Cubainformación - Traducción: Christine Vaple.- Hans Öhrn, miembro de la Asociación de Amistad Suecia-Cuba, escribe un interesante post en Facebook, en el que hace referencia a un artículo de Mats Lundahl, catedrático emérito de Economía del Desarrollo en la Escuela de Economía de Estocolmo y autor de 11 libros sobre Haití, en el que se realiza una propuesta de cooperación triangular entre Suecia, Cuba y Haití.
AYUDA - NO ARMAS
Hans Öhrn
Mats Lundahl, economista socialdemócrata y ex profesor de economía del desarrollo en la Escuela de Economía de Estocolmo, escribe en un artículo* en Svensk Tidskrift que «Haití es un país completamente corrupto, gravemente afectado por la delincuencia de las bandas y los desastres naturales». Lundahl pide a la «comunidad internacional» que intervenga.
Lo que no escribe es que Haití está afectado sobre todo por el colonialismo y el imperialismo occidentales. Antaño modelo en la lucha por la autodeterminación y la libertad, desde entonces se ha convertido en el país quizá más pobre del hemisferio norte debido a diversas formas de intervencionismo.
Tras el gran terremoto de 2010, Haití fue invadido por la «comunidad internacional» y sus columnas de cooperantes. Esto dio un impulso a la industria de la prostitución de Haití, pero no mucho más.
En su libro «The Big Truck That Went By» (El gran camión que pasó), Jonathan M. Katz escribe que «después de intentar sobre todo evitar disturbios, garantizar la estabilidad y prevenir la propagación de enfermedades, la comunidad internacional ayudó a causar lo primero, a socavar lo segundo y a promover de forma demostrable lo tercero».
El Enviado Especial de Estados Unidos a Haití, Daniel Foote, declaró cuando dimitió en protesta por la política de intervención que:
«La principal razón por la que dimití fue porque veía que la política estadounidense iba exactamente en esta dirección, hacia la intervención, que es, como dijo Einstein -y voy a parafrasear- intentar lo mismo una y otra vez y esperar un resultado diferente, lo cual es una locura. Cada vez que la comunidad internacional ha intervenido sin el apoyo haitiano y popular, la situación se ha estabilizado temporalmente, sólo para empeorar mucho con el tiempo».
Cuba destaca en materia de ayuda a Haití, habiendo enviado médicos y otro personal sanitario para ayudar en las crisis de Haití y esforzándose siempre por mantener relaciones de hermandad e igualdad con su vecino.
Cuba se enfrenta ahora a sus propios problemas económicos debido a las sanciones ilegales impuestas al país y es aquí donde Suecia podría hacer una contribución tanto a Cuba como a Haití.
Suecia podría pagar los esfuerzos de Cuba para enviar a Haití equipos sanitarios y otra ayuda que el país desee. Además, Suecia podría pagar una prima sustancial por los esfuerzos como compensación a Cuba por el hecho de que Suecia, aunque condena las sanciones contra Cuba cada año en la ONU, no pone su dinero donde está su boca.
El dinero podría sacarse de la subvención que ahora recibe Ucrania para bombas y granadas. En lugar de contribuir a la caída de Ucrania, Suecia podría así contribuir a un futuro mejor tanto en Haití como en Cuba.
¿Una política a fomentar para los socialdemócratas, señor Lundahl?