Claudia Fonseca Sosa - Cubadebate - Video: teleSUR - Foto: Prensa Latina.- La Habana acoge desde este martes el tercer ciclo de diálogos de paz entre el Gobierno de Colombia y el Ejército de Liberación Nacional (ELN).


En marzo pasado, el Gobierno de Colombia y el ELN firmaron el Acuerdo de México, considerado la hoja de ruta hacia un pacto de la sociedad colombiana que lleve al gran Acuerdo Nacional y a la reconciliación, fruto de transformaciones estructurales. El acuerdo contempla también los elementos iniciales para la participación de la sociedad y para el cese al fuego. La cita en La Habana daría continuidad a esos consensos.

El pasado 29 de abril, el director general de América Latina y el Caribe del Ministerio de Relaciones Exteriores cubano, Eugenio Martínez, aseguró que Cuba garantizaría las condiciones para el tercer ciclo de diálogos entre las partes.

El canciller Bruno Rodríguez afirmó, a su vez, en Twitter que su país actuaría con la tradicional disposición e imparcialidad que la caracteriza en su condición de garante y sede alternativa.

En marzo último, el Alto Comisionado de Paz también confirmó que Cuba había aceptado ser anfitrión de este tercer ciclo y destacó “que las delegaciones de paz del Gobierno colombiano y del ELN agradecen profundamente al Gobierno cubano y a su pueblo por la disposición incondicional y el apoyo fundamental”.

Por medio de un comunicado, señalaron que el compromiso permanente y neutral del país antillano con la reconciliación de los colombianos demuestra, contra cualquier señalamiento que pretenda ponerlo en duda, que Cuba es un faro de esperanza y de paz para el resto del continente.

Este 1 de mayo, Pablo Beltrán, jefe negociador del ELN, ofreció declaraciones a la prensa, en las que aseguró que su objetivo en La Habana es pactar un cese al fuego con el Gobierno de Colombia, pero pidió “realismo” en su definición para “que funcione al cien por ciento”, según cita EFE.

“Venimos a este ciclo a pactar un cese al fuego”, aseguró Beltrán y subrayó que esa medida, que apuntó que será “preliminar” porque no se trata de un cese “de fin de conflicto”, debe ser “totalmente lograble, medible y evaluable”.

Para lograrlo, adelantó Beltrán, partirán de la experiencia de un alto al fuego temporal realizado por el ELN en 2017 cuando el Papa visitó Colombia. Argumentó que el objetivo es que se pueda contribuir a construir confianza para avances mayores.

El jefe negociador del ELN reconoció que la agenda de las negociaciones de paz con el Gobierno colombiano, que concibe la paz como “transformación social” y no como mera “pacificación”, genera algunas resistencias en el país sudamericano.

Consideró como una “novedad” esa concepción del proceso de paz y afirmó que se logra gracias a la llegada de un gobierno progresista como el que encabezan Gustavo Petro y Francia Márquez.

“Si los problemas de Colombia son grandes, estructurales, no nos podemos quedar en cosas cosméticas o superficiales”, dijo Beltrán en el diálogo con medios internacionales y colombianos la víspera.

Reconoció, asimismo, que el “problema” es que este cambio de concepción de la paz “es un salto político muy grande que no todo el mundo en Colombia entiende y no todo el mundo en Colombia lo comparte”.

En ese sentido, abogó por trabajar para que “cada vez más gente respalde” esa idea de “transformación estructural”, esfuerzo en el que -dijo- el ELN se siente “socio del Gobierno”.

 

El Gobierno colombiano subrayó también este lunes que “uno de los grandes desafíos” del tercer ciclo de negociaciones de paz con el ELN es “alcanzar un cese al fuego bilateral”.

En un comunicado difundido en la prensa local, el Ejecutivo recuerda lo alcanzado hasta el momento en las dos primeras rondas, en Venezuela y México.

“Uno de los grandes desafíos que deberá enfrentar este nuevo ciclo de diálogos de paz está relacionado con el clamor nacional e internacional por alcanzar un cese al fuego bilateral que facilite la participación ciudadana y el desarrollo de las acciones y dinámicas humanitarias pactadas en el Acuerdo de México”, señala el texto.

El Gobierno de Gustavo Petro señaló además que en el primer ciclo, celebrado en Venezuela en noviembre pasado, “se confirmó la importancia del restablecimiento de estos diálogos”. En la segunda ronda, agregó, “se estableció una nueva agenda” conjunta con una “visión común en torno a la paz”.

Las negociaciones entre el Gobierno y la guerrilla estuvieron interrumpidas durante cuatro años. Se reanudaron en 2022 en Venezuela, y posteriormente se realizaron en México.

El documento prosigue diciendo que el tercer ciclo de diálogos “representa a la vez un homenaje y un desagravio” para Cuba, que debe “su inclusión injusta en la lista de países patrocinadores del terrorismo” que elabora unilateralmente Washington a su implicación en las negociaciones.

