Noel Manzanares Blanco – Cubainformación.- Toda organización político-administrativa, reacciona ante cualquier fenómeno que la haga peligrar. Exhibe una actitud diferente, ante la crítica que la fortalece
En días recientes, se publicó “Censura: Desde dónde y contra quién” firmado por Karima Oliva Bello en cuya inscripción se registra: “Instituciones y organizaciones políticas y de masas en nuestro país deben seguir ampliando y profundizando la agenda de debates sobre las problemáticas que afectan a los cubanos, pero no debemos dejar que estas problemáticas sean capitalizadas por aquellos cuyos intereses se definen en el ataque constante a la alternativa socialista en Cuba” (1). Tras leerlo, aprecié un juicio Meritorio.
No obstante, un examen detallado de su contenido —incluyendo lo que le comentaron y lo que pudo comentarse a propósito—, me conduce a relacionarlo con consideraciones que he compartido con mis lectores/as y a complementarlo con algunas ideas emanadas del Compañero Fidel cuyo núcleo duro se resume en lo que cito: “[…] La Revolución solo debe renunciar a aquellos que sean incorregiblemente reaccionarios, que sean incorregiblemente contrarrevolucionarios./ […] Esto significa que dentro de la Revolución, todo; contra la Revolución, nada […] (2).
Con este presupuesto, a principios de este año en “Cuba: la crítica, la ¿censura? y la argumentación” impugné el video que con una ironía devenida crítica malsana protagonizó Andy Vázquez, el Facundo del muy gustado/aceptado programa televisivo Vivir del cuento; vinculé esa impugnación con la irresponsabilidad de un artista que en su momento desplazó el mensaje que pretendía enviarle al mundo un acto a favor de la liberación de Los Cinco cubanos que tuvieron que internarse en el seno de la mafia terrorista de Miami para evitar acciones contra la Patria agradecida; y acredité: valga la ¿censura? a quien le hace el juego a los delincuentes políticos de origen cubano y su mentor de apellido Trump, todavía más al tener presente la interpretación/lo divulgado por el Nuevo Herald que está reconocido como vocero de las peores maniobras anticubanas (3).
Pero también con el mismo presupuesto traje/traigo a capítulo el Magisterio de Graziella Pogolotti expuesto en “Problematizar la realidad” al comienzo de Enero último que me incitó a comentarle:
“Una vez más, la Maestra Pogolotti hace gala de su sentido de la precisión en la hora clave. Este trabajo, es una versión didáctica del pensar/actuar del Presidente Díaz-Canel. Ojalá que directivos políticos, administrativos y comunicacionales hagan suyo tal Magisterio, específicamente estas palabras: 'El momento exige centrar el análisis en la problematización de la realidad que nos concierne, estimular el espíritu crítico en el pensamiento colectivo, esquivar la tendencia a traducir lo complejo en esquemas simplistas, desempolvar la dialéctica para detectar la interdependencia entre factores objetivos y subjetivos'. Es un lance extensivo a todos los trabajadores/as cubanos/as” (4).
Tengo la impresión de que determinados compañeros/as que seguramente aplauden ese razonamiento de la Pogolotti desconocen y/o no han analizado profundamente el siguiente planteamiento de Fidel expuesto en Febrero de 1988:
“[…] Aquí la oposición se hace dentro del Partido y dentro de las organizaciones de masas. Ahí están los periódicos de cada una, y son críticos, y cada vez más críticos. Nosotros queremos que nuestros periódicos sean cada vez más críticos; pero son críticas dentro de la Revolución, no críticas contra la Revolución”. “[…] La Revolución puede ser perfeccionada, aceptamos la oposición dentro de la Revolución; no aceptamos la oposición contra la Revolución” (5).
Doy Fe de la existencia de casos en los que todo parece indicar que la tesis anterior ha sido menospreciada —inconscientemente, en mi parecer. Al respecto, adrede dejo de compartir ejemplos tangibles —so pena de gestar un efecto contrario al que me motiva.
Mas, debo indicar que si admito que censurar es la “Acción de examinar una obra destinada al público, suprimiendo o modificando la parte que no se ajusta a determinados planteamientos políticos, morales o religiosos, para determinar si se puede o no publicar o exhibir” (6), entonces certifico que no es una actitud que beneficie al Socialismo cubano (7) aquella que se esfuerza en acallar “críticas dentro de la Revolución” que devienen “oposición dentro de la Revolución”.
En el orden personal, mis recurrentes reflexiones acerca de tal actitud en diversos tiempos me conllevaron a escribir hace ocho años “Cuba: ¿en qué marco la diferencia?” donde finalicé significando: “[…] critico a la Revolución Cubana con la misma fuerza/voluntad que pudiera utilizar un Hijo sincero al referirse a su Madre. Hacer otra cosa —entiéndase, dejar de reconocer hasta qué punto es un problema u omitir las bondades por aferramiento a las manchas del Sol— es injusticia de fuerza mayor” (8); y a redactar en el comienzo de Junio de 2016 “Cuba: la Crítica y la Receptividad/ La primera debe exhibir sentido martiano, revolucionario; la segunda debe estar a la altura de la otra, luciendo genuina utilidad en el quehacer cotidiano” (9).
