Prensa Latina TV.- La vida de los nicaragüenses Irma Franco y Arturo Aguirre posee, según aseguran, un vínculo especial con Cuba, desde las décadas de 1970 y 1980, y consolidada mediante el impulso de organizaciones, campañas e iniciativas solidarias con la mayor de las Antillas en las cuales está involucrada hoy, incluso, su hija Julissa.


Nicaragua y Cuba: dos patrias unidas por la historia y la solidaridad

Managua, 10 feb (Prensa Latina) La solidaridad de Cuba y Nicaragua, en un contexto mundial mediado por la pandemia Covid-19, incluye expresiones recientes como el envío de alimentos hacia la isla y la donación a Managua de vacunas contra el virus SARS-CoV-2.

El barco A.C Sandino asumirá nuevamente, luego de tres viajes similares en 2021, una ruta con destino al Puerto del Mariel provisto, en esta oportunidad, de 36 contenedores de café y arroz, como parte de las donaciones enviadas por el gobierno del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).

Por su parte, hasta el mes de diciembre, Cuba donó siete millones de dosis de las formulaciones Abdala, desarrollada por los profesionales de la isla en el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB), y Soberana y Soberana Plus, ambas creadas en el Instituto Finlay de Vacunas.

El presidente, Miguel Díaz-Canel, uno de los tres mandatarios presentes en la ceremonia de juramentación de Daniel Ortega y Rosario Murillo, el 10 de enero último, diálogo en esa jornada con representantes de la solidaridad en el país centroamericano, pese a la apretada agenda organizada para esa visita oficial.

Su participación en la toma de promesa y el reconocimiento a los grupos de apoyo, demuestran la significación de esos vínculos bilaterales, surgidos quizás desde aquel primer encuentro entre los poetas e intelectuales latinoamericanos Rubén Darío y José Martí, en Nueva York, Estados Unidos, el 24 de mayo de 1893.

Sumado al aporte de la Revolución Cubana, tras su triunfo el primero de enero de 1959, a los movimientos insurreccionales en Nicaragua, organizados contra la dinastía de los Somoza, la comunicadora Irma Franco recuerda, especialmente, cómo las relaciones se estrecharon después del 19 de julio de 1979.

«Crecí con la Revolución Sandinista y esa hermandad se consolidó desde que tengo uso de razón. Cuba siempre estuvo presente en nuestras vidas, en la cotidianidad. Los maestros y profesionales de la salud de ese país estaban en las escuelas, comunidades y centros sanitarios», reconoció a Prensa Latina.

Su esposo, Arturo Aguirre, también forma parte de las colectividades solidarias con Cuba, cuyas expresiones más recientes han sido la condena al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos a la isla y la campaña de donación de insumos para el enfrentamiento a la Covid-19.

«Recuerdo que, con tres o cuatro años, mi padre escuchaba en una emisora clandestina los avances del Ejército Rebelde. En mi etapa como joven nos tocó enfrentarnos a la dictadura somocista, constituir el Frente Sandinista e integrarnos a la lucha guerrillera», mencionó a Prensa Latina.

Para Aguirre «somos un montón de agradecidos en el mundo con la Revolución Cubana»; si bien, valora más que los hechos, el ejemplo de ese proceso asumido desde hace más de seis décadas, especialmente, cuando Nicaragua decidió «cambiar de sistema», como dijera el fundador del FSLN, Carlos Fonseca.

¿CUÁNDO SURGE EL APOYO A LA ISLA?

El exguerrillero nicaragüense aludió a la existencia de grupos políticos favorables a la realidad en el país caribeño que, incluso, difundían mensajes vinculados a los primeros años del proyecto trasformador impulsado por el líder Fidel Castro, aunque a nivel de gobierno los lazos diplomáticos finalizaron en 1962.

El somocismo organizó marchas contra esa nación antillana frente a su sede diplomática en Managua, dirigida en aquel entonces por Quintín Pino Machado, capitán del Ejército Rebelde y primer embajador de La Habana en tierra pinolera, acciones condenadas por los incipientes comités de solidaridad de la época.

«La primera vez que visité Cuba fue en el tiempo de la dictadura y debí hacerlo de manera clandestina como imponían los rigores de aquella etapa. Incluso, el pasaporte extendido por Anastasio Somoza, resultaba inválido para los países de la denominada cortina de hierro y socialistas», argumentó.

El motivo de su viaje era la participación en el Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes, celebrado del 28 de julio al 5 de agosto de 1978, en La Habana, evento que reunió a más de 20 mil jóvenes de 125 países y del que se previó desde el comportamiento climatológico hasta los menús de las distintas delegaciones.