El Gobierno colombiano y su presidente Gustavo Petro exaltan “los esfuerzos realizados” por Cuba como garante de los diálogos, “símbolo internacional de unidad en la lucha por la paz de la América Latina y el Caribe” y “comprometida históricamente con la paz en Colombia”.

Los contactos entre el Gobierno de Colombia y el ELN comenzaron durante el período de presidencia de Juan Manuel Santos, pero quedaron suspendidos en 2018, cuando tras un atentado de la guerrilla el entonces presidente, Iván Duque, congeló las conversaciones.

El pasado agosto se reiniciaron formalmente las conversaciones, al poco de llegar Gustavo Petro al Gobierno con su propuesta de Paz Total. El acto tuvo también lugar en La Habana.

¿Cuánto se ha avanzado en los diálogos de paz colombianos?

Los diálogos entre el ELN y el Gobierno de Colombia arrancaron en febrero de 2017 en Quito, Ecuador, durante la administración del presidente colombiano Juan Manuel Santos (2010-2018). El presidente ecuatoriano Rafael Correa aún gobernaba el país vecino.

En abril de 2018, el entonces mandatario Lenín Moreno anunció que Ecuador dejaría de ser sede, por lo que las negociaciones se trasladaron a Cuba.

Luego de varios años de estar suspendidas las conversaciones por el Gobierno de Iván Duque (2018-2022), el diálogo se reanudó con la llegada de Gustavo Petro a la presidencia en Colombia.

El 21 de noviembre se reinició el diálogo en la capital venezolana, en un primer ciclo que se extendió hasta el 12 de diciembre y culminó con un acuerdo para promover alivios humanitarios en algunas de las regiones más golpeadas por el conflicto armado, especialmente en el Bajo Calima, en el departamento de Valle del Cauca, y el municipio Medio San Juan, del departamento del Chocó.

En Caracas también se acordó atender la emergencia humanitaria para un grupo de presos del ELN, afectados por la crisis carcelaria en Colombia.

En ese primer ciclo de negociaciones, asimismo, el Gobierno y el ELN pactaron la “institucionalización de la Mesa de Diálogos de Paz”, que cuenta con una normativa que “regula y potencia su trabajo”.

En este punto se establecieron “protocolos con reglas claras” para ambas partes; así como para la labor de la comunidad internacional a través de los países garantes, acompañantes y testigos del proceso de negociación.

También hubo un acuerdo sobre la “pedagogía y comunicaciones” establecida para “fortalecer y ampliar el apoyo y participación de la sociedad colombiana y de la comunidad internacional en el desarrollo del diálogo”.

También se adelantó que el segundo ciclo iniciaría en enero de 2023 y su sede sería Ciudad de México. No obstante, esta nueva ronda recién comenzó el 13 de febrero y se extendió hasta el 10 de marzo.

Al cierre de ese ciclo, el presidente Gustavo Petro firmó una resolución que reconoce al ELN como una “organización armada rebelde” e indicó que las conversaciones estaban encaminadas a “obtener soluciones al conflicto armado”.

Asimismo, las partes acordaron avanzar en una “nueva agenda de diálogos para la paz”, que incluye seis puntos transversales que serían abordados en adelante: participación de la sociedad en la construcción de la paz, democracia para la paz, transformaciones para la paz, víctimas, fin del conflicto armado y plan general de ejecución de los acuerdos.

El quinto punto incluye debatir sobre “el cese al fuego y de hostilidades de carácter bilateral”, para generar condiciones que permitan superar el conflicto armado.

Las conversaciones cuentan con Brasil, Cuba, Chile, México, Noruega y Venezuela como países garantes; mientras que como acompañantes están España, Alemania, Suecia, Suiza.

También están como acompañantes permanentes el Representante Especial del Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas y la Conferencia Episcopal de Colombia.

Instalada la mesa de negociaciones

El tercer ciclo de conversaciones de paz arrancó este martes en La Habana con un acto, en el salón de Protocolo de Cubanacán “El Laguito”, en el que estuvieron presentes los jefes negociadores del Gobierno colombiano y el ELN, Otty Patiño y Pablo Beltrán, respectivamente, y el canciller cubano, Bruno Rodríguez.

Asimismo, asistieron los representantes de los países garantes y los países acompañantes del proceso de negociaciones.

Reconocen compromiso de Cuba con procesos de paz en Colombia

La Habana, 2 may (Prensa Latina) La senadora de Colombia María José Pizarro reconoció hoy el papel y compromiso de Cuba con los procesos para lograr la paz en su país.

En la inauguración en esta capital del tercer ciclo de conversaciones con el Ejército de Liberación Nacional, Pizarro, a nombre de la delegación del Gobierno, aseguró que el compromiso de la nación caribeña con la paz de Colombia es irrefutable.

«Cuba fue para nosotros, los hijos e hijas de la insurgencia, el sinónimo de la felicidad, el único lugar en el que nos sentimos seguros y lo más cercano a un hogar», señaló.

Subrayó que el mejor resarcimiento a la isla por ser incluida en la unilateral lista de países patrocinadores del terrorismo es que el ciclo logre un avance sustancial y definitivo en la agenda acordada.

