Noel Manzanares Blanco – Cubainformación.- “Un error en Cuba, es un error en América, es un error en la humanidad moderna. Quien se levanta hoy con Cuba se levanta para todos los tiempos”
En la inscripción de la primera parte de este rótulo, en Septiembre de 2008, con nuestro Héroe Nacional José Martí destaqué: “El mejor modo de hacerse servir, es hacerse respetar. Cuba no anda de pedigüeña por el mundo: anda de hermana, y obra con la autoridad de tal. Al salvarse, salva”; y desde el comienzo resalté que en la Historia de Cuba existía un antes y un después del cruce de los huracanes Gustav e Ike (1).
De ese antes, apunté que la paulatina mejoría material y espiritual que vivían cubanas y cubanos con una filosofía ajena a la sociedad de consumo tenía lugar en medio del combate resuelto a problemas subjetivos y guapeando por darle cuerpo concreto al concepto de Revolución expuesto por Fidel, particularmente “luchar por nuestros sueños de justicia para Cuba y para el mundo […]”.
En el después —frente a los indeseados eventos naturales que golpearon a todos los sectores económicos y sociales desde Oriente a Occidente—, acoté que el heroísmo histórico de la etnia cubana salía a relucir y los dirigentes y militantes del Partido Comunista de Cuba y del Gobierno se diseminaron por todos los lugares afectados para apoyar y alentar a las masas; mientras que el propio Fidel significaba: “¡Nuestro deber es vencer!”.
En aquella altura, la mano generosa se hizo sentir allende los mares: desde Asia, China, Vietnam…; desde Europa, Rusia, España en coordinación con el Programa Mundial de Alimentos…; y desde el Sur del Río Bravo, el Latinoamericanismo se manifestó a través de la Venezuela de Chávez, el Ecuador de Correa, el Brasil de Lula… Y apenas resalté la solidaridad expresada por algunas autoridades y pueblos.
Entretanto, aludía a que el oportunismo de la contrarrevolución dijo presente: desde La Habana, mercenarios/as enviaron cartica a Bush, el hijo, para suplicar migajas; representantes de la terrorista mafia gusano-yanqui en Miami enarbolaron sus miserables entrañas; y Washington, primero ofreció unos míseros $ 100 mil y luego “humanamente” hablaron de aviones listos para “socorrernos” con $ 5 millones.
Pasada más de una década, la Naturaleza asimismo impactó en Cuba en un escenario agravado por el recrudecimiento de la Guerra Multilateral Made in USA: cuando la Covid-19 hizo acto de presencia en la Mayor de las Antillas, nos vimos en el inicio de una coyuntura muy peliaguda porque se revitalizó el Título III de la ley Helms-Burton (2) —reflejo de una escalada para asfixiar a nuestra Revolución (3).
Y aunque en aras del mal menor declaré una enhorabuena la victoria de Biden para el Mundo y, no en poco medida, para Cuba; no obstante, con la sabia de Fidel exhorté a mis compatriotas a identificar al emergente presidente yanqui como ¿otro hermano? instalado en la administración de Washington (4) cuya práctica política corrobora qué significa para la Isla (5).
Es tangible que en Cuba —la mayoría del pueblo, el grueso de su intelectualidad— hacemos/haremos cada vez más por nuestra Revolución; somos/seremos cada vez más solidarios/as en nuestro archipiélago y más allá; y cotidianamente podemos/debemos cada vez más ser responsables de nuestros actos para bien propio y de nuestros compatriotas —manera de complementar la entrega de nuestros dirigentes político-administrativos al combate vs. la Covid-19.
Mas, asimismo ha adquirido cuerpo concreto el “infame memorando del subsecretario de Estado Léster Mallory, del 6 de abril de 1960: 'Hay que poner en práctica rápidamente todos los medios posibles para debilitar la vida económica (…) negándole a Cuba dinero y suministros con el fin de reducir los salarios nominales y reales, con el objetivo de provocar hambre, desesperación y el derrocamiento del gobierno'” (6).
He aquí el escenario en el que el pasado 11 de Julio hubo escaramuzas provocadas por la contrarrevolución y que recibieron una rotunda respuesta de nuestro pueblo revolucionario. De todo ello se hizo eco el Compañero Díaz-Canel en un par de comparecencias por la TV Cubana (7, 8).
Resulta innegable que un número importante de países y personalidades se pronunciaron a favor del orden constitucional que prevalece en el archipiélago cubano y en contra de la acción facturada por el “Norte revuelto y brutal” y la delincuencia política con epicentro en Miami, y ejecutada por sus servidores en suelo patrio. Ahí está el Presidente López Obrador, como muestra fehaciente de Solidaridad (9).
No obstante —al paso que llamo su atención sobre cómo se manipuló el pasaje de ese 11 de Julio (10, 11)—, remarco la respuesta de nuestro Canciller Bruno Rodríguez Parrilla al ¿hermano? Biden, a saber:
“Haría bien el presidente norteamericano en escuchar al pueblo de Cuba en su llamado al cese del bloqueo”. “Y también debería atender los reclamos de sus propios ciudadanos y levantar las 243 medidas impulsadas por la anterior administración”. “Washington podría eliminar las medidas aplicadas durante la pandemia de COVID-19, ya que el virus (SARS-CoV-2) ha sido un aliado en el recrudecimiento de las sanciones de la Casa Blanca” —las negritas son de la fuente (12).
Concluyo: no dudo en vaticinar que nuestra Revolución saldrá adelante y contará con la solidaridad internacional (13) que incluye a compatriotas residentes en el exterior (14) —todo, una barrera al oportunismo del régimen yanqui y sus mercenarios/as—; y tengo una convicción martiana: “[…] Un error en Cuba, es un error en América, es un error en la humanidad moderna. Quien se levanta hoy con Cuba se levanta para todos los tiempos […] ¡Los flojos, respeten: los grandes, adelante! Esta es tarea de grandes” (15). ¡Amén!
Referentes:
9.- https://actualidad.rt.com/actualidad/397579-lopez-obrador-despligue-informativo-cuba.
10.- http://www.cubadebate.cu/noticias/2021/07/12/la-manipulacion-descarada-de-la-realidad-en-cuba/.
13.- http://www.juventudrebelde.cu/cuba/2021-07-13/ayudas-que-se-agradecen.
15.- http://www.josemarti.cu/wp-content/uploads/2014/06/tercer_ano_del_PRC.pdf.