Conversamos, desde Ciudad de Guatemala, con Henry Morales, economista y autor del libro “Ayuda oficial al desarrollo de Cuba al mundo”, que muestra que el país que más aporta en materia de cooperación no es –como se pudiera pensar- uno del Norte enriquecido, como Noruega o Suiza, sino Cuba.
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Su investigación no ha interesado a los medios corporativos que, sin embargo, ahora están dando promoción a un supuesto “informe” de una ONG con sede en Madrid, Prisoners Defenders, cuyo mensaje es que la cooperación médica cubana no sería solidaridad, sino un “negocio del régimen cubano”, que esconde “esclavitud laboral”. El mismo de la enorme campaña que ha estado llevando a cabo, en los últimos dos años, el gobierno saliente de Donald Trump.
En su país, Guatemala, la campaña contra la cooperación cubana ha estado encabezada por un diputado conservador, Felipe Alejos, que presentó una iniciativa para expulsar a 450 cooperantes de la Brigada Médica Cubana. Las comunidades beneficiarias se movilizaron en contra, y hasta el gobierno nacional tuvo que rechazar la idea “porque el sistema de salud colapsaría”, teniendo en cuenta que la cooperación cubana es el único servicio de salud en determinadas zonas rurales de aquel país. Morales narra que, detrás de la iniciativa del citado diputado Alejos, estaría su intento por congraciarse con las autoridades de EEUU, que lo han declarado persona non grata por su vínculo con la corrupción.
A la pregunta de si la cooperación médica cubana es solidaridad o “negocio” señala con rotundidad que es “solidaridad de amplia humanidad”. Recuerda que su libro “Ayuda oficial al desarrollo de Cuba al mundo” aporta cálculos económicos de lo que Cuba ofrece a países del Sur Global, ya que “monetiza” de manera científica, esa cooperación. Expone datos tan aplastantes como los siguientes:
- En 25 años, la cooperación médica cubana ha salvado más de 6 millones de vidas en el mundo.
- Cuba aporta en promedio 4.000 millones de dólares al año en su cooperación en decenas de países. Casi igual a las pérdidas que ocasiona a la economía cubana anualmente el bloque económico.
- Las brigadas médicas, enviadas recientemente para luchar contra la Covid-19, habrían aportado unos 85 millones de dólares.
- Cuba aporta no menos del 3 % de sus PIB, frente al 0,7 % propuesto por Naciones Unidas y que incumplen los países ricos.
En algunos países muy pobres, Cuba asume los gastos de su cooperación médica, pero en otros recibe un cierto ingreso por los servicios médicos. Preguntamos a Morales a dónde van a parar esos ingresos, y si esto invalida el término “cooperación”. Responde que “en absoluto”, y explica que en el citado libro se explican las diferentes modalidades de cooperación médica cubana, que “no son ningún secreto, aparecen en cualquier informe oficial de Cuba”. Los ingresos, cuando existen, van a parar –expone- a los médicos y sus familias, a sufragar la cooperación en países que no pueden compensar los gastos, y también al sistema de salud de la Isla. Nada, ni un dólar, a los bolsillos particulares de nadie. Recuerda, además, que Cuba sufre un bloqueo que asfixia su economía pero, sin embargo, continúa ofreciendo sus programas de cooperación.
Esta cooperación de Cuba contrasta con la de “EEUU y la Unión Europea”, que es “condicionada” y, en ocasiones, una “pre-inversión” para la entrada de sus empresas. Cuba no condiciona su cooperación, que es –además- total y absolutamente voluntaria.
La ONG citada antes recoge en su “informe” testimonios de ex cooperantes de Cuba que aceptaron el asilo político del gobierno de EEUU. Le preguntamos si el Departamento de Estado está detrás de dicho informe, y nos recuerda que, durante años, para implementar el “Cuban Medical Professional Parole”, un programa para comprar a las y los cooperantes de la salud de Cuba en todo el mundo, la Casa Blanca diseminó centenares de agentes de la USAID y la CIA. A pesar de los millones gastados, apenas captaron al 1 % de dicho personal: un “fracaso completo”.
