Cheryl LaBash, Bill Hackwell y Netfa Freeman en la entrega de archivos a la Embajada de Cuba en Estados Unidos junto a la Embajadora Lianys Torres Rivera y el funcionario Daniel Menocal.
Junto con las cartas hay material de las muchas campañas y proyectos que tuvieron lugar durante ese tiempo. Si bien es una cantidad significativa del registro histórico, no representa toda la información acumulada durante ese tiempo por el movimiento internacional que apoyó a los Cinco.
La singularidad de la lucha por la libertad de los Cinco Cubanos fue que, a diferencia de la mayoría de las luchas, estuvo claramente enmarcada en el tiempo desde el momento en que fueron arrestados en Miami el 12 de septiembre de 1998, por defender su patria de los ataques terroristas organizados en esa misma ciudad hasta su liberación el 17 de diciembre de 2014, a través de esa estrecha ventana que se abrió por un breve momento bajo Obama.
Lo más inspirador fue que se llevó a cabo cuando Internet se estaba convirtiendo en una herramienta de organización cada vez más importante que conectaba al movimiento como nunca antes, lo que permitía que se llevaran a cabo eventos internacionales en Londres; Holguín, Cuba; Toronto; Puerto Allegre, Brasil; Tijuana, México, por mencionar algunos, y en Washington D.C. donde durante varios años simpatizantes de Cuba de todo el mundo se reunieron para protestar por la libertad de los Cinco frente a la Casa Blanca y cabildearon en el Capitolio contra la legislación que atrinchera el bloqueo de la isla.
Cuando llegamos a Kramer Junction, nuestra ruta era continuar hacia el este hasta Arizona, pero no pude evitar tomar un desvío hacia el sur con el automóvil lleno de la historia de los 5 Cubanos hasta las puertas de la penitenciaría que encarceló a Gerardo durante tanto tiempo, una vuelta de victoria modesta pero significativa para una lucha librada por todo el pueblo cubano y apoyada por millones en el mundo.
Nos pareció apropiado hacerlo. Decidimos también salir de la Interestatal 40 en la ciudad de Oklahoma para repetirlo en el Centro Federal de Transferencia donde los prisioneros son trasladados hacia y desde las prisiones federales de los EE. UU. Fue aquí donde Gerardo terminó en el Hueco durante una semana antes de ser enviado a Butner Prison Carolina del Norte donde se reencontró con sus hermanos Ramón Labañino y Antonio Guerrero antes de su regreso triunfal a casa. Fue desde esta prisión de Oklahoma donde pudo sacar su última carta de prisión para Alicia diciendo que no sabía a dónde lo llevarían pero sabía que su tiempo en California había terminado y le agradecía todo lo que había hecho.
Las 3100 millas recorridas con esta carga histórica fueron para mí, en lo personal, un momento de reflexión y un avance desde el fallecimiento de Alicia en enero pasado.
Devolver todo esto a sus legítimos dueños, el pueblo cubano, era algo que ella y yo habíamos discutido muchas veces, ahora se había convertido en el cumplimiento de una promesa, en mi percepción de urgencia.
La entrega de los Archivos a la Embajada de Cuba fue un momento de solidaridad y un paso importante hacia su destino final. El cierre del viaje tuvo lugar anoche cuando activistas solidarios con Cuba del área de D.C. y diplomáticos de la Embajada de Cuba se reunieron para compartir recuerdos de Alicia y su vida bien vivida.