Posteriormente, en la década de 1980, emergieron algunas instancias oficiales en apoyo a los países socialistas y a los pueblos, desaparecidas en los años siguientes cuando asumió la presidencia de Nicaragua Violeta Barrios (1990-1997) y comenzó una época de administraciones neoliberales.

«Entendemos hoy la solidaridad como una cuestión integral, sobre todo, en América Latina. Muestra de ello son las recientes visitas de Díaz-Canel y el mandatario venezolano Nicolás Maduro quienes, junto a Daniel Ortega, constituyen la punta de lanza de la lucha de los países de la región», expresó.

El activismo de Irma y Arturo contagió también a su hija Julissa, influenciada por la historia, música y anécdotas, «poco a poco entendí que, desde hace mucho Nicaragua y Cuba, son dos patrias unidas y conectadas y, por ello, como joven involucro en esa causa a mis contemporáneos», reconoció a Prensa Latina.

 

Cuba y Nicaragua: dos tierras unidas por la historia y la solidaridad

Sputnik

En tiempos de crisis epidemiológica mundial, como consecuencia del COVID-19, Nicaragua y Cuba sellan históricos vínculos de solidaridad con el envío de alimentos hacia la isla y la donación a Managua de vacunas contra el virus SARS-CoV-2 creadas por científicos de la nación caribeña, sumado al apoyo bilateral en foros internacionales.

Por su parte, el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, uno de los tres mandatarios presentes en Nicaragua para la ceremonia de juramentación de Daniel Ortega y Rosario Murillo, el 10 de enero último, dialogó también en esa jornada con representantes de grupos nicaragüenses solidarios con Cuba, pese a la apretada agenda organizada para esa visita oficial.

Su participación en la toma de promesa y el reconocimiento a los grupos de apoyo a Cuba demuestran la significación de esos vínculos bilaterales para la mayor de las Antillas, surgidos quizás desde aquel primer encuentro entre los poetas e intelectuales latinoamericanos Rubén Darío y José Martí, en Nueva York, Estados Unidos, el 24 de mayo de 1893.

Sumado a la influencia de la Revolución Cubana en los movimientos insurreccionales organizados contra la dinastía de los Somoza en Nicaragua, la comunicadora Irma Franco recuerda, especialmente, cómo las relaciones entre ambas naciones se estrecharon después del triunfo sandinista, el 19 de julio de 1979.

"Crecí con la Revolución Sandinista y esa hermandad se consolidó desde que tengo uso de razón. Cuba siempre estuvo presente en nuestras vidas, en la cotidianidad. Los maestros y profesionales de la salud de ese país estaban en las escuelas, comunidades y centros sanitarios. Ni los gobiernos neoliberales pudieron cambiar nuestro pensamiento", reconoció.

Franco forma parte de la Red Nicaragüense Antiimperialista de Solidaridad con los Pueblos, que aglutina a una veintena de organizaciones de apoyo a Cuba.

Su esposo, Arturo Aguirre, también forma parte de las colectividades solidarias con Cuba, cuyas expresiones más recientes han sido la condena al cerco estadounidense contra la isla, la denuncia a los planes desestabilizadores promovidos por la derecha internacional y los grandes consorcios de la comunicación, y la campaña de donación de insumos para enfrentar la pandemia de COVID-19.

"Recuerdo que, con 3 o 4 años, mi padre escuchaba en una emisora clandestina los avances del Ejército Rebelde en la isla. Luego, tras la victoria de los barbudos en 1959, me decía: 'Yo no soy comunista, pero sí fidelista'. En mi etapa como joven nos tocó enfrentarnos a la dictadura, constituir el Frente Sandinista e integrarnos a la lucha guerrillera", mencionó a Sputnik.

Para Aguirre "somos un montón de agradecidos en el mundo con la Revolución Cubana"; especialmente con ese proceso asumido desde hace más de seis décadas en el archipiélago, ejemplo que llevó a la decisión de "cambiar de sistema" en Nicaragua, objetivo del profesor y fundador del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), Carlos Fonseca (1936-1979).

¿Cuándo surge el apoyo a la isla?

El exguerrillero nicaragüense aludió a la existencia de grupos políticos favorables a la realidad en el país caribeño, que incluso difundían mensajes sobre el proyecto transformador impulsado por el líder Fidel Castro, si bien a nivel de Gobierno los lazos diplomáticos finalizaron en 1962, con la expulsión de Cuba de la Organización de Estados Americanos (OEA).

