar la política de Estados Unidos contra Cuba como un “embargo”. Pero, el conjunto de medidas extraterritoriales de persecución económica, comercial y financiera contra Cuba, exceden el plano bilateral, por lo que en realidad constituye un bloqueo[1], puesto que aplica sanciones contra terceros países en sus relaciones con La Habana.


En ese contexto, la colaboración médica se ha convertido en los últimos años en una de las principales fuentes de ingreso de Cuba.

A pesar de la hostilidad del gobierno de Estados Unidos y de su campaña por desacreditar la colaboración médica de Cuba, en febrero de 2020 había más de 28 700 colaboradores cubanos en 59 países. Justamente por eso, esta esfera se ha convertido en una de las principales puntas de lanza de esa política contra Cuba. Al respecto, el Ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla denunció el 8 de mayo, que la USAID dedicaría 2 millones de dólares adicionales para atacar las brigadas médicas cubanas.

A pesar de ello, Cuba, en varias ocasiones, ha tenido la intención de cooperar con Estados Unidos en materia de salud y se ha demostrado que con voluntad política mucho se puede hacer en ese ámbito a pesar de las dificultades. Durante la segunda administración de Obama existió un buen ambiente para la cooperación en sectores claves como las ciencias y la salud. El inicio del proceso hacia la “normalización de las relaciones” entre ambos países durante los últimos años de la administración de Obama propició una serie de avances en ese sentido. Se reconoció lo que Cuba podía ofrecer en materia de salud por parte de Estados Unidos. Dos de los 22 memorándum de entendimiento que se firmaron entonces fueron en temas de salud.

Entre los ejemplos que pueden citarse figura un programa de becas en biomedicina, viajes que hicieron enfermeras cubanas para compartir sus conocimientos pediátricos en universidades de Georgia o Maryland, el grupo Medical Education Cooperation With Cuba (MEDICC), organización con sede en California que promueve la colaboración en salud entre Estados Unidos y Cuba, donde se solía patrocinar a científicos cubanos interesados en compartir sus conocimientos en Estados Unidos. Un ejemplo de ello fue la experiencia de un grupo de oftalmólogos cubanos que fueron a Chicago o el de cuatro enfermeras del Hospital Pediátrico William Soler en La Habana que viajaron a universidades estadounidenses para enseñar y aprender sobre el cuidado de niños con problemas congénitos del corazón (MEDICC, 2020).

Estas y otras iniciativas se vieron paralizadas y revertidas a partir del arribo de la administración de Donald Trump. A partir de ese momento el deterioro de las relaciones se ha hecho evidente. Uno de los primeros indicadores fue la acusación contra Cuba de supuestos ataques sónicos contra los funcionarios de la embajada de Washington en La Habana. Los medios de prensa se convirtieron en cómplices del gobierno de Trump, refiriéndose a estos diplomáticos como víctimas y todos siguieron esta línea que Trump difundió para recrudecer las contradicciones y manipular a la opinión pública. A pesar de los esfuerzos de la parte cubana por la participación de científicos de la isla en estas investigaciones, dicha estrategia anticubana no resultó.

En los medios se publicaron noticias falsas sobre el zica para que no viajaran turistas a Cuba. El New York Time publicó un artículo con el titular “Brote de zica en Cuba que no se informó.” El fin era no viajar a Cuba. Esto se convirtió en otro ejemplo en que los científicos no respetaron la ciencia cubana. Otro blanco de los ataques estuvo dirigido contra la OPS que enfrentó una demanda por parte del gobierno de EUA por su participación en la cooperación “Mas Médicos” en Brasil, en la que 45 millones de personas fueron tratados exclusivamente por cubanos sobre todo en el Amazonas.

Así comenzó a tejerse una serie de intrigas sobre la supuesta verdad de los médicos cubanos en el exterior. La isla ha sido acusada, en reclamos presentados por Washington, de "explotar" al personal médico enviado en las misiones. Un informe sugirió que las condiciones de trabajo, los bajos salarios y la coerción equivalían a "esclavitud moderna" o “trata de personas”.

La campaña de Estados Unidos contra los médicos cubanos se ha intensificado en medio de los recientes cambios políticos en América Latina, que han llevado a la expulsión de las misiones de varios países, incluidos Bolivia y Brasil, donde los gobiernos de izquierda han sido reemplazados por regímenes de derecha estrechamente alineados con Trump y Washington. Ha sido precisamente en estos países donde más ha impacto la actual pandemia del coronavirus.