Finalmente, Henry Morales se pregunta ¿quién se afecta cada vez que abandona un país la brigada médica cubana? Es “la población local”, que se queda sin el único servicio médico, en naciones con sistemas públicos débiles o inexistentes.
Redacción: José Manzaneda. Edición: Ana Gil, Jon Ojanguren.
Henry Morales, autor del libro “Ayuda oficial al desarrollo de Cuba al mundo”
“El `negocio´ de la cooperación médica cubana es haber salvado seis millones de vidas en 25 años”
Henry Morales, economista guatemalteco, es el autor del libro “Ayuda oficial al desarrollo de Cuba al mundo”, que muestra que el país que más aporta en materia de cooperación no es, como pudiera pensarse, uno del Norte enriquecido, como Noruega o Suiza, sino Cuba. Con él conversamos sobre la acusación del Gobierno de EEUU y de un “informe” de la ONG Prisoners Defenders, con sede en Madrid, alineada con Washington, que sostiene que la cooperación médica cubana no es solidaridad, sino un “negocio del régimen cubano” basado en la “esclavitud laboral”.
Entrevista: JoséMANZANEDA / Transcripción: José Mª ALFAYA / Cubainformación
- Henry, ¿la cooperación cubana es solidaridad o negocio?
- Para el Departamento de Estado, para la CIA y la USAID que, desde hace muchos años
asfixian al pueblo cubano por tener otro sistema político y económico, es, lógicamente, un negocio. Llamarlo así es una forma de desacreditar algo que ellos han sido incapaces de generar. Dicen que son acciones de trata de personas, que generan esclavitud, que Cuba además utiliza políticamente su cooperación para fortalecer sus relaciones... Es todo un guión preestablecido.
Sobre el supuesto “informe” de la ONG española, sólo tendría una pregunta para ver su nivel de legitimidad: ¿esta ONG recibe financiamiento –directo o indirecto- de la agencia USAID, de la NED o de otras fundaciones que financian la guerra contra Cuba? Este sería un buen indicador.
Siempre hemos planteado que la desinformación se debe atacar con información. Desde hace muchos años, de una manera académica y profesional, hemos venido analizando cómo funciona la cooperación global de todos los donantes internacionales. Y hemos investigado cómo funciona la cooperación Sur-Sur, donde Cuba, nos guste o no, es pionera. Y en nuestra investigación queda claro que la colaboración de Cuba sí es solidaridad y no un negocio.
-¿Cuáles son las características de la cooperación cubana que habéis estudiado?
- En primer lugar, Cuba realiza su colaboración a partir de protocolos muy formales y exhaustivos. Toda acción incluye un convenio con las instituciones coordinadoras de cada país. En el caso de Salud las autoridades sanitarias.
Y no solo la de aquellos países con gobiernos de izquierda o progresistas. Para nada. Tiene colaboración con gobiernos muy neoliberales y de derechas, que encuentran, en ese ofrecimiento, en esa solidaridad cubana, una posibilidad de resolver problemas que los mismos países no pueden resolver, como es el tema sanitario, donde hay grandes déficits.
Otro elemento importante, básico para este tipo de reflexión, es que los procedimientos para que una o un profesional cubano pueda ir a otro país son voluntarios. Hay convocatorias abiertas donde cualquiera se puede inscribir, para sumarse a las brigadas. Cuba garantiza a estas personas, en el momento en que salen a otro país, la seguridad y tranquilidad económica de su familia en la Isla, asumiendo el salario y el resto de prestaciones sociales, y al profesional le da una cobertura económica para poder vivir en el país de destino. Es mentira que se les obligue.
- Tu libro “Ayuda oficial al desarrollo de Cuba al mundo” aporta cálculos económicos de lo que la Isla ofrece a países del Sur Global, en materia de cooperación. ¿Qué datos son estos?
- Primero, debo explicar que utilicé todos los indicadores y todos los procedimientos de la cooperación tradicional, la de EEUU, la de la Unión Europea, la de Japón, para poder “monetarizar” la ayuda oficial cubana. Utilicé los mismos criterios, ni más ni menos, con una única diferencia: que, a la “monetización” según el criterio promedio de los países donantes tradicionales, le hice una reducción de casi el 50%. Es decir, los datos pudieran ser muchísimo más elevados.
