David Rodríguez Fernández y Francisco Valero Atienza (*) - Mundo Obrero.- Hay dos campañas abiertas de solidaridad médica activa con la isla: la Brigada sanitaria solidaria con Cuba, con plazo abierto de inscripción hasta el 31 de mazo de 2025 y la campaña «Con la mano en el corazón», para comprar marcapasos para Cuba, abierta hasta el 30 de junio de 2025.
Cuba, una pequeña isla caribeña, ha logrado construir uno de los sistemas de salud más admirables del mundo, a pesar de enfrentar un bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos durante más de seis décadas. Este bloqueo, calificado como un acto de guerra económica, ha tenido consecuencias devastadoras para la población cubana, limitando el acceso a medicamentos, equipos médicos y tecnologías esenciales. Sin embargo, el sistema de salud cubano no solo ha resistido, sino que ha sido un ejemplo de solidaridad internacionalista y avances científicos. Ante el potencial del sistema de salud en Cuba tras la Revolución, su contribución al mundo y los desafíos impuestos por el bloqueo urge nuestra solidaridad activa con la isla.
El potencial del sistema de salud cubano tras la Revolución
Tras el triunfo de la Revolución en 1959, Cuba priorizó la salud como un derecho fundamental. El nuevo gobierno liderado por Fidel Castro emprendió una profunda transformación del sistema de salud, basada en los principios de universalidad, gratuidad y acceso equitativo teniendo como centro del sistema la atención primaria y comunitaria. Se nacionalizaron los servicios médicos, se construyeron hospitales y policlínicos en zonas rurales y urbanas, y se formó a miles de médicos, enfermeros y técnicos de salud.
Uno de los hitos más significativos fue la creación del Sistema Nacional de Salud, que garantiza atención médica gratuita a toda la población. Cuba logró erradicar enfermedades como la poliomielitis, el paludismo y la difteria, y redujo drásticamente la mortalidad infantil (4,0 por cada 1.000 nacidos vivos hoy), situándose entre los países con mejores indicadores de salud a nivel mundial. La esperanza de vida aumentó significativamente (79 años en la actualidad), y la isla se convirtió en un referente mundial en la atención primaria de salud, con un modelo basado en la prevención y la participación comunitaria, y la integración de la ciencia y la tecnología en el sistema sanitario.
La solidaridad internacionalista médica de Cuba
El sistema de salud cubano no solo ha beneficiado a su población, sino que ha extendido su solidaridad a otros países del mundo. Desde la década de 1960, Cuba ha enviado brigadas médicas a decenas de países, especialmente a aquellas afectadas por desastres naturales, epidemias o conflictos armados. La Brigada Henry Reeve, especializada en situaciones de desastre y graves epidemias, ha sido reconocida internacionalmente por su labor en países como Haití, Pakistán y Sierra Leona.
Durante la pandemia de COVID-19, Cuba demostró una vez más su compromiso con la solidaridad internacional. Más de 50 brigadas médicas cubanas fueron desplegadas en más de 40 países para combatir la pandemia, incluso en naciones europeas como Italia. Esta labor humanitaria ha sido elogiada por organizaciones internacionales y líderes mundiales, aunque también ha sido objeto de ataques políticos por parte de quienes buscan desacreditar la colaboración médica cubana, como es el caso de la derecha extrema y extrema derechas europea, con el PP, VOX y Renew Europe a la cabeza con figuras como Javier Nart y el golpista venezolano Leopoldo López, así como por parte de la Administración norteamericana, tanto del demócrata Joe Biden como del actual presidente republicano Trump con su secretario de Estado, el anticubano y representante de la mafia cubano-americana de Miami Marco Rubio.
Avances en biotecnología: un logro de la ciencia cubana
Otro pilar del sistema de salud cubano es su industria biotecnológica, desarrollada gracias a la inversión en ciencia e innovación. Cuba ha logrado producir vacunas, medicamentos y equipos médicos de alta tecnología, a pesar de las limitaciones impuestas por el bloqueo. Durante la pandemia, la isla desarrolló sus propias vacunas contra el COVID-19, como Abdala y Soberana, demostrando su capacidad científica y autosuficiencia.
La biotecnología cubana no solo ha beneficiado a la población local, sino que ha exportado productos a otros países, especialmente a naciones del Sur Global. Medicamentos como el interferón alfa 2B, utilizado en el tratamiento de enfermedades virales, han sido distribuidos en América Latina, África y Asia. Estos avances son un testimonio del potencial de la ciencia cubana y su contribución a la salud global con un espíritu altruista y solidario.
Las consecuencias del bloqueo criminal de EE.UU.
A pesar de estos logros, el bloqueo impuesto por Estados Unidos ha tenido un impacto devastador en el sistema de salud cubano. Las sanciones limitan el acceso a medicamentos, equipos médicos y tecnologías esenciales, afectando directamente a la población. Empresas farmacéuticas y proveedores internacionales se ven obligados a negar suministros a Cuba por temor a represalias económicas de EE.UU.