La cooperación médica cubana en el contexto de la COVID-19

En el difícil contexto de la pandemia desatada por la COVID-19 y de la hostilidad del gobierno de Estados Unidos, el 18 de marzo de 2020, salió de Cuba, la primera de las 22 brigadas médicas que prestarían sus servicios contra esta enfermedad.

De forma paulatina, más de  1 466 profesionales de la salud cubanos, integrados en 23 brigadas médicas "Henry Reeve", partieron a 22 naciones de Europa, América Latina y el Caribe, África y Medio Oriente, para reforzar los sistemas de salud en el combate contra la pandemia, cifra que siguió creciendo. Tras la salida del último grupo de médicos cubanos (26 de junio) hacia un país africano y dos territorios caribeños, Cuba tenía un total de 38 brigadas en 31 países integrada por un total de 3 440 especialistas de salud para enfrentar la pandemia[2]. Es de destacar que más de 45 países del mundo han solicitado ayuda de los galenos cubanos. La mayor cantidad de dichas brigadas médicas está en América Latina y el Caribe, seguido por África y por primera vez, una brigada había llegado a Europa.

La retribución económica de la colaboración médica cubana ha sido uno de los temas más polémicos y espinoso de los últimos años. Este en particular ha sido muy politizado, en función de deslegitimar el sistema político cubano, teniendo en cuenta de que se trata de uno de sus principales pilares. Sin embargo, la retribución económica no es lo que distingue a la colaboración médica. En la actualidad, existen tres modalidades de cooperación que también se utilizan frente a la pandemia de COVID-19: 1) Cuba asume los gastos cuando se trata de naciones muy pobres; 2) los gastos se comparten con el país receptor de la colaboración; 3) la Isla recibe ingresos.[1] Al respecto, un reciente ejemplo de ello lo argumenta el Dr. Carlos Pérez Díaz, al frente de la brigada cubana en Lombardía, quien informó a la prensa local:

“No hemos discutido ningún tipo de pago. Estamos aquí para colaborar, el gobierno italiano nos ha asegurado alojamiento y comida. Nuestra acción en esta región es puramente solidaria”. (Pérez, 2020).

En el contexto de la actual pandemia, nuevas amenazas recaen sobre Cuba y el mundo en relación a la cooperación médica desarrollada. Un grupo de senadores republicanos en Estados Unidos presentaron el 17 de junio de 2020 un proyecto de ley para castigar a los países que contraten misiones médicas de Cuba al considerarlos cómplices de la “trata de personas”. Al frente de las acusaciones se encuentra el Secretario de Estado de los Estados Unidos, Mike Pompeo, quien describió el despliegue de médicos cubanos en países desde Venezuela hasta Brasil y Ecuador como “una interferencia siniestra en sus asuntos” y felicitó a los países, como Bolivia, que los han expulsado. Pompeo ha sido respaldado por otros altos funcionarios y agencias estadounidenses, incluido el Subsecretario de Estado, Michael Kozak, quien también se ha aferrado a los recientes reclamos sobre las condiciones de trabajo de los médicos.

En esta difícil coyuntura Cuba mantiene su convicción y compromiso de solidaridad con el mundo, incluido Estados Unidos. Este país impidió la entrada de un cargamento de ayuda procedente de China a través de la empresa Alibaba y torpedeó la negociación con otras empresas para adquirir material necesario para enfrentar la crisis y por tanto hace que este tipo de negociaciones sean desgastantes por la parte cubana. A pesar de eso, al igual que en otras ocasiones, La Habana brindó, desde el inicio, su apoyo a Washington en medio de la actual crisis sanitaria, así como ha auxiliado a muchos otros países, entre las que se destacan los pasajeros del crucero británico MS Braemer que atracara en costas cubanas a pesar de tener al menos cinco casos confirmados de coronavirus a bordo y otros 52 pasajeros que presentaban síntomas. El barco, con más de 600 pasajeros principalmente británicos, había solicitado ayuda tanto de Cuba como de los Estados Unidos. Luego de estar anclado en el Caribe durante cinco días buscando un lugar para atracar, puedo llegar a Cuba. Este hecho fue otro de los tantos que ha sido manipulado para deslegitimar la imagen de Cuba ante el mundo.