La colaboración médica, educativa, deportiva y científica que Cuba tiene a nivel global, en términos de su Producto Interno Bruto, representa no menos del 3 o 4 % de su PIB. Comparemos con los países que más aportan: Noruega, Suecia y Dinamarca no llegan al 1%. Cuba lo triplica o cuadriplica.
En los últimos 22 años, período de análisis del estudio, Cuba realizó más de 1.700 millones de consultas médicas a nivel global. 75 millones por año. Si aplicamos lo que cuesta un servicio médico en cualquier país del “Primer Mundo”, la colaboración anual de Cuba sería de 4.000 mil millones de dólares, similar a sus pérdidas anuales por el bloqueo de EEUU.
¿Qué significa esto? Cerca de 350 millones de dólares de colaboración mensuales, 270 de ellos en América Latina y el Caribe.
Cuba es uno de los países que más colaboración ha tenido en términos geográficos, en más de 180 países. Ha estado en más países integrados en Naciones Unidas que cualquier potencia. En 2020, las estadísticas decían que Cuba estaba presente en más de 70 países, con más de 30 mil cooperantes. Recordemos que, en la actualidad, Cuba tiene casi 500 mil profesionales en su sistema de Salud Pública. ¿Qué país tiene eso? Por eso se da el lujo de poder compartir esta gran potencia a nivel global.
Cuba está entre los primeros ocho países con más colaboración monetaria a nivel global, junto a EEUU, Japón o Alemania. Y a nivel de América Latina y el Caribe, Cuba sería el primer país.
Cuba es la única nación que ha podido enviar brigadas médicas a aquellos países que lo han requerido porque su Sistema de Salud ha colapsado. Incluso países del “Primer Mundo”. En pandemia, Cuba ha mandado más de tres mil especialistas, y cuando hablamos de especialistas, no es cualquier persona, son gentes capacitadas que se han formado en situación de crisis, como por ejemplo cuando fueron a luchar contra el ébola a África. Si “monetarizáramos” la colaboración cubana frente a la Covid-19, serían más de 84 millones de dólares, calculando por lo bajo.
- ¿Por qué decides realizar estos cálculos económicos, no los aporta Cuba?
- Esto es importante y quiero dejarlo claro. Los cálculos son para dar el sentido y la magnitud necesaria a la cooperación cubana. El Gobierno de Cuba parte de que su política es no “monetarizar” su colaboración, porque la solidaridad no se puede cuantificar, lo que me parece un criterio humano y justo. Pero si queremos luchar contra la desinformación, la “monetarización”, como elemento comparativo, sirve. Está claro que lo más importante para Cuba no es saber si está en el primer o tercer lugar, o si son miles de millones con los que colabora, sino salvar vidas.
Y en los últimos veinticinco años, el cálculo es de más de seis millones de vidas salvadas. Hablamos de gente que podía haber muerto por desnutrición, por enfermedades prevenibles. Con todos estos datos, si seguimos pensando que la cooperación cubana es un “negocio”, estamos absolutamente desinformados. Lo que hay es una solidaridad de amplia humanidad.
- En algunos países muy pobres Cuba asume los gastos de su cooperación médica pero en otros recibe un cierto ingreso por los servicios médicos. ¿A dónde van a parar estos ingresos? Y esto, ¿invalida el término “cooperación”?
- En nuestro estudio se hace un recuento de las diferentes modalidades de colaboración que tiene Cuba en el mundo y que no son secretas. Se encuentran en cualquier informe oficial.
Hay convenios donde hay una política de complementariedad: Cuba aporta la capacidad científica, profesional, y el país colabora con un recurso financiero para garantizar que el profesional en este país pueda tener un nivel de vida adecuado a lo que va a realizar. Y hay otro tipo de convenios, donde hasta la OMS o la Organización Panamericana de la Salud intermedian, en los que los recursos que los países proporcionan por la colaboración, tienen un fin determinado.
Sabemos que Cuba tiene un bloqueo, que la están asfixiando económica y financieramente, de manera creciente. Pero ese bloqueo no provoca que Cuba abandone sus compromisos de colaboración.
Los recursos aportados a Cuba, en parte, van a las y los profesionales, y en parte también al envío de brigadas médicas a países que no tienen capacidad económica, regresando al mismo círculo de su colaboración médica, deportiva, educativa o cultural.