Y pasados seis meses —sin desentenderme del reproche a aquella actitud— subrayé de cara a la siembra del Mejor Discípulo de nuestro Apóstol José Martí: “A partir de ahora nos Comanda Fidel desde su trinchera en Santa Ifigenia. Donde quiera que se encuentre mi Madre, le agradecerá a nuestro Máximo Líder por lo mucho, mucho, mucho que hizo para dignificar a su prole después de la Luz del Gran Enero. Y este humilde servidor, exclama a los cuatro vientos: ¡Fidel: por la Revolución Cubana, mi Madre me inculcó Lealtad a ti! ¡Así será mientras respire! ¡Lo Juro!” (10).
No vacilé, pues, en firmar el 13 de Diciembre de 2016 “Cuba: Criticar, un derecho/deber ciudadano” para salirle al paso a una persona que insultó a quienes practicamos la Crítica revolucionaria y engañó a sus lectores/as; al tiempo que destaqué que escribo por cuenta y riesgo propios, sin solicitar autorización a nadie (11) —obviamente, en armonía con los principios de mi afiliación ideo-política.
El anterior, fue un lance precedido por lo que plasmé tres meses antes en “Cuba: Ética, Revolución y Militancia”, a saber: “[Reconozco a] aquellas posturas capaces de erguirse, con todo sentido de la responsabilidad, ante el burocratismo, la corrupción, el nepotismo, la simulación… que constituyen marcadas debilidades que socavan desde dentro —¡muchas veces veladas!— la Patria que amamos la inmensa mayoría de cubanas y cubanos” (12).
Hago un paréntesis, para ahuyentar incertidumbre acerca de mi sentipensamiento: si estoy errado en alguna medida o alguien me llama la atención porque considera que me he equivocado, medito y muestro/concreto la mayor y mejor disposición a rectificar de la mano del denominado Concepto de Revolución de Fidel (13) —un espíritu que hice constar, por ejemplo, el 1 de Agosto de 2019 en “Cuba: necesitamos más de su Contraloría (3)” (14).
Entretanto, llega a mi memoria lo que concebí para “Cuba: aristas de una ¿oposición? (2)” casi tres años atrás en cuyo primer párrafo hice saber:
“[…] En Abril del 2014, en la primera versión de este título, me referí a la actitud objetivamente contrarrevolucionaria que se convierte en complemento de la acción que realizan emergentes y establecidos integrantes de la 'nueva' ¿izquierda? y mercenarios/as declarados/as. Entonces, advertí que esa actitud requiere una respuesta contundente de nuestras autoridades político-administrativa y pueblo en general. En este minuto, me afinco en tal percepción tras asumir como propio el contenido de 'Que no se naturalice lo que es incompatible con la Revolución' firmado por Iroel Sánchez Espinosa” (15).
Coloco ese párrafo en analogía con el asunto que abordo, por cuanto entiendo que una censura desmedida de facto concuerda con integrantes de la “nueva” ¿izquierda? y mercenarios/as declarados/as, sin despreciar que tributa a naturalizar “lo que es incompatible con la Revolución” —aunque admito que quizás ese no sea su objetivo.
Por demás, llamo a no pasar por alto que el Compañero Raúl, Primer Secretario de nuestro Partido Comunista, indicó hace ya una década:
“No hay que temerle a las discrepancias de criterios y esta orientación, que no es nueva, no debe interpretarse como circunscrita al debate sobre los Lineamientos; las diferencias de opiniones, expresadas preferiblemente en lugar, tiempo y forma, o sea, en el lugar adecuado, en el momento oportuno y de forma correcta, siempre serán más deseables a la falsa unanimidad basada en la simulación y el oportunismo. Es por demás un derecho del que no se debe privar a nadie” (16).
Concluyo: pondero el trabajo citado de Karima Oliva Bello, en particular cuando refiere que las “Instituciones y organizaciones políticas y de masas en nuestro país deben seguir ampliando y profundizando la agenda de debates sobre las problemáticas que afectan a los cubanos”, en el marco revelador de que generalmente toda organización político-administrativa reacciona ante cualquier fenómeno que la haga peligrar y, al mismo tiempo, es susceptible a exhibir una actitud diferente ante la crítica que la fortalece. He aquí razones suficientes para que en Cuba continuemos con las sabias de Fidel y Raúl en este orden de reflexión y le demos un porrazo a esa otra “censura” innecesaria, dañina y desmovilizadora de posiciones revolucionarias. ¡Amén!
Referencias:
1.- http://www.granma.cu/cuba/2020-05-12/censura-desde-donde-y-contra-quien-12-05-2020-01-05-08.
2.- http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1961/esp/f300661e.html.
4.- http://www.cubadebate.cu/opinion/2020/01/05/problematizar-la-realidad/#.XhRxVk-N6Uk.
5.- http://www.fidelcastro.cu/es/entrevistas/la-crisis-de-octubre-entrevista-con-nbc.
8.- http://ftp.kaosenlared.net/america-latina/32155-cuba-%C2%BFen-qu%C3%A9-marco-la-diferencia.
9.- https://www.cubainformacion.tv/la-columna/20160604/69345/69345-cuba-la-critica-y-la-receptividad.
13.- http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/2000/esp/f010500e.html.
16.- http://www.cuba.cu/gobierno/rauldiscursos/2010/esp/r181210e.html.