El bloqueo también dificulta la adquisición de piezas de repuesto para equipos médicos, lo que ha llevado al cierre temporal de hospitales y laboratorios. Además, la inclusión de la isla por parte de EE.UU en su infame e hipócrita lista de países patrocinadores del terrorismo que conlleva sanciones financieras impiden a Cuba acceder a créditos internacionales para comprar insumos médicos. Estas medidas han sido denunciadas como un acto de genocidio, ya que afectan directamente el derecho a la salud de millones de personas.
La condena internacional al bloqueo
El bloqueo contra Cuba ha sido condenado en múltiples ocasiones por la comunidad internacional. En 2023, el Tribunal Internacional celebrado en Bruselas calificó las sanciones como un delito de agresión, como un crimen contra la humanidad que puede conllevar al genocidio, exigiendo su levantamiento inmediato. Asimismo, la Asamblea General de la ONU ha votado de forma reiterada año tras año de manera abrumadora a favor de una resolución que pide el fin del bloqueo, con el apoyo de más de 180 países, con la excepción del agresor EE.UU. y su aliado el Estado sionista de Israel.
Estas condenas reflejan el rechazo global a una política que no solo afecta a Cuba, sino que viola los principios del derecho internacional y los derechos humanos. Sin embargo, Estados Unidos ha ignorado estas demandas, manteniendo una política hostil que perjudica a la población cubana.
El movimiento de solidaridad con Cuba
Frente a esta situación, el movimiento de solidaridad con Cuba ha jugado un papel crucial en la denuncia del bloqueo y el apoyo material a la isla. Organizaciones como MediCuba Europa y el Movimiento Estatal de Solidaridad con Cuba (MESC) han impulsado campañas para recaudar fondos y enviar suministros médicos a Cuba. Un ejemplo destacado es la campaña «Con la mano en el corazón para comprar marcapasos», que busca adquirir estos dispositivos médicos para pacientes cubanos con cardiopatías.
En junio de 2025, una brigada solidaria de personal sanitario, organizada por las asociaciones de amistad con Cuba José Martí de València, Euskadi Cuba y la Ernesto Guevara de Torrejón de Ardoz, con el apoyo de los sindicatos CC.OO. y la Confederación Intersindical, realizará una visita a la isla para desarrollar un programa de conocimiento de la realidad cubana, especialmente en materia de sanidad. Además, llevará en mano medicamentos y enviará un contenedor con materiales y equipos médicos. Esta iniciativa supone también una denuncia del bloqueo económico, comercial y financiero de EE.UU. a Cuba.
La batalla comunicacional: desmontando los ataques
Uno de los desafíos más importantes para el movimiento de solidaridad es la batalla comunicacional contra los ataques a la colaboración médica cubana. Medios de comunicación al servicio de la guerra no convencional que sufre Cuba por parte de EE.UU., han intentado desacreditar la labor de las brigadas médicas, acusándolas de explotación y tráfico de personas. Sin embargo, estas acusaciones carecen de fundamento y han sido refutadas por testimonios de pacientes y gobiernos beneficiados, así como del propio personal sanitario cubano que presta estas misiones solidarias.
La solidaridad activa con Cuba implica no solo denunciar el bloqueo, sino también difundir la verdad sobre los logros del sistema de salud cubano y su contribución solidaria al mundo. Las redes sociales, los medios alternativos y las campañas de sensibilización son herramientas clave en esta lucha.
La urgencia de la solidaridad activa
El sistema de salud cubano es un ejemplo de lo que puede lograrse cuando se prioriza el bienestar de las personas sobre los intereses económicos. Sin embargo, el bloqueo de EE.UU. representa una amenaza constante para este logro. La solidaridad activa con Cuba no es solo un acto de justicia, sino una necesidad urgente para garantizar el derecho a la salud de millones de personas.
Campañas como «Con la mano en el corazón» y la brigada solidaria de junio de 2025 demuestran que es posible romper el cerco del bloqueo a través de la cooperación y la solidaridad internacional. En un mundo cada vez más interconectado, la lucha por la justicia y la dignidad de Cuba es una lucha por un futuro mejor para todos. Hoy más que nunca, es necesario defender la vida y la salud en Cuba, porque Cuba y el Mundo serán y estarán mejor sin bloqueo.
Más información de las campañas:
– Campaña «Con la mano en el corazón» para comprar marcapasos para Cuba (abierta hasta 30 de junio):
No te quedes sin colaborar en esta campaña que llega directamente al corazón de #CubaSalvaVidas
Puedes realizar tu aportación en esta cuenta
ES74 3159 0018 1420 4471 4117 (Caixa Popular) indicando en el concepto MARCAPASOS o a través del bizum con el código 03699
– Brigada sanitaria solidaria en Cuba (inscripción hasta 31 de marzo):
Las personas interesadas en recibir más información tienen que contactar con la asociación a través del correo brigadacubasalud@gmail.com e inscribirse rellenando el siguiente formulario:
(*) David Rodríguez Fernández, responsable de solidaridad internacional del PCPV; Francisco Valero Atienza, responsable de sanidad del PCE y PCPV.