La verdad se impone ante la avalancha de las fakenews sobre la verdadera historia diaria de los médicos cubanos en el mundo. Los que han conocido el proceder de cada médico, enfermero, especialista cubano o el sacrificio de nuestros científicos en búsqueda de vacunas o medicamentos preventivos, saben que verdaderamente merecen el premio Nobel de la Paz, que más de 40 organizaciones sociales, políticas y sindicales de Europa han reclamado para las Brigadas médicas cubanas Henry Reeve que enfrentan la COVID- 19. Durante 57 años los profesionales de la salud cubana han prestado sus servicios a los pueblos de África, Medio Oriente, América Latina, Asia y Europa. Hay que preguntarles a los enfermos atendidos por el personal médico cubano cual ha sido su realidad. Ahí está la verdad de los médicos cubanos. Los pueblos pueden estar engañados, confundidos, pero cuando sienten el decoro y el humanismo de quienes los atienden y tratan como seres humanos, entonces no olvidan nunca. Este es el objetivo principal del presente material: indagar en los antecedentes y características de la cooperación multifacética de Cuba por el mundo y en especial frente a la Covid-19.

[1] Ver: Intervención de Marcía Cobas, Viceministra de Salud Pública, en el programa Mesa Redonda, marzo.2020.

[1] Solo en el sector de la salud pública, esta política de Estados Unidos ha causado, entre abril de 2018 y marzo de 2019, pérdidas valoradas en 104 148 178 dólares, es decir: 6 123 400 dólares más que en el año precedente. Ver: Report by Cuba on Resolution 73/8 of the United Nations General Assembly. “Necessity of ending the Economic, Commercial and Financial Blockade imposed by the United States of America against Cuba. July 2019. Minrex, p.11.

[2] Médicos cubanos: contundente respuesta de humanismo frente al imperio. La Habana, Agencia Cubana de Noticias (ACN), 30 de junio de 2020. Disponible en:http://www.acn.cu/salud/66899-medicos-cubanos-contundente-respuesta-de-humanismo-frente-al-imperio?fbclid=IwAR32YKyPcvisdXh_f7vhE

 

Sin fronteras: Los médicos cubanos en Cuba y el mundo

Mario Antonio Padilla Torres

Antes del triunfo de la Revolución Cubana, el 1ro de enero de 1959, existían 6 250 médicos en la isla, de estos, alrededor de la mitad abandonaron el país con posterioridad a esa fecha. Además, más del 63.2% de los que existían, radicaban en La Habana, donde los hospitales públicos, las clínicas y centros de salud privados eran accesibles solo para quienes tuvieran los recursos para acceder a ellos y pudieran pagar  dichos servicios. A los tres macizos montañosos de Cuba, apenas llegaba la asistencia médica. La salud pública desde los primeros años de la Revolución se convirtió en prioridad para el Estado cubano, que desde un inicio la entendió como un derecho del pueblo, de manera que se garantizaron las condiciones necesarias para ofrecer, a todos por igual, los servicios de forma gratuita.

Se comenzaron a combatir las enfermedades, destinándose un presupuesto de 22 670 965 pesos para financiar la salud de la población. Estas cifras han ido incrementándose con el paso del tiempo. Para el año 2019 se destinaron 10 662 200 000 pesos, y para el 2020, 12 740 000 000 (530 millones de dólares). Esto representa el 28% del presupuesto total y junto con el destinado a la educación significa más del 50% del mismo.

Ambas esferas se complementan en el sistema de salud cubano (Portal, 2019). El financiamiento de este año permitirá la prestación de más de 200 millones de consultas médicas, servirá además para garantizar los servicios médicos que se prestan en los hospitales e institutos, así como la atención primaria de la salud. A esto se le suma que se brindará una cobertura financiera a 1.4 millones de ingresos hospitalarios y los medicamentos necesarios (Portal, 2019). También es importante tener en cuenta los gastos asociados a la pandemia de la Covid-19, emergencia sanitaria que ha estremecido al mundo y de la cual Cuba, no solo no ha estado exenta, sino que también ha sido abanderada en el combate de la misma en otros muchos países.