A pesar de las dificultades que atraviesa la mayor de las Antillas, agregó, «hoy nos recibe nuevamente en un ejercicio de solidaridad conmovedora».

Señaló que la delegación del Gobierno del presidente Gustavo Petro llega a la isla con la voluntad de retribuirle y honrarla; «nuestro mayor homenaje es lograr que este proceso de paz sea absolutamente irreversible», añadió.

Agregó que fruto de esto, esperan que la nación caribeña pueda ser retirada cuanto antes de la lista de países patrocinadores del terrorismo y «pueda con esa decisión, junto al fin del bloqueo (de Estados Unidos) recobrar el puesto digno que se merece como los demás países del mundo».

La senadora reconoció el esfuerzo y rol que juegan los países garantes en los ciclos de diálogo por la paz, así como a los organismos, instituciones y países de apoyo.

Apuntó que este tercer ciclo inicia con el mayor avance en estos 10 años de conversaciones, al tiempo que mencionó el acuerdo logrado en México, el cual hace un balance de los grandes problemas que aquejan a la sociedad colombiana y plantea una nueva agenda de diálogos.

También recoge nueve acuerdos más entre los que se encuentran las ideas básicas para la participación y construcción de la paz, así como los elementos esenciales para abordar el cese del fuego.

Por otra parte, el jefe negociador del Gobierno de Colombia, Otty Patiño, comentó a la prensa que existe una deuda de orden moral con Cuba, por todo lo que ha soportado a raíz de su inclusión en la lista de países terroristas, que elabora unilateralmente el Departamento de Estado norteamericano. La única manera de pagarlo, acotó, es avanzar considerablemente en este ciclo, en el cual la isla demostrará una vez más su compromiso con la paz.

Señaló que la nación caribeña al brindar su casa muestra su confianza en este proceso y con la mesa de negociaciones para la paz en Colombia.

Este martes se instaló en La Habana el mecanismo de diálogo que también tiene como países garantes del proceso a Noruega, Venezuela, Chile, México y Brasil.

 

Inició en Cuba tercer ciclo de diálogos de paz entre Colombia y ELN

La Habana, 2 may (Prensa Latina) Con la plena disposición para lograr el cese del fuego y la participación de la sociedad, inició hoy en Cuba el tercer ciclo de conversaciones entre el Gobierno de Colombia y el guerrillero Ejército de Liberación Nacional (ELN).

En el Salón de Protocolo de El Laguito, de esta capital, el canciller Bruno Rodríguez le dio la bienvenida a las delegaciones y a los representantes de los países garantes, y subrayó que la posición de Cuba en apoyo al proceso de paz de Colombia es y será invariable.

Rodríguez reafirmó la voluntad de su país de contribuir al ciclo de diálogos y señaló que ser garante y sede alternativa es para la isla una alta responsabilidad, que cumplirá de acuerdo con su experiencia.

Agregó que la nación caribeña se mantendrá apegada a sus pautas de discreción imparcial y absoluto respeto a la voluntad de los partes y a los compromisos asumidos.

El jefe de la Delegación de Diálogos del ELN, Pablo Beltrán, subrayó que esta es la hora de la participación de la sociedad, «somos perseverantes e insistentes».

«Un proceso de diálogo serio necesariamente es con la participación de la sociedad, sobre todo de los que jamás han tenido ni voz ni posibilidades de decisión sobre los destinos del país», apuntó.

A su vez, aseguró que su delegación tiene la plena disposición y apuesta por lograr lo que se propuso en México: llegar al cese del fuego y a la participación de la sociedad.

Expresó su deseo de que en este ciclo de conversaciones las partes se respeten y comprendan, así como mantengan la voluntad política de cumplir con los acuerdos y compromisos.

Señaló que entre todos puede construirse un Gran Acuerdo Nacional que garantice la paz definitiva, realice las transformaciones socio económicas necesarias y construya una democracia participativa.

Solo así, añadió, podremos salir de esta espiral de violencia, a la que nos quieren condenar esos enemigos de los cambios y de los diálogos de paz.

Por parte de la Delegación del Gobierno intervino la senadora María José Pizarro, quien aseguró que la paz que quiere Colombia implica salir del fuego cruzado, poder habitar con tranquilidad sus barrios y veredas, reconstruir la cultura y retornar a los territorios que por décadas han tenido que abandonar millones de personas para engrosar los cordones de miseria.

En nuestro criterio, acotó, la mejor forma de contribuir con soluciones al conflicto armado es culminar este tercer ciclo con el acuerdo para la participación de la sociedad, la construcción de la paz con el ELN y el acuerdo del cese al fuego, el cual debe tener como eje fundamental evitar el sufrimiento de la población con la guerra.

Expresó que no se trata de «humanizar la guerra sino de generar dinámicas humanitarias que hagan cada vez más repugnante la violencia; estos son los retos de este tercer ciclo y las respuestas que debemos empezar a darle a nuestro pueblo», acotó.

La mesa de diálogo debe salir de Cuba hacia Colombia, dijo, «para construir con las gentes de nuestra tierra la paz posible, la que hemos soñado por décadas».

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