¿Esto invalida el término de cooperación? Creo que no. Tendríamos que cuestionar, entonces, cómo funciona la cooperación tradicional. La colaboración de cualquier país del mundo desarrollado no es una cooperación gratis. Hay condicionalidad, hay sometimiento, es, en ocasiones, una preinversión para inversiones empresariales y negocios. Cuba no hace absolutamente nada de esto.
- En el citado “informe” se recogen testimonios de ex cooperantes de Cuba que aceptaron el asilo político del Gobierno de los EE.UU. ¿Estaría el Departamento de Estado detrás de este informe?
- Creo que sí. EEUU, desde hace 60 años, tiene entre ceja y ceja la tarea de terminar con Cuba y con ese sistema que llaman comunista. Han aplicado miles de estrategias, para desestabilizar la Isla, para desacreditarla y desinformar. Todas están relacionadas, y financiadas la mayoría por el Departamento de Estado y la USAID, que es su agencia de cooperación, y por una cantidad de fundaciones que reciben dinero de los gringos.
Hace algunos años se generó el famoso programa “Cuban Medical Professional Parole”. La CIA y la USAID enviaron una gran cantidad de agentes a cada país donde Cuba tenía cooperantes de la salud, para convencer a estas personas de que se fueran de Cuba y llegaran a EEUU. No funcionó. Sabemos que, en Cuba, la situación económica es complicada por el bloqueo. Pero, ¿cuántos profesionales logró comprar EEUU? El uno o dos por cien. Fue un fracaso, porque emplearon para ello muchos millones de dólares.
Ahora bien, sabemos que, cada vez que hay campaña electoral en EEUU, Cuba, como Venezuela, Siria, Irán, Rusia o China, entra en esa campaña. Y sabemos que en EEUU hay una comunidad cubana con mucho poder político y económico. La campaña de la citada ONG, estoy convencido, es parte de esa estrategia.
Por cierto, en su informe la mayoría de las personas entrevistadas son anónimas, no aparecen sus nombres. Ahí hay muchas cosas que no cuadran, pero sí cuadran dentro de esta estrategia mediática internacional contra Cuba, donde hay fundaciones, agencias de cooperación, medios y gobiernos.
En Brasil, donde había más de ocho mil cooperantes de Cuba apoyando el Sistema de Salud colapsado, llegó Bolsonaro y rompió el contrato. Consecuencia: la desprotección sanitaria de millones de personas y un cuadro dantesco por la Covid-19 en Brasil. Y ahora se están dando cuenta de que, posiblemente, fue un error haber roto este convenio. Igual ocurrió en Ecuador y Bolivia.
Les pongo el caso más cercano a mí, Guatemala: Felipe Alejos, congresista de la derecha, con el informe de la ONG española, planteó que fueran expulsados los 450 cooperantes de Cuba que hay en mi país. Pero la población que se ha beneficiado de la colaboración cubana se movilizó, y hasta el mismo Gobierno tuvo que salir diciendo que si la brigada se iba de Guatemala el Sistema de Salud guatemalteco iba a colapsar.
Así funciona la política desgraciadamente. Se juega con un derecho, como es la Salud, para las poblaciones, porque al final, si lo vemos desapasionadamente, Cuba no tendría ningún problema en llevarse sus brigadas de cualquier país. ¿Quién es el que sufre el problema? Los pueblos, porque nuestros países, en este sistema capitalista, neoliberal, no permiten que el derecho a la Salud llegue a toda la población.
Y eso es algo que ni EEUU ni los países ricos pueden aceptar. Que un país tan pequeño, con bloqueo, tenga esa capacidad, incluso la de tener vacunas propias contra la Covid-19.
- ¿Un último mensaje, Henry?
- Creo que cada país que ha recibido un aporte de Cuba, lo mínimo que debe hacer es, como gesto de reciprocidad, seguir exigiendo el cese inmediato del bloqueo económico y financiero de EEUU. Que no sigan utilizando a Cuba, a su sistema, como un tema de geopolítica o de campaña electorera barata, y que permitan a los países ser soberanos a tener su propia autodeterminación.