Durante el año 2019  se graduaron 8 098 nuevos profesionales de las diferentes carreras de las Ciencias Médicas, por lo que Cuba posee más de 100 mil médicos activos, con lo cual alcanza la cifra más alta de la historia y con ello un indicador de los primeros en el mundo, con la proporción de 9.0 médicos por mil habitantes: cerca de 20 000 estomatólogos, más de 80 mil licenciados en enfermería, 150 hospitales, 450 policlínicos,  casi  11 000 consultorios médicos, 13 universidades médicas, cerca de 90 mil estudiantes y 30 mil especialistas en formación. Se han graduado más de 35 mil estudiantes extranjeros de 141 países en universidades cubanas (Portal, 2019).

Solo en el año 2019 se desarrollaron más de 89 millones de consultas en el nivel primario de salud y 1 199 000 cirugías. En el 2019 se garantizó una cobertura de vacunación por encima del 98%, lo que permitió proteger a la población infantil contra 13 enfermedades, y se mantienen eliminadas 14 enfermedades infecciosas. Otras nueve no constituyen problemas de salud por presentar tasas inferiores a 0.1 x 100 000 habitantes. Se redujo la mortalidad prematura en la población menor de 60 años por enfermedades del corazón, cerebro-vasculares y diabetes mellitus. Existen en el país 37 unidades de ciencia, tecnología e innovación, 1 500 proyectos de investigación, 153 ensayos clínicos y se han producido 8 vacunas de producción nacional (Portal, 2019).

El personal salud es portador de una elevada preparación científico-técnica formada a lo largo de los más de 60 años de la Revolución Cubana, donde se ha priorizado el desarrollo de la salud, la formación de profesionales, las investigaciones científicas, la elaboración de vacunas y la erradicación de enfermedades endémicas antes de 1959. Esto posibilitó que desde muy temprano Cuba pudiera ofrecer sus servicios a otros pueblos del mundo.

Antecedentes históricos de la cooperación médica cubana

La historia de la cooperación médica cubana es muy amplia y ha transitado por varias etapas y diversas modalidades. Esta comenzó el 23 de mayo de 1963 cuando partió para Argelia el primer grupo de médicos cubanos internacionalistas. Se iniciaba así la primera misión oficial médica solidaria cubana en la historia de la Revolución. Sin embargo, antes de esa fecha los galenos cubanos auxiliaron en 1960 a la población chilena después de uno de los terremotos de mayor magnitud registrados hasta la fecha.

Entre las décadas de los 60 y los 80 se entendía esta ayuda como una “misión internacionalista” basada en el principio de solidaridad, y abarcaba otras áreas científicas y profesionales. No se trataba estrictamente de una exportación de servicios, puesto que ni el país ni los médicos recibían ingresos por ello. Este tipo de ayuda, en países del llamado Tercer Mundo, se consideraba una contribución cubana a la liberación y desarrollo de los pueblos. La década de los años 90 estuvo marcada por eventos externos que afectaron sobremanera la economía cubana, dentro de ellos, la desintegración de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), la desaparición del Campo Socialista, principal mercado cubano y el inicio del llamado Periodo Especial.

Esta situación potenció el surgimiento de una nueva modalidad de cooperación: la Asistencia Técnica Compensada o Contrato Directo, cuya esencia consiste en que se establece un acuerdo, por el cual el médico contratado percibía una remuneración por los servicios prestados y por otra parte, ingresaba al Sistema Nacional de Salud un aporte que permitía mantener al resto de la colaboración médica, que debido a la situación económica que existía, el país no la podía asumir.

Al final de los 90 se produjeron eventos naturales en el área de Centroamérica y el Caribe (huracanes George y Mitch) que modificaron todo lo que se realizaba hasta estos momentos. Disminuyó la modalidad de Misión Internacionalista, la Asistencia Técnica Compensada se redujo de forma paulatina y apareció el Programa Integral de Salud (PIS), el 3 de noviembre de 1998, inicialmente en Centroamérica y el Caribe y posteriormente se extiende hacia África y el Pacífico.

Se creó en este periodo la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM), como elemento básico de continuidad y sostenibilidad de este Programa. Con relación a las personas extranjeras que estudian en Cuba, el gobierno ha creado las condiciones de vida necesarias para que su proceso de formación esté lo más completo posible. Todas las personas becadas tienen asegurada vivienda, alimentación, servicios de salud, materiales, instalaciones educativas y todo el equipo de docencia y administrativo necesario. (Morales, 2017)

La esencia del PIS era enviar Brigadas Médicas hacia lugares remotos, de difícil acceso, donde no había presencia de médicos nacionales y a los que solo se les proporciona una cantidad de dinero para cubrir las necesidades básicas”.[1] Así también se han desarrollado otros programas y modalidades según las emergencias que se han ido presentando. (Morales, 2017).