El somocismo organizó marchas contra Cuba frente a su sede diplomática en Managua, dirigida en aquel entonces por Quintín Pino Machado, capitán del Ejército Rebelde y primer embajador de La Habana en tierra pinolera. Esas acciones fueron condenadas por los incipientes comités de solidaridad de la época, cuyos miembros salían a la defensa de los funcionarios extranjeros.

"La primera vez que visité esa nación fue en el tiempo de la dictadura somocista y debí hacerlo de manera clandestina como imponían los rigores de la época. Incluso, el pasaporte extendido por Anastasio Somoza, resultaba inválido para los países de la denominada cortina de hierro y socialistas, referido a la extinta URSS y Cuba", argumentó.

El motivo de su viaje era la participación en el Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes, celebrado del 28 de julio al 5 de agosto de 1978, en La Habana, evento que reunió a más de 20.000 jóvenes de 125 países, y del que, según publicaciones de la época, se previó desde el comportamiento climatológico hasta los menús de las distintas delegaciones presentes en la isla.

Posteriormente, en la década de 1980 emergieron algunas instancias oficiales en apoyo a los países socialistas y a los pueblos, desaparecidas en los años siguientes cuando asumió la presidencia de Nicaragua Violeta Barrios de Chamorro (1990-1997) y comenzó una época de administraciones neoliberales conformadas también por Arnoldo Alemán (1997-2002) y Enrique Bolaños (2002-2007).

Fue entonces, confesó Aguirre, que surgen las agrupaciones en apoyo a Cuba propiamente integradas en su mayoría por una militancia sandinista, partidarios y exbecarios en escuelas del territorio caribeño. Todas ellas conforman actualmente la Red Nicaragüense Antiimperialista de Solidaridad con los Pueblos.

"Como parte de nuestra evolución entendemos la solidaridad como una cuestión integral, sobre todo, en América Latina. Muestra de ello son las recientes visitas de Díaz-Canel y el mandatario venezolano Nicolás Maduro quienes, junto a Daniel Ortega, constituyen la punta de lanza de la lucha de los países de la región", expresó.

La contribución y disposición de las personas involucradas en la red solidaria la resumió en la frase "para lo que sea" y recordó también el vínculo con la iniciativa mundial Puentes de Amor, surgida en Estados Unidos, y constituida como una plataforma de actividades frente al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Washington.

El activismo de Irma y Arturo contagió también a su hija Julissa, quien influenciada por la historia, música, anécdotas y la investigación respecto a los líderes, "poco a poco entendí que desde hace mucho Nicaragua y Cuba son dos patrias unidas y conectadas y, por ello, como joven involucro en esa causa a mis contemporáneos", reconoció.

Cooperación y solidaridad entre las naciones

El barco A. C. Sandino cumplirá nuevamente la ruta Nicaragua-Cuba, provisto en esta oportunidad, de 36 contenedores de café y arroz, como parte de las donaciones enviadas por el Gobierno del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) para atenuar las consecuencias del bloqueo económico impuesto por EEUU a la isla y de la pandemia COVID-19.

Desde hace casi una década, el nicaragüense William Antonio Paz comanda esa embarcación, cuyo nombre tributa al patriota y revolucionario de la nación centroamericana Augusto César Sandino (1895-1934), que lideró entre 1927 y 1933 la resistencia contra el ejército de ocupación estadounidense en Nicaragua.

"Si no tuviésemos este barco sería imposible llevar esa ayuda a los hermanos cubanos. Resulta de gran utilidad y siempre estará disponible para el traslado de los insumos solidarios. Hacemos algo bueno por quienes más lo necesitan y cuando llegamos allá nos parece que estamos de visita en la casa de nuestra familia", refirió el capitán a Sputnik.

Este es el cuarto viaje del buque hacia el puerto de Mariel, ubicado en la occidental provincia de Artemisa y a 52 kilómetros de La Habana, la capital de Cuba. Nicaragua envió tres lotes similares con alimentos durante el 2021. El último de ellos, expedido el 5 de diciembre, incluía 50 contenedores con productos como arroz, frijoles y café.

Por su parte, hasta ese mismo mes, Cuba donó a Nicaragua siete millones de dosis de las vacunas anti-COVID-19 Abdala —desarrollada en el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB)—, Soberana y Soberana Plus, ambas creadas en el Instituto Finlay de Vacunas.

Los inmunógenos fueron aprobados por el Ministerio de Salud de Nicaragua para su uso de emergencia en el país, tras lo cual ingresó a la lista de naciones como Irán, Venezuela, Vietnam y San Vicente y las Granadinas, donde la población ya recibe vacunas producidas en Cuba.

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