La cooperación de Cuba se ha desarrollado manteniendo como base el principio de compartir lo que se tiene. Asimismo estas prácticas se distinguen por la voluntariedad de los cooperantes, que en ningún caso viajan obligados. Una vez tomada la decisión y llegados al lugar de destino, una de las principales atenciones del gobierno de Cuba ha sido la generación de condiciones profesionales, técnicas y de vida digna, de cada uno de sus colaboradores que salen del país. Los períodos de estancia son de dos años con vacaciones anuales. El programa incluye la preservación de su puesto laboral en Cuba, una ayuda económica adicional a su familia y la conservación íntegra de su salario en Cuba, así como un importante reconocimiento de su labor a nivel social. En términos monetarios, el cooperante cubano en el país donde trabaja recibe un estipendio económico que le sirve para cubrir sus necesidades de estadía. En algunos casos, en el país receptor, el gobierno asume de manera compartida parte de su manutención (Morales, 2017).

Uno de los ejemplos más importantes de la colaboración médica de Cuba fue la creación del Contingente Internacional de Médicos Especializados en Situaciones de Desastres y Graves Epidemias Henry Reeve. Este Contingente fue creado por Fidel Castro en 2005, con la intención de asistir a los damnificados del huracán Katrina en Estados Unidos. La ayuda médica cubana nunca llegó al destino propuesto, pues el presidente George W. Bush no les dio el permiso de entrada. La tragedia dejó más de 1 800 muertos. Un año después Bush declaró: “Mi Gobierno no estuvo a la altura de su responsabilidad”.[1]

Desde entonces, el Contingente Henry Reeve[2] ha acudido en casos de terremotos (Paquistán, 2005; Indonesia, 2006; Perú, 2007, China, 2008; Haití, 2010; Chile, 2010; Nepal, 2015; Ecuador, 2016), lluvias intensas (Guatemala, 2005; Bolivia, 2006; México, 2007; El Salvador, 2009; Chile, 2015; Venezuela, 2015), emergencias médicas (cólera en Haití, 2010; ébola en Sierra Leona, Guinea, Liberia, 2014) y huracanes (Dominicana, 2015; Islas Fiji, 2016; Haití, 2016).[3]

En los últimos años Cuba se ha visto obligada a diversificar sus fuentes de financiación para garantizar su colaboración y la supervivencia del propio sistema de salud cubano, una de las grandes conquistas sociales de la Revolución. En este ámbito ha logrado importantes convenios de colaboración con diversos países con los cuales se ha asumido compartir la responsabilidad económica, sobre todo en lo que concierne al acompañamiento médico, este ha sido el caso específico de Venezuela y Brasil (durante de los gobiernos del Partido de los Trabajadores). En temas específicos ha concretado acuerdos de co-financiación para impulsar planes o acompañamientos, como fue la emergencia del Ébola en África, o la atención a las emergencias en Haití, entre otros. Al respecto, Antonio Romero plantea:

“En cuanto al esquema de financiamiento de la cooperación cubana, se observan diferentes opciones: en algunos casos todos los costos han sido asumidos por la parte cubana (sobre todo la dirigida a países muy pobres o vulnerables); en otros casos los programas y proyectos han tenido financiamientos de fondos procedentes de terceros actores (otros países como parte de esquemas triangulares de cooperación, y/o de organismos internacionales); peor también se registran acciones para las cuales el presupuesto fue asumido y compartido por Cuba y por el país beneficiario.” (Morales, 2017).

El nivel de colaboración que Cuba ha logrado mantener ha sido sobre todo de forma gratuita o compartida. Se destacan los esfuerzos de la isla por mantener a más de 50 mil profesionales en el exterior, de otorgar miles de becas a estudiantes de todo el mundo, de garantizar todas las operaciones quirúrgicas que se realizan, así como los materiales y equipos. Todo esto representa un gasto extraordinario para el gobierno cubano.

[1] Ver: Néstor Marimón y Evelyn Martínez. Evolución de la colaboración médica cubana en 100 años del Ministerio de Salud Pública.

[2] Ídem.

[3] Henry Reeve patriota cubano de nacionalidad estadounidense y combatió junto a los cubanos en la lucha por la independencia contra España en el siglo XIX.

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